Millonarios entró al campo de juego con una nómina totalmente alterna, dejando a los habituales titulares en el banco, pero colocando a César Carrillo y Santiago Montoya como inicialistas, además del debut de Nicolás Murcia, un canterano, por la zona izquierda.

La mayor parte del encuentro se vio a un equipo que le costaba crear juego, sin ideas ni espacios, principalmente porque se vio al Montoya sin manera correcta de asociarse con sus compañeros arriba, especialmente, al no entenderse entre ellos, pues él tenía a Murcia, Huérfano y Jair Valencia en ataque.

Aun así, fue poco lo que sufrió en defensa, que contaba con Figueroa y Rivas como centrales, quienes por momentos fueron lentos en la reacción y mano a mano, además de los laterales Omar Bertel y Andrés Román, que no dieron mucha salida al ataque.

En todo el primer tiempo, el libreto fue el mismo, con Millonarios dejando pasar los minutos mientras se acomodaba a este esquema novedoso pero fundamental para encontrar emergentes, que mucha falta hicieron en 2017.

Las sustituciones llegaron en la parte complementaria, con el primer ingreso de Ayron del Valle por Valencia, quien salió golpeado, y desde ahí se vio una mejor actitud ofensiva de los embajadores, al ver espacios para accionar.

Así fue como entraron David Silva y Juan Guillermo Domínguez, que hicieron un mediocampo más fortalecido, aunque sin olvidar el trabajo sobresaliente de César Carrillo, al que falta ver con el equipo titular.

Juan Camilo Salazar, otro juvenil, también hizo su debut con Millonarios, dejando buenas impresiones en ataque con sus salidas rápidas y siempre mostrándose arriba, pero uno de los errores del equipo en el segundo tiempo fue en el contragolpe, al no aprovechar el hombre libre.

De esta prueba con una nómina alterna, se pueden sacar cosas importantes, pues fue la prueba que se necesitaba ver para el cuerpo técnico y aficionados, así se sabrá cómo poder afrontar la Liga Aguila y Conmebol Libertadores, en medio de un apretado calendario.