Atlético Nacional vs América de Cali es un partido que históricamente connota emoción, dinamismo y alegría, una rivalidad que se agiganta partido tras partido y que está marcada en los libros grandes del fútbol profesional colombiano; una disputa que se amplía desde la estadística y se resume de manera perfecta en el campo de juego: un clásico que mueve masas y que a través de la historia le ha dado un sello de calidad al balompié nacional.

Estos son dos equipos tradicionales y con una vasta historia llena de títulos, jugadores, directores técnicos e hinchadas que fieles a su equipo y su estilo han logrado poner a estos dos conjuntos en lo más alto del futbol de esta parte del continente.

Sin duda alguna, son dos de los más grandes representantes de Colombia a nivel internacional. Tanto verdolagas como escarlatas han sabido llenar de futbol las retinas de los hinchas del continente, marcando una gran historia copera para nuestro país, y obteniendo un merecido reconocimiento  en las canchas y naciones extranjeras.

Y tal como lo dicta la historia, este choque de gigantes ha dejado a través de los años emociones para lado y lado; desde partidos agónicos, así como otros que han enamorado a los hinchas, hasta triunfos que han significado títulos, y resultados que han marcado momentos vitales para la memoria y con un toque emocional y gratificante para cualquier aficionado.

Grandes goles, jugadas y celebraciones, enfrentamientos en Copa Libertadores, partidazos en liga, definiciones por penales y demás, así se define el partido de fútbol más importante y esperado del país, que no es para menos, pues la historia lo convalida y los resultados lo reafirman: Nacional-América, el verdadero clásico del fútbol profesional colombiano.

El hito de 2006

Acostumbrados a presenciar partidos emocionantes y con un alto nivel de fútbol, las hinchadas rojas y verdes, apremiantes a lo que pudiera ser una nueva edición de este clásico, esperaban ansiosas desde el estadio, desde el televisor o la radio, para lo que iba a ser una tarde sublime, pero que ni el más optimista fanático de Nacional se hubiera imaginado.

Aquel 21 de mayo de 2006, con una gran atmósfera de partido importante, la ciudad de Medellín y todo el país, presenciarían una tarde de fútbol donde Atlético Nacional, el equipo más popular de Colombia, suministraría la mayor goleada a su máximo rival en el enfrentamiento con más historia y trascendencia de nuestro balompié.

Nos situamos en la última fecha del todos contra todos del Torneo Apertura de dicho año; ambos equipos llegaban al encuentro con chances de clasificar al octagonal final de cuadrangulares. Quien ganara el partido recibiría un premio doble, pues lograba clasificar a la instancia decisiva del torneo, y de paso dejaba fuera de competencia a su histórico adversario.

Nacional salía al campo con un onceno de grandes nombres y figuras que marcarían el rumbo del encuentro. Con David Ospina; Hugo Soto, Humberto Mendoza, Camilo Pérez, Gerardo Bedoya, Juan Camilo Zúñiga, José Amaya, Vladimir Marín, Héctor Hurtado, Marcelo Ramos y Sergio Galván (dato de Oscar Yamit Quiroz). Los verdolagas ponían toda la carne en el asador, jugándose la clasificación contra un rival de respeto, pero con el plus de poder dejarlos fuera de la fiesta grande.

Así las cosas, durante 90 minutos de fútbol, Nacional, emulando al gran Mike Tyson lograría dejar noqueado y sin chances a su contrincante, y terminaría ganando el partido al mejor estilo del maestro Roger Federer tras un resultado de set perfecto.

Sergio Galván, el Rey de la tarde

Ante la ausencia notable del ídolo y goleador Víctor Hugo Aristizábal, todas las miradas recaían en el argentino que, sin embargo, tras su apabullante paso por nuestro futbol, y acostumbrado a ser figura y referente, no se achicaría en lo más mínimo, incluso portando el gafete de capitán. Junto con el brasilero Marcelo Ramos, serían las figuras notables de esa tarde de fútbol puro y más fiel a la historia y el estilo del Club Atlético Nacional.

Galván echó de todo su poderío y virtudes, y desde el minuto tres comenzaba a entonar los cantos de gol que cada vez eran coreados con mayor fuerza y pasión por la hinchada verde en un estadio Atanasio Girardot que estaba vestido de gala para tan digna ocasión. Primero de pierna izquierda, picando el balón tras la salida del portero, y dando muestra de su inmensa calidad como delantero.

Dieciséis minutos después, tras otra asistencia de Ramos, definía de cabeza con previo pique al suelo para vencer por segunda ocasión al guardameta rival. Dedicación especial ante las cámaras que dejaba en evidencia el estado de ánimo del goleador, demostrando compromiso y actitud para seguir dando forma a lo que sería un hecho histórico.

De nuevo, y ya siendo costumbre de aquel partido, la dupla mágica del encuentro volvía a conectar a los 33 minutos del primer tiempo. Otra vez el brasilero recortando por sector derecho y mandando la pelota al área para que, como perro de presa, y tras un errático despeje del defensa, el número 19 marcara su tripleta y comenzara a pintar de goleada el clásico colombiano a favor del verde paisa.

A los 82 minutos, Óscar Echeverri ponía el cuarto tanto, tras, otra vez, asistencia de Ramos. Pero los cuatro goles se quedaban cortos, y el goleador quería más. Aprovechando las ventajas que a esta altura brindaba el América, la formula se volvía a hacer presente y apenas tres minutos después, el carioca, desde el costado, filtraba un balón al área que dejaba vencido al portero Julián Viáfara y al tucumano con el arco servido para firmar un póker que ya era histórico, pero que no sería lo último.

Y no sería el último porque, como para no variar, otra vez la ecuación era la misma. Aunque ahora con Marcelo Ramos buscando su tanto, pero con el palo del lado del 'Rey del Gol', pues el destino así lo quiso, y con el arco a su total disposición, en una acción de picardía y digna de un goleador, Sergio Galván marcaba con letras mayúsculas su nombre en los libros grandes del fútbol colombiano, y dejando un recuerdo memorable para la hinchada de Nacional, colocando el 21 de mayo como una fecha inolvidable, y aquel 6-0 como un resultado para recordar en cada enfrentamiento del que se denomina él "clásico más importante de Colombia".

Así, en una tarde gloriosa para el futbol de nuestro país, un extranjero que ya era parte de nosotros, plasmaba un suceso histórico, llenando de alegría, goles y buen fútbol a su hinchada, y poniendo en evidencia que aquel 21 de mayo de 2006, en el Atanasio Girardot, y ante el América de Cali, Galván fue más Rey que nunca, dejando muy en claro que él pasó por ahí.