Colombia cerraba su participación enfrentando a la compleja Uruguay, equipo que aprovechó los fatales errores defensivos y facturó a su favor tres goles de gran nivel con los que liquidó a su rival, que descontó con un gol de tiro libre, decretando el resultado final de 3-1, justo para los charrúas que fueron superiores durante el desarrollo del partido. 

Como un completo fracaso se puede calificar el desempeño de la selección Colombia, pues tras disputar el cuadrangular final, terminó en la última casilla con tan solo 1 punto obtenido de nueve posibles, producto del empate ante Brasil en la fecha de apertura.

Falencias tras falencias en la zona de defensiva, de volantes, creación y recuperación, dejó al descubierto la tricolor en el marco del torneo, lo que dio como resultado que nunca encontrará la idea de juego, ítem que fue solucionado con goles e individualidades de los jugadores.

Tras finalizar en la última posición del cuadrangular final, el onceno colombiano se perdió la chance de jugar las justas olímpicas, en cuanto a fútbol masculino se refiere, tras la irregular campaña donde hay pocas cosas por rescatar y bastantes por corregir, empezando por la actitud, definición y motivación de poder ganarse un cupo a Tokio 2020.

Por parte de la afición colombiana, el panorama es una vez más triste y de impotencia, debido a que acompañó masivamente al equipo y este dilapidó una oportunidad magnífica de avanzar en el crecimiento de un proceso deportivo. 

En cuanto al cuerpo técnico actual, encabezado por el profesor Arturo Reyes, las estadísticas no son favorables, pues ganó ocho puntos de 21 posibles en todo el Torneo Preolímpico, que se disputó en el territorio nacional. 

Así pues, la Federación Colombiana de Fútbol deberá reestructurar de una mejor manera las categorías menores de dicho deporte en el país, debido a que hacen falta realmente estatus y logros aún más significativos tras la seguidilla de fracasos que se han tenido recientemente.