Una lesión es siempre una mala noticia pero mucho más a menos de una semana de los Juegos Olímpicos, después de cuatro años de esfuerzo y superación diaria. Marquis Dendy se habrá visto envuelto en una tremenda desazón al comprobar cómo una lesión en un entrenamiento echó por tierra todo lo realizado en este ciclo olímpico. Cuando ya acariciaba la gloria con los dedos, el estadounidense ha de quedarse en casa esperando otra oportunidad.

El único consuelo es que a sus 23 años, Dendy tendrá más oportunidades de brillar en los Juegos Olímpicos. Se ganó el puesto en Río de Janeiro en los siempre competitivos Trials estadounidenses, con un magnífico salto de 8,42. Compitiendo a ese nivel, Dendy habría podido optar a la medalla olímpica, pero esta inoportuna lesión en su pierna derecha abre la competición aún más. Además, el estadounidense había prometido batir el récord del mundo en este 2016, en manos de Powell con 8,95, lo cual queda en aguas de borrajas.

A pesar de ello, las opciones de que Estados Unidos obtenga una medalla en salto de longitud no es nada descabellada. Y es que el puesto de Dendy lo ocupará Mike Hartfield, que obtuvo una marca de 8,39 en los Trials. Se une así a Jarrion Lawson (8,58), Marquise Goodwin (8,45) y el vigente campeón olímpico: Greg Rutheford. El espectáculo está asegurado en el salto de longitud de la cita olímpica en Brasil, y se espera que alguno de los citados pueda alcanzar una gran marca e incrementar el medallero de Estados Unidos. Esto pondría de manifiesto el amplio fondo de armario de un país que se va superando cada año en esta disciplina, teniendo en el deporte universitario una cantera de jóvenes talentos. Dendy habrá de esperar para que llegue su momento de gloria. Dentro de cuatro años tendrá otra oportunidad.