Miguel Ángel López es un reloj de precisión. Llega puntual a cada cita del año. Lo demostró ya en Londres 2012, hace cuatro años, cuando ilusionó a una marcha española sin expectativas con un sorprendente 5º puesto frente al Palacio de Buckingham. En el mejor momento en el día concreto. Por poco no le dio para subir al podio, pero ya se llevó a Murcia un diploma olímpico (como los otros dos grandes candidatos españoles; Ruth Beitia, 4º en altura, y Orlando Ortega, 6º en 110 metros vallas por Cuba). Al año siguiente, bronce, asaltó el podio en el Mundial de Moscú y desde entonces todo han sido victorias. Oro europeo en 2014, oro mundial en 2015...solo el dorado olímpico le espera para completar su triple corona.

Poco importa que hasta 32 marchadores en el mundo hayan sido más rápidos este 2016 en los 20 kilómetros, que no haya bajado aún de 1 hora y 20 minutos, la frontera de la excelencia en la prueba, que en La Coruña, a finales de mayounas, tampoco venciera y terminara 3º (1.20.34). A López no le importan las marcas, solo los títulos, como contó a Vavel tras terminar 33º en la Copa del Mundo de Roma unas semanas antes, quizá su momento más dubitativo de la temporada. Si en Londres bajó por primera vez de 1h20, en Moscú firmó su carrera más rápida del año, en Zúrich se quedó a unos segundos de ella, de nuevo por debajo de los 100 minutos, y en Moscú entrase en meta como campeón mundial rebajando su marca personal (1.19.14).

El murciano suele firmar la carrera más rápida del año en los grandes campeonatos

Es verdad, él lo reconocía, que Superlópez no ha vivido el año ideal. Una lesión en el poplíteo, el músculo posterior de la rodilla, cortó su preparación en enero. A eso se le sumó otra dificultad, su empeño de doblar en Río los 20 kilómetros (viernes 12, 14:30 en Río, 19:30 en España) y los 50 kilómetros marcha (viernes 19, 08:00 en Río, 13:00 en España), un objetivo que cumplió de milagro, logrando la mínima en la prueba larga a finales de febrero en una desapacible mañana en Motril (3.53.52). La de los Juegos será la segunda prueba de 50km de su vida, una apuesta de la que, en Roma, algunos dudaban a micrófono cerrado. La preparación de una prueba de casi cuatro horas es difícilmente compatible con la velocidad necesaria para los 20km. Pero López insiste, y lo volvió a hacer tras el Campeonato de España de Gijón, su entrenamiento va encaminado a la primera prueba y después pensará en los 50km. Su esperado podio, por calendario, pondría fin a una sequía de medallas olímpicas en atletismo de 12 años: desde el 26 de agosto de 2004, en Atenas con Joan Lino Martínez en longitud, España no sube a un podio.

López ya no tiene que luchar contra los rusos dopados, discípulos de Viktor Chegin. Tampoco estuvieron en Pekín. Entonces derrotó a los chinos en su propia casa, tan felices al salir del estadio, lejos del oro al llegar. Wang Zhen, de 24 años, bronce olímpico, le escoltó en ese podio y se presentará como su principal rival, señalado incluso por él, después de ganar en Roma y La Coruña en mayo. A su lado marchará también Zelin Cai, de 25, 2º en Roma, y Ding Chen, el campeón olímpico. Los tres han demostrado capacidad para mantenerse en forma toda la temporada, pues también corrieron en 1 hora y 19 minutos en marzo en Huangshan. Más rápidos aún, han marchado los tres japoneses, Eiki Takahashi, Isimu Fujisawa y Daisuke Matsunaga, todos en 1.18h en invierno. El sueco Perseus Karlstrom, los canadienses Ben Thorne e Iñaki Gómez, los mexicanos e incluso el español Álvaro Martín, tercero en Roma, tampoco deben ser despreciados.

Los chinos se han mantenido en forma todo el año y los japoneses han marchado más rápido, pero López siempre llega en forma

Con la tabla de marcas en contra, quizá el mayor argumento a favor de López, además de su capacidad para rendir en las grandes citas y su técnica exquisita pulida en un tapiz rodante frente a un espejo por el maestro de la marcha José Antonio Carrillo (ninguna descalificación en su carrera), sean las buenas sensaciones demostradas el pasado 24 de julio en el Campeonato de España de Gijón. Miguel Ángel voló en la mañana asturiana y recorrió los 10.000 metros en pista en 38.06 minutos, a 15 escasos segundos del récord de España, más de un minuto más rápido que la misma prueba test de Castellón hace un año, unas semanas antes de su oro mundial. Son las consecuencias del cambio de chip mental que precedió a Londres y que le hizo creerse capaz de todo y de sus meses de entrenamiento en altura, primero en Sierra Nevada y después en Font Romeu. La última semana antes de viajar a Río la pasará en Barcelona, donde quiere acostumbrarse al calor y a la humedad que encontrará a las dos de la tarde junto a la isla del Pontal, en la costa de Río, el que debe ser, tras los railes del tranvía de la calle Limmatquai de Zúrich y las inmediaciones del Nido de Pájaro de Pekín, el tercer y más bello escenario de su triple corona.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Ismael Pérez
25 años. Periodista. He cubierto los JJOO de Londres y Sochi para Somosolimpicos.com y los grandes campeonatos de atletismo desde 2011, en Praga y Ámsterdam como enviado especial. @Ismael_Prz