La fría noche del primero de diciembre, en la capital, veintidós jugadores definían lo que se luchó todo un año, el esfuerzo de 14 otros equipos estaba implícito en el terreno; se conocería al segundo ascendido del año. De un lado, el local tenía toda sus cartas sobre la mesa, dispuesto a dar el todo por el todo, con la presión de su hinchada y de depender de sí mismos. La visita, por su parte, no tenían en juego nada más que el orgullo, solo habían conseguido un punto en cuadrangulares y querían reafirmar su buena campaña.

El equipo que tenía la misión de derrotar a los 'granates' fue el mismo que la jornada inmediatamente anterior le había devuelto la esperanza y la fe con el empate que consiguió en casa contra el expuntero del grupo, el Deportivo Pereira.

Los termómetros marcaban 11° de temperatura pero en las gradas del Metropolitano de Techo se podía sentir el hervor de los aproximadamente 1500 hinchas 'fuertes'. Mujeres, hombres, ancianos y niños eran una sola alma alentando a sus ídolos, sabían que el ascenso estaba a la vuelta de la esquina.

Un héroe, el de siempre, el goleador, el 'pichichi'. El reloj marcaba el minuto 32 del primer tiempo y Edis Ibargüen ya estaba celebrando su decimotercer tanto en el Torneo Águila. Más tarde llegaría el decimocuarto. La cereza en el helado la pondría Germán González con el tercer y último gol de la velada.

Colectividad, unión, talento, buen fútbol y esa alma amateur, esa que nunca se pierde, fue que aquella fría noche de diciembre los muchachos de Fortaleza CEIF mostraron en la cancha. Fue también eso que hoy los tiene en la máxima división del balompié colombiano.

Llegó por fin el silbido final, pero no llegó solo; con él trajo oxígeno a los aficionados y lágrimas por doquier (tanto en Bogotá como en Pereira).

Pierre Corneille dijo una vez: "Al vencer sin obstáculos se triunfa sin gloria", y para este caso en particular, Fortaleza CEIF sí que tuvo obstáculos. Dos jornadas atrás el golero Sebastián Duque tuvo que recoger el balón del fondo de la red cuatro veces. La clasificación a los cuadrangulares no pudieron ser más apretadas y por la diferencia de un punto, el equipo 'fuerte' logró asegurar su puesto en los play-off.

La juventud del plantel cundinamarqués fue la mayor virtud a lo largo del Torneo y a pesar de los altibajos que llegaron a protagonizar la sabiduría del estratega bogotano Nilton Bernal supo subsanar los baches que el equipo tenía.