Transcurría el domingo anterior el partido entre Junior y Once Caldas de la Liga BetPlay con un hecho memorable en la antesala, sorpresa para todo el estadio asistente cuando desde las directivas del elenco currambero después de haber sonado los himnos correspondientes llamaron al volante Sebastián Hernández mostraron un cuadro pintado a mano  con la fotografía del jugador y una frase en su interior “Gracias Sebas por hacer parte de esta historia”, acotando que el deportista hoy juega para el elenco caldense, pero con pasado exitoso como tiburón.

El asombro fue aún mayor para Sebastián cuando observó que le hacían entrega de la casaca rojiblanca con el número 150 en la parte posterior, haciendo referencia al total de partidos jugados en su paso por la institución.

Sebastián Hernández en su estadía  mostró ser un batallador que defendía con altura el escudo de Junior y es que la fanaticada aún tiene intacto los razantes quites de pelota, la entrega correcta de la misma, las pegadas de media distancia, los lujos y por supuesto los goles marcados muchos de ellos de gran pergamino.

Bien meritorio y acierto total de las directivas en hacer los homenajes en vida y es que Sebas como popularmente le dicen sus amigos del fútbol fue fundamental en el logro de títulos como: dos ligas, una copa y una superliga.

Un momento especial fue cuando la afición asistente a la tarde futbolera se levantó de sus enardecidos aplausos hicieron unisono dichos segundos, sumados a algunos cánticos posteriores que lideraron las barras populares de frente rojiblanco sur y la banda de los cuervos.

Los medios de comunicación y en especial los reporteros gráficos aprovecharon la ocasión para captar en sus lentes las imágenes donde Sebastián posaba al lado de toda la plantilla de jugadores de Junior aptos para el encuentro.

Al final del partido que disputaban las dos escuadras que dejó un tanteador de 0-0 en rueda de prensa estuvo el volante homenajeado expresando sus declaraciones de gratitud y felicidad para con los directivos, jugadores, hinchada y ciudad en general porque en Barranquilla lo acogen con cariño. 

Queda claro que la disciplina en lo que haces deja huella, esa misma que se hace imborrable ya que Sebastián Hernández hace parte de esos jugadores que sin mucho ruido ante medios rindieron en cancha y lleva consigo los cuatro títulos logrados, un ídolo, un crack que estará presente en la memoria de cada juniorista que lo vio jugar.