El Independiente Medellín no ha pasado por un 2020, pues su nómina ha sido completamente arruinada y su patrimonio es agotado poco a poco. Además, deportivamente ha sido la peor campaña del equipo en la década (solo superada por la del 2012-I).

Cuando comenzó el año el equipo era dirigido por el paraguayo Aldo Bobadilla, quien fue el artífice del título de Copa Aguila 2019, sin embargo, los malos resultados y la mala planificación deportiva fueron motivos suficientes para que perdiera su puesto de entrenador.

Posteriormente, y tras un breve periplo de Ricardo Calle como técnico interino, fue nombrado Javier Álvarez como entrenador del primer equipo en medio del disgusto de la hinchada, pues Álvarez ya había dirigido el equipo obteniendo pésimos resultados.

De estadísticas cualquiera puede hablar, pues solo sería plasmar números en una columna para resaltar la mala campaña que llevó a cabo Javier Álvarez en el Poderoso, por eso esta columna se basará en otros pecados que cometió Javier Alvarez en el Independiente Medellín.

Su primer pecado reside en la escasa autocrítica que tiene. El equipo se mostraba mal y con un trabajo nulo, pero Álvarez insistía en todas las ruedas de prensa que Medellín tenía un trabajo sólido y que merecía más en el partido. Siempre el mismo discurso.

Otro de sus pecados fueron sus conceptos anacrónicos. Este técnico tiene una larga carrera y basta experiencia, sin embargo, parece que sus conceptos no han evolucionado con el fútbol, pues fue repasado tácticamente por varios técnicos que tuvo al frente: Diego Corredor, Harold Rivera, etc.

El error mortal y capital de Álvarez fue la incongruencia con el "proyecto" de las directivas. Desde hace un tiempo la directiva del conjunto antioqueño, presentó un plan en el que exponían a la cantera como su principal pilar, sin embargo, Álvarez siempre recurrió a jugadores veteranos resistidos y con gran cantidad de errores.

Un claro ejemplo de esto último es el partido que disputó contra Envigado, pues sin terminar el primer tiempo sacrificó a Juan Diego Ospina y Steven Rodríguez (de primer tiempo aceptable), y decidió aguantar a jugadores como Larry Angulo, Didier Delgado y Luis Mena

Teniendo claro sus pecados y el nulo aporte al equipo, se puede clasificar a Javier Álvarez como el peor técnico que ha tenido el Medellín en los últimos años. Si los directivos desean tener una presentación aceptable en la liguilla de eliminados, deben prescindir de los servicios de Álvarez.