Corría el minuto 10 un balón que parecía se le iba largo a Miguel Borja. El cordobés no renunció y llegó al fondo alcanzando con lo justo para sacar un centro que pareció más un cambio de frente. Por el otro lado aparecía Fredy Hinestroza que enganchó hacia adentro dejando en el camino a un adversario y desenfundando un tiro certero contra el portero Eder Chaux que no tuvo nada que hacer, así revivía la llama de la ilusión rojiblanca.

Estrenando camiseta y con una base muy parecida a la que saltó al terreno de juego en el partido de ida, pero con diferencias conceptuales muy claras, a las que se les podría atribuir en gran parte la victoria, cambios que llegaron en el momento justo y como es costumbre en Junior, aguantar hasta después de la reposición porque si no se sufre no es junior.

Comesaña extiende la leyenda, ha ganado todo lo que se puede ganar a nivel local en Colombia con un equipo de primera división. ‘Pelo e burra’, como acostumbran a llamarlo en la ciudad barranquillera, no habla mucho con la prensa, pero, el “viejo zorro” tiene sus maneras para hacerse escuchar por los aficionados y esta vez se sacó un título de la manga para acallar a todos sus detractores y para dar gracias a aquellos que han creído en el proyecto.

En el minuto 81, Sebastián Viera encajonó un remate rival, alzó la cabeza y aguantó por un par de segundos… Estaba esperando a que ‘Teo’ le marcara el pase. Desenfundó el zapatazo con dirección a cancha rival y el balón llegó preciso para ‘Teo’, que lo ve venir y se acomoda arreglándoselas para peinarle el balón a Carmelo entre tres defensas escarlatas que lo custodian.Tutunendo’ queda habilitado casi que frente a frente con Chaux, que venía saliendo, siendo anticipado por el delantero tiburón, que solo la tiene que cachetear con borde externo a un costado para que el balón acaricie la red, y así, junior se iba arriba. De ahí en adelante la especialidad de la casa: aguantar.

Viera, quien fue la figura en el encuentro, en el tramo final del partido atajó dos tiros directos que sellaron el campeonato, uno a quema ropa en el que se las arregló extendiendo su pierna para bloquear el remate y el segundo fue un tiro libre con buena potencia y ubicación con el que lo exigió Adrián Ramos en el último minuto del partido. El ‘Ángel’ del arco tiburón voló hacia la pelota para mandarla a la última raya con mano cambiada para ponerle punto final a la historia.

El onceno rojiblanco consiguió su segunda superliga en línea, un trofeo más al palmarés y una victoria con sabor a revancha para el equipo barranquillero, que hoy disfruta las mieles de su época dorada, pues nunca antes en su historia había conseguido tantos trofeos en tan poco tiempo.

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