El argentino Adrián Arregui fue un baluarte importante del equipo de Aldo Bobadilla durante la final de la Copa Aguila. Arregui tomó el liderazgo de un camerino que se encontraba golpeado por las dos derrotas aplastantes que había sufrido contra Nacional, además, sumaba una seguidilla de cinco partidos sin conocer la victoria.
El volante de marca demostró su autoridad cuando se atrevió a dar la charla motivacional previa a jugar la primera final de la Copa, en Palmaseca
Palabras de Adrián Arregui antes de la final ante el Cali
Y mención especial también para Adrián Arregui. Qué jugador y qué contratación para el FPC. Garra, sacrificio y claridad con el balón. Líder dentro y fuera de la cancha.
— Juan Pablo Alvarado (@juanpalvarado97) 7 de noviembre de 2019
“Muchas gracias por hacerme jugar mi primera final”. pic.twitter.com/YbqpOoZ060
Adrián Arregui fue el segundo goleador del conjunto paisa en este semestre, marcó un total de cuatro anotaciones por liga y tres en copa. Su primer gol con la sagrada roja lo anotó el 22 de julio, en un juego válido por la segunda fecha de la Liga Aguila 2019-ll contra La Equidad Seguros.
En el partido decisivo demostró porque ha sido uno de los mejores refuerzos que llegaron al fútbol colombiano esta temporada. El gol que le anotó al arquero Johan Walles desequilibró la balanza para el título del poderoso, en una serie que llegó abierta para los dos equipos desde Palmaseca. Su jerarquía en el mediocampo se convirtió en un cerrojo impasable para los atacantes del Deportivo Cali.
A través de la encuesta lanzada en el twitter de VAVEL Medellín (@InMedellinVAVEL), los aficionados posicionaron a Adrián Arregui como figura, llevándose más del 60% de los votos:
#FiguraDIMVAVEL | ¿Quién fue para ustedes el jugador más destacado del partido que consagró campeón al @DIM_Oficial de la Copa Aguila 2019?
— Medellín VAVEL (@InMedellinVAVEL) 7 de noviembre de 2019
Aunque al inicio con Didier Moreno no se entendían, poco a poco fueron consolidándose en el esquema del paraguayo Aldo Bobadilla. Ahora, entre los dos ocasionan acciones de gol, seguridad y presión al rival.
Su presencia en la mitad de la cancha es sinónimo de dirección y mando. Un jugador que siente la camiseta como pocos, de esos argentinos de las décadas de los 80 y 90 que nunca le negaban una gota de sudor a su equipo y luchaban cada balón como si fuera el último.