Desde que era solo un niño en las canchas del club campestre de Pereira, Santiago Giraldo pasaba horas y horas entrenando con un objetivo que desde entonces veía claro: “ser el mejor de Colombia”. Con los años y la dedicación, ese joven fue visto por muchos como una de las promesas del tenis, e incluso, en una entrevista el mismo Giraldo cuenta cuando Guillermo Vilas se sorprendió al verlo jugar, pero al saber su nacionalidad, no se cortó en decir: “Que difícil que te va a tocar chico”. El argentino no hablaba de forma discriminatoria hacia los colombianos, al contrario, veía en ese joven tenista un gran talento, pero tenía razón; el tenis es un deporte de tradición, una tradición que Colombia no tiene, y que poco a poco con los Hadad, Tobón, Falla, Salamanca, Giraldo, entre otros ha ido creando poco a poco.

Quisiera que muchos se pusieran en los pies de un chico de 18 años debutando en el circuito profesional, cargando con la presión de un país que todo lo quiere ganar, pero no construyo, destruye a sus deportistas, que quiere que lleguen al número uno, en un país que no ha tenido ni siquiera un jugador entre los 10 primeros.

He tenido la fortuna de ver a la mayoría de los tenistas colombianos que transitan por esta época, y debo decir, que desde la primera vez que vi a Santiago en una exhibición en la que el plato fuerte eran Agassi y Sampras en el Coliseo el Campín, Santiago me dejó sorprendido, tiene una pasión grandísima por este deporte, no da una pelota por perdida, y siempre, siempre busca ganar el punto, le pega fuertísimo a la pelota. Seguro que los rivales al tener al frente a Federer, Djokovic, Nadal o Murray al frente, tienden a retroceder en la cancha, a buscar que el resultado no sea tan desastroso ¡Santiago no!, Santiago es fiel a su estilo, siempre buscando las líneas, corriendo todas y pegando fuertísimo, tanto así que este pereirano ¡ya logró derrotar a Andy Murray!.

Es fácil subirnos al tren de la victoria, como lo hizo todo el mundo cuando aplastó en la cancha a Juan Carlos Ferrero (6-3 y 6-0) o cuándo llegó a la final del Conde de Godó (ATP 500), mejor aun cuando durante dos semanas de septiembre de 2014 se ubicó en el puesto 28 del escalafón de la ATP, ahí todos alababan a Giraldo por su tenis agresivo.

La presión para un tenista como él es muy grande, sabiendo que si pierde todo el país se le va a ir encima, también es acertado decir que es un tipo temperamental, que se sale fácil de un partido, que discute si cree que una decisión fue incorrecta por parte del juez, o como lo hizo frente a Chile, decisión por la cual fue criticado y sentenciado, por retirarse en una cancha que no parecía de polvo de ladrillo sino de barro, que ponía en riesgo su integridad física y la de todo el equipo colombiano. Al final, la ITF le dio la razón.

No destruyamos nuestros deportistas, sintamos orgullo por eso, cuándo Giraldo esta temporada salió del top 100, llegó hasta el puesto 150, su ranking más bajo en muchos años, se escucharon palabras de “no fue más, hasta ahí llegó, debería retirarse…” y apenas tiene 28 años; el promedio de edad de el top 10 es de 32 años aproximadamente. Ahora, Giraldo ha recuperado 21 posiciones en las últimas seis semanas, tiene victorias sobre Martin Klizan y Sam Querrey, ambos top 30, ganó el Challenger de Liberèc en República Checa, llegó a cuartos de final de Los Cabos (ATP 250), cosa que no lograba hace más de un año, acaba de acceder a semifinales en Barranquilla, cayó con él a la postre campeón.

Quedan más de tres meses para que finalice el calendario ATP, el colombiano tiene 475 puntos en el escalafón, 454 en lo corrido del año, solo defiende 18 puntos de aquí al final de la temporada, está a poco más de 150 puntos del 100, y para Santiago, que ha sabido que es tener más de 1000 puntos en el escalafón, seguro será tarea pendiente hasta fin de año regresar, y el otro volver a los puestos en los que por nivel, merece estar.

¡Challenge!