Solo fueron unos minutos, solo fueron 170 km/h en promedio, pero fueron suficientes para que hasta ahora se recuerde cómo se le hizo sentir por primera y única vez a los bogotanos el retumbar del sonido de un auténtico auto de Formula 1 de 950 caballos de potencia en las calles de la ciudad

El pasado viernes 10 de abril se cumplió una década de una visita histórica para los aficionados a los deportes a motor, pero sobre todo, al automovilismo y a la Formula 1 en Colombia.

El Red Bull modelo R6 con motor del 2005, en la Carrera séptima de Bogotá. Imagen: colombiamotorfans.com
El Red Bull modelo R6 con motor del 2005, en la Carrera séptima de Bogotá. Imagen: colombiamotorfans.com

La escudería austriaca Red Bull Racing, que en ese entonces contaba en sus filas con el alemán Sebastian Vettel, campeón de la categoría ese mismo año, y el australiano Mark Webber, brindó una corta, pero suficiente y espectacular exhibición en Bogotá el sábado 10 de abril de 2010. El show, comenzó alrededor de las 6:30 am y se extendió hasta casi las 9 am. 

'Red Bull circuito Bogotá 2010', el nombre oficial de la exhibición. Imagen: autosdeprimera.com.
'Red Bull circuito Bogotá 2010', el nombre oficial de la exhibición. Imagen: autosdeprimera.com.

Dos autos en uno, para una mañana a toda máquina

El auto ensamblado para ese día fue el chasis y carrocería del Red Bull RB6, con un motor V10 de la marca Cosworth que pertenecía al modelo RB1 del 2005, y fue pilotado por el escocés David Coulthard, subcampeón de la F1 en 2001, y quien tuvo un breve paso por la escudería, siendo este el último equipo para el que trabajó en una extensa carrera que duró hasta 2008. 

Desde las primera horas, casi que en la madrugada del día del evento, los aficionados coparon los costados de la carrera séptima en una pasarela que se extendió desde la Plaza de Bolívar hasta la calle 18 en un recorrido de 1,2 kilómetros por el característico asfalto ondulado, que en esa época, estaba abierto para el tráfico vehicular. 

La recepción y la comprensión de la importancia del evento fue tal, que incluso los fanáticos se treparon a los árboles que decoraban el paisaje urbanístico del centro de la ciudad, e incluso las personas que residían los edificios cercanos disfrutaron de un evento que, bajo la organización de la empresa de bebidas energizantes en Colombia, a día de hoy, suena poco creíble que haya sido gratuito.

Los días previos

Los días que antecedieron al evento, fueron dedicados a la logística de la llegada del auto, y de la adecuación del lugar en el que este sería ensamblado.

Fue todo un arduo trabajo el que se realizó por el equipo de ingenieros y mecánicos del equipo, ya que constituyó una labor especial el poder adecuar mecánicamente un auto como estos en unas condiciones poco comunes, teniendo en cuenta la altura de la capital. En palabras del mismo Coulthard:

"Nunca he conducido un Fórmula Uno a una altura como la de Bogotá, y aunque tendremos menos potencia en el motor por el hecho de tener menos oxígeno en el aire, estoy seguro de que vamos a dar un gran espectáculo frente al público".

David Coulthard, en una charla con el portal F1aldia.com

Además, la organización tuvo que estar pendiente de todos los detalles, como la traída del auto por partes desde un contenedor en Canadá que fue transportado en barco hasta Cartagena, y su posterior vuelo hacia Bogotá.

La empresa comercializadora y distribuidora de vehículos VAS Colombia, gestionó la adecuación del garaje que reunió las condiciones tanto locativas como tecnológicas para que los mecánicos e ingenieros, tanto los traídos por el equipo, como los que trabajaban en el lugar, desarrollaran su trabajo.

El taller de Skoda en el barrio La Perseverancia, el escogido para en ensamblaje del RB6. Imagen: autosdeprimera.com
El taller de Skoda en el barrio La Perseverancia, el escogido para en ensamblaje del RB6. Imagen: autosdeprimera.com.
 
 
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La puesta a punto se hizo en los garajes del taller de Skoda-colwagen SA, que se ubicaba en a calle 30 con carrera quinta. La precisión y el detalle fueron tales, que para hacer una idea, el auto tuvo que tener una modificación en su chasís y carrocería, sufriendo una elevación de 70 mm respecto de su altura original. 

Como último acto de la puesta a punto y ajuste del auto, el día anterior, viernes 9 de abril, se probó el RB6 con motor RB1 en las curvas del autódromo de Tocancipá bajo la lluvia de un característico mes de abril en la sabana. Toda una postal digna de ser enmarcada para la posteridad, pues nunca antes, ni a día de hoy, se ha podido presenciar un auto de estas especificaciones rodar en Colombia. 

El monoplaza manejado por Coulthard, testeado antes de su exhibición en el autódromo de Tocancipá. Imagen: motorsport.com
El monoplaza manejado por Coulthard, testeado antes de su exhibición en el autódromo de Tocancipá. Imagen: motorsport.com.
 
 
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Según lo comenta Diego Mejía, periodista especializado en deportes a motor, de amplia trayectoria, y presentador oficial del evento, fueron cerca de 70.000 personas las que se congregaron alrededor de la Plaza de Bolivar y en los metros de la Carrera Séptima que fueron dispuestos. 

Desde la Catedral Primada de Bogotá, en un improvisado garaje de pits, bajo inflable de la marca como punto de partida, y hasta la esquina que colinda con la calle 19, el vehículo pilotado por Coulthard se dirigió rampante en sentido norte, y dio varios giros para hacer recorridos constantes en ambos sentidos de la vía, exhibiendo el potencial y la majestuosidad ingenieril y teconológica de la Formula 1.

David Coulthard, empuñando la bandera de Colombia mientras transitaba la carrera séptima en Bogotá. Imagen: motorsport.com
David Coulthard, empuñando la bandera de Colombia mientras transitaba la carrera séptima en Bogotá. Imagen: motorsport.com.
 
 
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Fue una experiencia como pocas, y quizá la única que en sus vidas pudieron sentir las almas que atestiguaron el ruido ensordecedor pero vibrante de un auténtico Formula 1 en tan emblemático lugar de la ciudad.

Fueron minutos en los que se pudo presenciar el humo expedirse de las llantas tras las donas (giros) hechos por aquel auto que, sin saberlo, unos meses más tarde sería el campeón del mundo.

 Las 'donas', tradición en la celebración de los pilotos al ganar, o en una exhibición, como la sucedida en Bogotá. Imagen: goformula1.blogspot.com.
Las 'donas', tradición en la celebración de los pilotos al ganar, o en una exhibición, como la sucedida en Bogotá. Imagen: goformula1.blogspot.com.

Quizá el único lunar, pero que no deja de ser una anécdota, fue el registro de una víctima mortal: fue una ingenua paloma que no pudo calcular la velocidad de semejante auto pasar, al punto que fue atropellada, dejando como único recuerdo sus alas volar por los aires. 

El olor del caucho impregnado en un asfalto que por minutos se convirtió en las mismísimas calles angostas de la pista urbana de Mónaco, y ver a un ilustre piloto empuñar la bandera colombiana, hicieron de esa, una mañana que nunca se olvidará.

El marco del evento fue complementado por diferentes actos como varias fotografías del auto y de Coulthard en el sector de Las Aguas con el emblemático Transmilenio de fondo, en la Plaza de Bolivar, la zona 'T' y algunas calles de La Candelaria. Además, en los días previos, el piloto escocés tuvo contacto con estudiantes de uno de los colegios distritales en el sector de El Tunal, y el desfile de varios autos clásicos como previa al acto central el mismo día sábado. 

La estatua de Simón Bolívar contemplando el monoplaza de Red Bull, bajo la custodia de las aves del céntrico punto de Bogotá. Imagen:
La estatua de Simón Bolívar contemplando el monoplaza de Red Bull, bajo la custodia de las aves del céntrico punto de Bogotá. Imagen:

Solo hay un antecedente en la historia que se acerque a lo visto aquel día, y fue la presencia de la Formula 2 en 1971 en el que fue el Autódromo Ricardo Mejía. El Gran Premio ciudad de Bogotá tuvo la presencia ilustre del británico Graham Hill, campeón del mundo en 1962 y 1968. Pero desde ese momento, nada como lo que se vivió ese memorable sábado de abril de 2010. 

Pasaron poco más de tres años desde la última vez que Colombia tuvo algo que ver con la máxima categoría del automovilismo cuando Juan Pablo Montoya disputó por última vez una carrera de Formula 1 en el Gran Premio de Estados Unidos de 2006; y además, se recibió a un piloto que no tuvo la mejor de las relaciones con el colombiano.

Una auténtica postal: Monserrate como sínbolo tradicional, y la modernidad de un auto Formula 1 en Bogotá. Imagen: colombia.com
Una auténtica postal: Monserrate como sínbolo tradicional, y la modernidad de un auto Formula 1 en Bogotá. Imagen: colombia.com

Sin embargo, nada de eso importó, solo unos valiosos minutos para saber de cerca lo que se siente estar en un autódromo. Lo único que importó, es que por un día, Bogotá, y miles de privilegiados, se convirtieron en las curvas del casino, la horquilla, el tunel, o la piscina, puntos del circuito del Gran Premio de Mónaco, lugar en el que uno de los suyos hizo historia para siempre. El 10 de abril de 2010, día en el que la capital de Colombia, fue sede de la Formula 1.