18ª etapa Tour de Francia, Gap - Alpe d'Huez: Quintana es tercero en la general

Hay subidas y grandes puertos. Hay historia y leyenda. Hay corredores que han tocado el cielo con los dedos y hay gregarios o segundas filas que tienen su oportunidad y no pueden desaprovecharla. Todos los ingredientes estaban hoy en los Alpes franceses. La etapa reina del Tour de Francia no iba a defraudar y nos ha deparado un auténtico espectáculo que nos ha permitido ver la primera pájara (si se le puede llamar como tal) de Chris Froome y la dureza de un deporte manchado por el dopaje pero compensado por las lágrimas de Riblon en la línea de meta ganando su segunda etapa en la ronda gala tras la cosechada en 2009.

Subir dos veces un puerto de la dureza, categoría y leyenda como el Alpe d'Huez en una misma etapa no es nada sencillo. Muchos esperaban que el Saxo Tinkoff lanzara un ataque al final de la primera subida y en la bajada para dejar solo a Froome, pero ni eso ni llegó ni el ataque posterior fue acertado tácticamente. Tampoco Movistar supo endurecer la carrera en el puerto, sino que prefirió hacerlo en territorio llano y dando problemas a un Contador que se había precipitado en la bajada junto a Kreuziger y lo acabaría pagando.

Todos estos alicientes propiciaban que la escapada, formada por Riblon, Van Garderen, Voigt, Chavanel y Moser, que irían cayéndose poco a poco. Solo el francés y el estadounidense acabarían con opciones de ganar la etapa. Antes de la segunda subida a l'Alpe d'Huez, Schleck, Voeckler, Rolland y Mikel Nieve intentaron un ataque para poder distanciarse del pelotón y, pese a conseguirlo en una primera instancia, fueron atrapados por la velocidad que Castroviejo y Rubén Plaza le dieron al pelotón antes del inicio de la subida.

Riblon caza como perro viejo

Hacía unos años, desde la gran exhibición de Voeckler, que los franceses no podían celebrar una gran victoria como la de hoy de Riblon. Ni Pinot, ni Peraud ni Rolland están acabando de rematar todas las expectativas puestas sobre ellos y ha tenido que ser el veterano corredor de la AG2R la Mondiale el que, tras subir el Alpe d'Huez con mucha inteligencia, le arrebatara a Van Garderen la posibilidad de victoria a falta de 2 kilómetros para el final. El norteamericano había sido capaz de desprenderse del francés a falta de 10 para el final y, cuando parecía que lo tenía hecho, las piernas dijeron basta y Riblon se lo creyó, aceleró y pasó como una exalación por delante de un Van Garderen exhausto y extenuado. Tras cuatro años sin ganar una etapa, Riblon volvía a repetir victoria en el Tour con lágrimas en los ojos, celebrando la victoria y coronándose en el mismo puerto que Carlos Sastre sentenció su Tour en 2008.

Tensión, ataques y pájaras

En el grupo de los favoritos, la tensión se vivió nada más empezar el puerto. El guión volvía a ser el de siempre. Richie Porte tiraba del grupo e iba eliminando corredores. Schleck, Igor Antón, Dani Moreno y Rogers iban quedándose rezagados, aunque el ritmo tampoco era como el de los Pirineos. Fue casi desde abajo del puerto cuando, sorprendentemente, Chris Froome decidió arrancar, con ese característico estilo de hacerlo sin levantarse, y dejar solo a Contador, Purito, Valverde, Nairo Quintana y el propio Porte, que aguantaba el ritmo de su líder de equipo.

La estrategia del Sky era poco entendible. Con una ventaja prudencial en la general y pudiendo mirar los toros desde la barrera, el británico decidía volver a demostrar que es el más fuerte. Volvía a hacer otra arrancada y nadie le iba a rueda. Con Purito y Nairo sin necesidad alguna, Contador no tenía piernas para salir. Al ver esa circunstancia, Dani Moreno acompañó a Purito hasta Froome y lo dejó con él junto a un Nairo Quintana que también quería meterse en el meollo.

Se iban los tres sin que Contador ni Valverde pudiesen reaccionar. La crisis del madrileño era evidente y Porte avisaba por el pinganillo a su equipo. El propio Porte volvía a llegar a la rueda de Froome para ayudarle y volvía a lanzar otro ataque para eliminar a Purito y Nairo. Sin embargo, Froome ya no iba tan fino. Por primera vez en todo el Tour, las piernas le flaqueaban y las fuerzas eran justas. Esa explosividad desaparecía tímidamente. No iban a desaprovechar esa oportunidad Nairo y Purito, que se marchaban de la pareja del Sky y veían como Froome se quedaba sin gas. Tal fue la "pájara" que tuvo que pedir avituallamiento del coche del equipo en un momento que estaba prohibido y fue sancionado con 20 segundos en la general por ese mismo hecho. El Sky atacó sin necesidad y Froome lo pagó

Por detrás, Contador seguía sufriendo y se enganchaba a la rueda de Kreuziger, que tiraba de orgullo para mantener una buena posición en la tabla. Mikel Nieve, ejerciendo ya de líder del Euskaltel, se metía en ese grupo y Fulgsang iba metiéndose paulatinamente. La fatiga de Alberto Contador se reflejaba en su rostro. Esa movilidad del madrileño encima de la bicicleta había desaparecido. Las fuerzas otra vez le fallaban. Sin embargo, la garra y el pundonor por mantener el segundo puesto en la clasificación le hacían no desvanecerse.

Nairo y Purito seguían aumentando la diferencia con Froome y Porte y les sacaban, en meta, un poco más de un minuto de diferencia. El colombiano, en su primera participación en el Tour, conseguía colocarse tercero en la general desbancando a Kreuziger, mientras que, Purito, de menos a más, se colocaba quinto a pocos segundos del podio. Más atrás llegaba un Froome cansado y, a cuatro segundos de él, con una gran subida a ritmo y sin salir por la televisión, Alejandro Valverde, que de no ser por la jornada de los abanicos, seguiría estando ahí entre los mejores. A dos minutos del dúo Quintana-Rodríguez, lo hacían Nieve, Fuglsang y Contador, mientras que Kreuziger lo hacía a diez segundos de este trío con mucho movimiento de riñones. Contador, Kreuziger, Nairo y Purito por el podio

El Alpe d'Huez volvía a hacer estragos, volvía a dejarnos fatiga y volvía a deleitarnos con un espectáculo inigualable. Las curvas, la dureza y los más de 3000 kilómetros que llevan los corredores en las piernas hacían que los rostros fuesen de circunstancia y las piernas temblaran como nunca. Riblon se doctoró, Van Garderen perdió la oportunidad de su vida, Froome aumentó la ventaja y el podio ahora está más apretado que nunca. Mollema y Ten Dam se han desplomado y Valverde ha vuelto al Top 10.

Clasificaciones

Etapa

Regularidad

Mañana, penúltimo intento

Mañana, segunda etapa alpina con un total de cinco puertos y 204 kilómetros. Salida desde Bourg d'Oisans, ascenso a dos puertos de categoría especial como Glandon y Madeleine, posteriormente, Tamié, de segunda categoría y Epine, de primera. Finalmente, subida a la Col de la Croix Fry, de primera, antes de descender camino de Le Grand Bornand. La podrán seguir en VAVEL. Vídeo de su presentación.

Los puertos

Resumen etapa