Gustavo Silva, el pintor que se salió del cuadro
Foto: Gustavo Silva

Hijo de artistas, Gustavo Silva Núñez nacido en Valencia (Venezuela) en 1980 es uno de esos creadores que nos hacen dudar si todos los seres humanos vivimos en idénticas dimensiones, pues el pintor sudamericano parece pasar a otra dimensión cada vez que se dispone a crear una nueva obra. Educado desde muy pequeño en el mundo del arte, su padre José Laurencio Silva, fue el que le introdujo en el mundo de la pintura, es su gran referente, además de los grandes como Rembrandt y Gottfried Helnwein. Su madre, escultora y ceramista, le instruyó en el arte y el dominio de la profundidad, las dimensiones y la creatividad del artista con sus manos. De pequeño en clase de matemáticas ya logró impresionar a su profesora, cuando aburrido, representó en su bloc de números la escena de un parto, y lo hizo a tal nivel de detalle, que esta llamó a su padre porque no lo veía normal para un niño de su edad. Su padre (médico además de pintor) acogió la llamada con serenidad, no le extrañó nada que su hijo hubiera dibujado aquello, pues solía mirar sus libros de medicina y reproducía al detalle lo que veía.

Gustavo Silva
Gustavo Silva

Como a todo creador que incursiona en el hiperrealismo, la originalidad de la perspectiva y la habilidad técnica del cuadro “Cristo de San Juan de la Cruz” de Salvador Dalí, le enamoran. El hiperrealismo acuoso de Gustavo Silva es una fascinante visión de otra dimensión que casi parece poder tocarse, es la mítica puerta de Alicia en la que nos podemos adentrar, si no físicamente, visualmente, pues tal y como hace el genial artista venezolano, con sus obras de arte se puede interactuar, creando realidades sobre un plano que nos invita a chapotear, a zambullirnos en sus increíbles cuadros. Gustavo es un enorme virtuoso de la foto realidad, pero a su vez sus creaciones transmiten serenidad, el azul, su infinidad de matices y brillos, más la distorsión del medio acuoso fascinantemente representado es quizás ese espejo de paz, esa puerta dimensional en la que entramos cuando contemplamos su obra. Sus pinturas son tan reales que parecen surgidas de nuestra realidad, pero lo cierto es que solo la pintura y sus numerosas capas pertenecen a ella, puesto que por los miles de detalles representados, la precisión, el conocimiento e infalibilidad de los puntos de luz, conseguimos colarnos en la hiperrealidad del artista y su obra, aquella que da vida a la imágenes.

Gustavo Silva
Gustavo Silva

El trabajo de Silva es tremendamente laborioso y minucioso, son miles de horas empleadas en el cuidado creativo, llevando al extremo hasta el más mínimo detalle. Destacan sobremanera los tatuados bajo el agua, trabajos en los que estudia con una profundidad inigualable el comportamiento de los colores, y las tinturas en un medio acuoso y bajo un lienzo de piel. Gustavo Silva, destaca especialmente en sus trabajos representativos del medio acuoso, pero en sus retratos se puede detectar igualmente su capacidad para captar el alma en la mirada del retratado.  Y aunque muchos puedan pensar que Gustavo es pintor por encima de todo, él mismo se considera músico-baterista, puesto que la música es su otra gran pasión, y utiliza ambos medios creativos como manera más íntima de expresión de su arte. Hoy su nombre recorre el planeta, sus pinturas humanizan el mundo, abrazan de realidad a sus contempladores mientras su música le acompaña en este viaje, que quizás acabe en otro lugar, otra dimensión, otra tendencia pictórica.

Gustavo Silva
Gustavo Silva

Como dijo Gustavo, “la inspiración llega cuando toda expectativa se detiene, cuando la mente y el corazón se tranquilizan”, la acertadísima frase se puede sentir y observar en todas sus creaciones, en las que a veces es muy complejo distinguir al artista del propio cuadro, porque en el caso del pintor venezolano nunca sabremos si sus cuadros forman parte de él o es el propio pintor el que se salió de su cuadro.  Lo que sí sabemos es que no queremos que deje de pintar, de crear, ya sea en esta realidad, en la suya o en el infinito mundo del abstracto.

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