Era la medalla esperada por todos los colombianos, su nombramiento como abanderada de la delegación nacional era la gran muestra de confianza de los habitantes del país para con la hermosa atleta paisa de mirada expresiva y sonrisa fácil que con su brillante rendimiento en la previa al certamen olímpico ilusionaba a aficionados, dirigentes y periodistas con una presea dorada.

Mariana portando la bandera durante la inauguracionEl viernes 27 de julio de 2012 Mariana tuvo su primer acercamiento con las olimpiadas londinenses, portando la bandera nacional en sus manos desfiló imponente por el estadio olímpico de la capital inglesa durante la inauguración de los Juegos, dicha seguridad combinada con su naturalidad hacia prever de alguna manera el desenlace en su competencia unos días después.

Luego de la ceremonia Mariana regreso a Lumbres, Francia donde adelantaba su preparación para la olimpiada junto al resto del equipo de BMX que represento al país. Viendo cerca la hora de la competencia todos se desplazaron finalmente a la villa Olímpica en los primeros días de Agosto, los entrenamientos se acercaban y la expectativa por Mariana crecía a medida que los deportistas en las demás disciplinas le daban alegrías al país, unas esperadas y otras no tanto, pero todas las medallas fueron un bálsamo de alegría que por unos días volteo a mirar a sus deportistas como excusa para la unión de toda la nación.

Finalmente el 8 de Agosto se pudo ver a la bella paisa en acción, con motivo de las prácticas previas a la competencia oficial Mariana Pajón rodó ante la mirada atenta de todo un país que esperaba con ansias su actuación, ocupó la tercera posición con un tiempo de 38.787 segundos y dejó la sensación que para el día viernes todo un país celebraría con ella la ansiada medalla.

El gran día por fin llegó, el 10 de Agosto de 2012 Mariana Pajón correría en la pista olímpica de Londres desde tempranas horas de la mañana (horario colombiano) las semifinales del BMX olímpico femenino, los medios de comunicación estaban con ella y los aficionados habían impulsado a través de twitter dos tendencias #VuelaMariana y #FuerzaTata en la que le expresaban todo su apoyo y confianza en la búsqueda del oro olímpico. Mariana tomó la delantera desde el inicio de la final olimpicaY Mariana en la pista estuvo intratable, en las tres series de semifinal brillo y pulverizo a todas sus rivales con tiempos de 38.759 segundos en la primera manga , 38.749 segundos en la segunda y 38.845 segundos en la manga final. Con estos registros y la evidente superioridad mostrada el sueño dorado de Mariana y de todo un país estaba más cerca que nunca. Y sobre las 10:00 A.M. en Colombia su tierra natal a muchos kilómetros de donde ella estaba se comenzó a vivir un fenómeno singular, estudiantes, trabajadores, profesores, gente del común, etc empezaron a buscar televisores y radios para seguir la carrera, quizá como presentimiento de lo que estaba por suceder y nadie se quería perder el gran momento. 20 minutos después el país estaba paralizado, muchas empresas habían suspendido momentáneamente sus labores y gran cantidad de universidades pararon sus clases durante un rato, todo con la excusa de ver a Mariana. Ya por fin sobre las 10:30 A.M. se anunció la carrera, y allí sobre el partidor 4 Mariana saludó a todo un país (y planeta) que la acompañaba en su gran momento, la carrera había llegado y el legendario narrador ciclístico Rubén Darío Arcila sería el encargado de transmitir al país las emociones de la misma. Finalmente se dio partida y en todo un país solo se oyó la voz del maestro Arcila durante 37.706 segundos, tiempo que le tomó a Mariana recorrer los 400 metros de la pista olímpica para lograr la ansiada medalla de Oro que terminó por redondear la actuación de la delegación colombiana en Londres, después de que la hermosa atleta cruzo la línea todo fue jubilo y gritería a lo largo y ancho del país, esta patria tan dividida en ocasiones por razones simples o absurdas se unió en torno a una joven de 20 años, mientras ella celebraba en Londres con su familia, compañeros y entrenadores Rubén Darío Arcila se inmortalizaba una vez más con sus relatos, ya que en los momentos posteriores a la competencia mientras explotaba el júbilo en la nación él lo adornaba con su voz que pronunciaba “Dios salve a la reina, a la reina del BMX bajo este cielo de tambores” este momento y esta transmisión difícilmente serán olvidados por todos quienes lo vivieron.

Después de la carrera de Mariana, el bicicrosista Carlos Mario Oquendo lograría la medalla de Bronce en la final de la rama masculina y así se coronaria una jornada brillante e histórica para el deporte colombiano. Aproximadamente una hora después de la competencia Mariana Pajón fue condecorada con su medalla de oro mientras en Londres sonaba el himno nacional y se izaba el pabellón patrio, mientras tanto acá en Colombia muchos también sentían esa medalla como suya y aprovechando que la competencia fue un viernes muchos celebraron a distancia con Mariana que con su sonrisa y su mirada le decía a todos los colombianos “gracias por su apoyo”.

A partir de ese momento Mariana Pajón pasó de ser una bicicrosista para convertirse en una de las figuras públicas más queridas por todos los colombianos, días después de las olimpiadas recibió un sinnúmero de homenajes junto a los demás medallistas olímpicos por las alegrías entregadas a toda la población del país. Sin embargo la mayoría de muestras de cariño se enfocaron en ella quien desde aquellos días es llamada por algunos con cariño “la novia de Colombia” ya que debido a su simpatía, hermosura y sencillez muchos aficionados de todas las edades trinaron con jocosidad mensajes como “ella es mi novia” o “mujer más hermosa que ella no hay” reflejando el cariño que generaba para todos en el país.

Luego de las olimpiadas Mariana Pajón ha seguido cosechando triunfos en las pistas de todo el mundo a la vez que crece su imagen como icono publicitario y símbolo de todo un país, todo esto a la vez mientras ella cocina a fuego lento su sueño de coronar una nueva medalla dorada en las olimpiadas de Rio 2016.