“Los jóvenes vienen pisando fuerte” podría ser un buen titular que resuma lo acontecido en los saltos del Campeonato Mundial en Pista Cubierta de Birmingham, puesto que excepto el mítico Renaud Lavillenie, con 31 “tacos”, todos los nuevos campeones mundiales tienen menos de 28 años, dando la media de edad de las ocho pruebas disputadas 24,37. Analizaremos prueba por prueba cómo fueron los concursos disputados en la pista inglesa:

 

SALTO DE LONGITUD

 

Tanto el concurso masculino como el femenino estuvieron disputados hasta el último instante, reflejando la igualdad que existe en el foso. En el caso de los chicos, Luvo Manyonga llegaba invicto a la cita mundialista y como el rival a batir tras su mejor marca mundial, y de hecho no defraudó: Tras unos problemas en los tres primeros saltos saltó 8,44 (Mejor marca mundial otra vez) para colocarse primero, pero no contaba con que Juan Miguel Echevarría destrozara su marca personal y le adelantara con unos asombrosos 8,46. El sudafricano arriesgó en sus dos últimos saltos buscando superar al joven cubano, sus nulos de más de 8,60 así lo demuestran, pero no pudo ajustar la batida correctamente y perdió su invicto ante el “chaval” de 19 años. El bronce se lo llevó el campeón en Portland 2016, Marquis Dendy, con otro marcón de 8,42, mientras Eusebio Cáceres logró un meritorio 8º puesto a pesar de arrastrar unas molestias en su pierna de batida.

En las mujeres hubo menos sorpresas: Ivana Spanovic consiguió su primer título mundial (Ya sea indoor o al aire libre) tras 5 años persiguiendo el oro, con una mejor marca mundial del año de 6,96, y derrotando finalmente a una de sus mayores rivales y defensora del título, Brittney Reese, que se tuvo que conformar con la plata con un mejor salto de 6,89. Sosthene Moguenara consiguió al fin una medalla en un campeonato mundial: Bronce con un salto de 6,85, en una prueba que no tuvo representación española.

 

TRIPLE SALTO

 

La igualdad también estuvo patente en una de las pruebas más difíciles del atletismo en ambas categorías. En la masculina, Will Claye “sorprendió” a todos ganando el oro con una mejor marca mundial de 17,43, reeditando así el título que logró en Estambul 2012. Almir Dos Santos, a pesar de su juventud y su poca experiencia en la prueba (24 años y solo una temporada compitiendo en Triple) llegaba como el favorito a Birmingham tras su mejor marca mundial de 17,37, y que acabó batiendo en la final con una marca personal de 17,41, pero que solo le sirvió para conseguir el subcampeonato. El incombustible Nelson Évora consiguió otro metal para su colección tras saltar 17,40, marca de la temporada para él, y conseguir el bronce. En esta prueba tampoco hubo españoles en liza.

En categoría femenina hubo también un caos de marcas impresionante, que acabó cortando Yulimar Rojas en el penúltimo intento, que defendió con éxito su título de Portland tras saltar 14,63, mejor marca mundial del año. La hazaña es aún mayor cuando tenemos en cuenta que la venezolana se perdió toda la temporada de pista cubierta por lesión, además de que estuvo a punto de no participar en Birmingham por problemas de transporte. La veterana Kimberly Williams lideraba el concurso con una marca personal de 14,48, pero finalmente repitió la plata que logró en los mundiales de Sopot 2014. El bronce fue a parar a las manos de una grandiosa Ana Peleteiro, que “a lo Manyonga” sufrió en sus tres primeros saltos, pero dinamitó en el cuarto salto con una marcaza de 14,40, marca personal y segunda mejor marca española de la historia, que en ese momento la colocaba como subcampeona, pero acabó sucumbiendo ante su compañera de entrenamiento Yulimar. La medalla de la española llegó, según ella mismo declaró, “tras pasar momentos muy duros en su carrera”, como lesiones y varios cambios de entrenador.

 

SALTO DE ALTURA

 

En esta prueba dominaron los rusos, que, aun estando suspendidos de cualquier competición, sus mejores atletas pudieron participar bajo bandera neutral. España no presentó ningún atleta en ninguna de las categorías de esta prueba. En la prueba masculina estaba todo servido para un nuevo duelo entre Daniil Lysenko y Mutaz Essa Barshim, que en Londres 2017 se decantó a favor del qatarí, sin embargo, en esta ocasión las tornas se invirtieron: El ruso de tan solo 20 años se alzó con el título tras saltar 2,36 por los 2,33 del campeón en Sopot 2014. La medalla de bronce fue para un pletórico Mateusz Przybylko, que ganó por menor cantidad de nulos la batalla al bronce en Portland Erik Kynard en la altura de 2,29.

Sin embargo, si hemos dicho que los saltos se han caracterizado en general por los duelos igualados entre varios atletas, la excepción ha sido sin duda en la prueba femenina de la altura: Mariya Lasitskene se impuso de manera muy holgada a sus competidoras con un mejor salto de 2,01 y tras fallar por muy poco el 2,07, lo que la habría colocado como la 2ª mejor marca indoor de todos los tiempos. Para las “humanas”, el corte estuvo en 1,93, donde decidieron las medallas: Vashti Cunningham (Defensora del título), Alessia Trost y la aclamada por el público Morgan Lake saltaron a la segunda el listón, pero por número de nulos la joven estadounidense se quedó la plata, la italiana el bronce y la británica se quedó con la “medalla de chocolate”, 4ª.

 

SALTO CON PÉRTIGA

 

Acabamos con la que es, hoy por hoy, una de las pruebas del atletismo con mayor nivel mundial, tanto por la parte masculina como femenina, aunque ningún español ha participado en estas finales directas en Birmingham. Por la parte de los chicos, veníamos de la mejor competición de pértiga de la historia, en Clermont hubo ¡¡siete!! atletas que saltaron 5,88 o más, y seis de ellos estarían participando en el Mundial, a pesar de que el nivel bajó en la cita. Tras un concurso muy reñido (Para variar), Renaud Lavillenie consiguió revalidar su título de 2016 tras saltar 5,90 e intentar los 6 metros sin éxito, aunque cerca estuvo de lograrlo. Su emoción por volver a ganar un título internacional se hizo patente en el podio, cuando se echó a llorar tras serle entregado su medalla. Su amigo Sam Kendricks repitió la plata conseguida en 2016 tras saltar 5,85 y hacer nulos muy ajustados sobre 5,90 y 5,95. Piotr Lisek también saltó 5,85 a la primera tentativa, pero un nulo en anteriores alturas le dejó con el bronce. Esto supuso algo histórico, pues se repitió con el mismo orden y los mismos protagonistas el podio de Portland 2016.

Y si el concurso de los chicos fue emocionante, no lo fue menos el de las chicas, que en esta ocasión vio como Sandi Morris, la “chica de plata”, se liberó de su maldición y ganó su primer título mundial a lo grande: 4,95 y Récord de los Campeonatos para ella. Hasta el último momento peleó con ella Anzhelika Sidorova, que mejoró su marca personal a 4,90 para llevarse el subcampeonato, y batiendo de paso a una “descafeinada” Ekaterina Stefanidi, que saltó 4,80 pero se vio superada en esta ocasión.

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