Mientras el estadio Pascual Guerrero estallaba de júbilo y emoción por la estrella 14 del América y los futbolistas escarlatas saltaban, corrían y se abrazaban, los jugadores de Junior abandonaban el terreno de juego cabizbajos y dolidos por la derrota. Era evidente la tristeza, la frustración y la impotencia por una oportunidad de redondear un tricampeonato histórico que se escapó. 

En silencio, masticando la amargura de la caída, algunos jugadores se pararon al lado del banquillo de emergentes, con la mano en la cintura y la mirada fija. Ya después de pasar por el camerino, bañados y cambiados, los jugadores seguían escuálidos anímicamente y preferían no prestrarle atención a los medios de comunicación. Varios de ellos se disculparon e hicieron gesto para señalar que no estaban en disposición de hablar.

Germán Gutiérrez fue el primero que accedió a la petición del numeroso grupo de periodistas caribeños que se encontraban presentes y atentos a las impresiones de los pupilos de Julio Comesaña y esto comentó: “Queríamos lograr ese tricampeonato, pero lamentablemente no se pudo, encontramos un América bien parado y nos ganaron de buena forma”, declaró Gutiérrez.

Había desaliento y caras largas, pero no drama. Los jugadores que hablaron aceptaron el revés y resaltaron el hecho de llegar a tres finales consecutivas en la Liga. “Queríamos ganar y obtener otra estrella, aparte de eso este equipo se entregó y luchó. Esperamos el respaldo de la gente así como cuando también ganamos y les dimos alegrías. Hoy no pudimos. Yo me siento orgulloso de este grupo porque hemos alcanzado muchos logros. Nos duele, lógicamente, hoy queríamos ganar y lo entregamos todo, pero este equipo ha pasado buenos momentos también”, comentó Víctor Cantillo.

También es consciente de que estaban parados en frente de un gran rivalMe parece que hubo dos goles en jugadas aisladas, no había afugias para ninguno de los dos. Nosotros controlábamos la pelota y el juego. Marcaron un gol, se pararon bien y ya después fue difícil”, declaró Cantillo.

Sebastián Viera y Teófilo Gutiérrez saludaron a los comunicadores, pero prefirieron no acercarse a los micrófonos.

Rafael Pérez, fue el tercer y último jugador en atender a los medios y comentó “No hay palabras para explicar lo que pasó, realmente teníamos un partido controlado y con la posesión del balón, pero fallamos en algo que sabíamos que era la fortaleza de ellos y que lo habíamos entrenado, así resultó siendo el final del partido”, explicó el defensor central.

Luego llegó Julio Comesaña y confirmó que continúa en el equipo en 2020. El entrenador consideró que el juego estaba parejo y se desequilibró en dos acciones aisladas en las que América fue contundente. 

Cuando le preguntaron sobre la jugada de gol que le anularon a Rafael Pérez por un milimétrico fuera de lugar de Germán Mera, el técnico colombo-uruguayo respondió jocosamente: “Estaban tomando en el VAR de pronto (risas)”.

Ya en el hotel, los jugadores se acomodaron en distintos lugares del lobby a conversar informalmente con familiares, amigos y periodistas sobre el juego.  Hubo lógicos lamentos por la estrella que se escapa, pero sobre todo comprensión, satisfacción y orgullo porque fue muchísimo más lo bueno que lo malo en este año rojiblanco.