El ciclismo magno deporte, hecho solo para los más gallardos y constantes. Para probar un sorbo de gloria en esta disciplina debes tener gran resistencia, ser un nato escalador, un gran contrarrelojista o ser el corredor más explosivo en los últimos metros, pero además debes gozar de grandes dosis de fortuna para sortear al mayor enemigo del ciclista, ese riguroso juez al que le llaman caída. Ellas no conocen de favoritismos, no tienen ni Dios, ni ley que las rija, un mal movimiento, un despiste, un desperfecto mecánico y ellas estarán ahí, prestas para robarte la ilusión de conseguir la grandeza para la que tanto te has preparado.

Rodríguez, Froome, Contador y Quintana han sentido este año la severidad de este enemigo Este año en las tres grandes vueltas este ingrato juez ha depurado el grupo de favoritos. En el Giro de Italia Daniel Martin se retiró prematuramente por una fractura de clavícula, y días más adelante fue Joaquim Rodríguez quien abandonó por varias fracturas: una en el primer dedo de la mano izquierda y otra en la octava costilla del tórax izquierdo.

En el Tour de Francia este enemigo silencioso también dijo presente y se llevó a los dos máximos candidatos al título, primero fue Cristopher Froome quien se cayó tres veces en dos días y tuvo que retirarse debido a tener las dos muñecas fracturadas, y días más tarde el mismo verdugo reclamó las ilusiones de Alberto Contador, quien en la etapa diez sintió todo el rigor del asfalto y tuvo que retirarse por una fisura en la meseta tibial de su pierna derecha.

Nairo Quintana. Caption: Movistar Team

Nairo Quintana tampoco logró evadir la sentencia de ese juez, quien lo condenó en dos instancias. La primera el día de la contrarreloj, la causa un desperfecto mecánico, ¿El veredicto? perder el liderato y quedar lejos de la lucha por el campeonato, Quintana no sucumbió ante este verdugo y a pesar del infortunio se paró y siguió dando la batalla. El juez no había quedado contento con el hecho de rezagar a Quintana del lote de favoritos, así que decidió volver el día siguiente y llevar una vez más al estrado al ya magullado Quintana, y sin piedad le aplicó el peor castigo, fractura de escápula y destierro del sueño de ganar la Vuelta a España.

Grandes leyendas como Eddy Merckx, Miguel Indurain, Bernard Hinault y Greg LeMond han caído en manos de este terrible verdugo, y claro también ciclistas colombianos han sufrido los efectos de los percances, algunas veces solo los magullan, otras tantas les arrebatan el sueño de ganar la carrera, otras han logrado acabar con la carrera profesional de varios escarabajos, y hasta una vez tuvieron la osadía de quitarle la vida a un corredor.

'Lucho' Herrera

En 1985 Luis Herrera protagonizó uno de los sucesos más recordados por el ciclismo, en la etapa catorce del Tour de Francia, el jardinerito sufrió una aparatosa caída tras el descenso de Croix de Chaubouret, pero Lucho le hizo el quite a este enemigo y de manera magistral ganó la etapa. En la memoria de todo el mundo quedará la imagen del escarabajo con el maillot de pepas rojas rasgado y la cara manchada con la sangre de un guerrero que se burló del infortunio.

Rigoberto Urán tampoco logró escaparse del más férreo enemigo del ciclista, el hombre de Urrao en el año 2007 sufrió una aparatosa caída en la cuarta etapa Vuelta a Alemania, el dictamen fue fracturas en ambos codos y una de las muñecas que lo alejaron varios meses de las carreteras. Además, hace un año, este verdugo volvió a hacer de las suyas y le arrebató a Rigo la posibilidad de ganar la prueba de ruta en los mundiales de ciclismo en Florencia.

No ha existido ciclista que no se haya liado alguna vez con una que otra caída, pero la historia entre Juan Mauricio Soler y este enemigo natural merece un capítulo aparte.

Las victorias siempre rodearon al lancero Soler desde sus comienzos, pero las caídas fueron también pan de cada día en su bagaje por el ciclismo. Cada golpe en vez de mermar su amor por el ciclísmo, lo que hacía era fortalecer mucho más al gran Mauricio. En la memoria de los aficionados del ciclismo aún están las tres caídas sufridas por Soler en el descenso del Alto de la Línea en la Vuelta a Colombia del 2005, además de otras tantas que sufrió que varias competencias tanto en categorías juveniles como élite.

Juan Mauricio Soler. Caption: Vanguardialiberal

Era el año 2011 y Juan Mauricio Soler era uno de los corredores que más posibilidades tenía de pelear en el Tour, y como parte de su preparación, tomó partida en la Vuelta a Suiza, pero allí se topó una vez más con ese enemigo, quien para esta ocasión venía en compañía de la muerte, ambas retaron al boyacense a una dura batalla por su vida. Corría la sexta etapa, Soler trató de esquivar un bache, pero para mala fortuna no logró hacerle el quite y su más acérrimo adversario le pasó cuenta de cobro, como resultado Juan Mauricio chocó contra una valla, y el diagnóstico no fue nada alentador: traumatismo craneoencefálico severo con edema cerebral, además de múltiples fracturas y hematomas. Lo había vuelto a hacer, pero de la forma más osada. Esta vez, el rival del ciclista no tuvo benevolencia y condenó a Soler a correr la carrera más importante de su historia, la carrera por la vida.

Tras dos semanas en coma, Soler le ganó el primer pulso a la muerte, logró recuperar la conciencia. Tras ello, el hombre de Ramiriquí inició otra batalla para recuperar su movilidad, la cual paso a paso fue ganando. Para alegría de todos Soler venció a la muerte, pero el rival natural del ciclista había logrado acabar con la carrera profesional de uno de los deportistas más talentosos que ha dado Colombia.

En la Vuelta a Colombia del año 2004 una caída cobró la vida del ciclista Juan Antonio Barrero, se corría la quinta etapa entre Santa Rosa de Cabal y Jericó, no iban más de diez minutos de carrera cuando se produjo una caída múltiple en donde el corredor de Cundinamarca fue el más afectado, sufrió traumas múltiples en el tórax, vértebras cervicales, además de un trauma craneoencefálico grave, horas más tarde falleció debido a las graves lesiones producidas por ese ingrato enemigo del ciclista.

Las caídas y el ciclismo, algo tan natural como la misma gravedad, los infortunios han estado, están y siempre estarán presentes en las vidas de los ciclistas, es una ley universal y algo de no acabar, ha robado anhelos, hasta ha quitado vidas, pero lo que no conseguido y jamás conseguirá es que los ciclistas renuncien a esa gloria que solo este majestuoso deporte sabe dar.