En la órbita de la selección Colombia se vivía un idilio tras dos clasificaciones consecutivas a mundiales (2014 y 2018), que tenían un artífice directo que daba instrucciones desde el banco: José Pékerman. Si bien el entrenador argentino muchas veces pecó, es innegable que su ciclo en la selección fue bastante aceptable.

Sin embargo, nada dura para siempre, y en este caso lo aplicaremos a la selección Colombia: se acabó la etapa de José Néstor Pekerman y se debía encontrar un reemplazante para seguir sumando éxitos deportivos y comenzar a ampliar el escaso palmarés que se tiene. El elegido para suceder al argentino fue Carlos Queiroz, quien llegó proveniente de la selección iraní.

Desde su llegada ha sido incapaz de implantar buenas sensaciones entre los amantes del fútbol en Colombia, pues su juego siempre ha dependido de las individualidades y aquí aparece su primer pecado: el trabajo nulo. Cuando Colombia sale al campo de juego se ve una improvisación constante y una completa dependencia del día que tengan jugadores como James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado.

Cuando se ve un partido de fútbol, dependiendo de la situación que esté atravesando el encuentro, se espera ver un juego vertical (de avance rápido) u horizontal (de avance lento), pero en Colombia siempre es un invento del momento. Queiroz nunca supo implantar una de las dos ideas de juego y se nota la desorientación del equipo cuando se para en la cancha.

Otra característica que es clave para un técnico, especialmente para un seleccionador, es el conocimiento de sus jugadores (su posición, características y capacidad técnica), pues se hace un aspecto esencial en la elección de la nómina inicial y en el cambio de las ideas del equipo cuando algo no está funcionando bien en el sistema.

El portugués Queiroz es un claro ejemplo de desconocimiento, pues a lo largo de los partidos se ve a los jugadores mal ubicados y con funciones que poco están acostumbrados a cumplir. El ejemplo más claro se ve en la estrepitosa derrota contra Ecuador, cuando realizó 4 modificaciones sin que hubiera terminado la primera mitad del compromiso.

Para concluir, es importante decir que hay técnicos que han sido destituidos de su cargo con un desempeño similar o incluso mejor, y que Queiroz ha demostrado que no es la persona indicada para la construcción del proyecto deportivo colombiano.