Mucho se esperó, mucho se disfrutó y contempló el fenómeno astronómico de la Superluna del pasado 3 de diciembre, fueron tantas las imágenes que se tomaron de ella, que el acontecimiento fue realmente memorable. Pero resulta que en realidad  la Luna más grande y brillante de 2017 tenía forma de mujer y cuerpo de atleta, pues la Superluna además de ser un evento celeste pocas veces visto llegó con nombre propio: el de Lydia Valentín.

‘Superlydia’ cumplió el sueño de cuando era pequeña

Dos años llevaba la berciana esperando su momento, que no pudo vivir en 2015 en Houston cuando una lesión impidió su presencia en el pasado mundial. Por ello el mes de diciembre de 2017 y la ubicación geográfica de Anaheim, ciudad enclavada en el condado de Orange, en el estado estadounidense de California, lo había marcado a fuego en su calendario, tanto deportivo como vital. Si algún atleta o deportista quisiera conocer los métodos para conseguir un alto objetivo, solo tendría que seguir las pautas y el ejemplo de fortaleza y superación de la levantadora de Ponferrada, que cumplió el sueño de cuando era pequeña. Además si a alguien le quedaba alguna duda de que ‘Superlydia’ era la reina de la disciplina, la leonesa, oro olímpico en Londres y tres veces oro europeo, se encargó de disiparlas con una competición perfecta, memorable y tan abrumadora que se agotan los adjetivos calificativos para definir lo vivido.

Brillantísimo palmarés

"Estar en lo más alto del podio mundial es algo increíble y emocionante, es el resultado de tanta preparación y sacrificio", declaró la leonesa y verla allá en lo más alto, a sus 32 años, es como cerrar el círculo a una carrera profesional estelar. Su palmarés ya lo demostraba: oro olímpico (Londres 2012), plata olímpica (Pekín 2008), bronce olímpico (Río 2016), y tres oros europeos (2014, 2015 y 2017). Ya era la mejor atleta de halterofilia que había dado España, pero su consagración en la madrugada del lunes como triple campeona mundial en la categoría de hasta 75 kilos, la ubica en un lugar inalcanzable, de dimensiones astronómicas. Lydia ha hecho historia, pues es la primera halterófila española en convertirse en campeona mundial, tanto en categoría femenina como masculina.

Puede que la halterofilia sea un deporte minoritario pero muy pocas veces se pudo ver una actuación tan grande, con semejante brillo en el deporte español. Superluna, ‘Superlydia’ no tuvo rival en la modalidad de arrancada, sus once rivales del grupo A ya habían concluido cuando la leonesa comenzó con su exhibición. La tarima se convirtió para Lydia en una noche estrellada y no hizo otra cosa que brillar. Enorme, mostrando una superioridad aplastante sobre la segunda clasificada, la ecuatoriana Neisi Dajomes, que había levantado 108 kilos en su tercer intento. En su primer intento levantó 110 kilos, con ese peso ya se había asegurado el oro pero la leonesa había salido para brillar, para dar espectáculo en una noche hermosa. Pidió que le colocaran 115 kilos para el segundo intento, que superó de manera brillante y se fue a otro planeta cuando en el tercero levantó 118 kilos con una facilidad pasmosa.

La verdadera Superluna

Con el primer gran oro ya en su cuello fue con la idea de aplastar a sus rivales en la modalidad de dos tiempos, a la que llegaba como campeona de Europa. Aguardó con seguridad a que sus rivales comenzarán la competición y mermaran sus fuerzas en los primeros dos intentos. Luego salió a la tarima para convertirla en el Imperio de Lydia y, para horadar un tremendo agujero en la moral de toda atleta que aspirara al oro. Comenzó con 130 kilos de peso, se hizo con el título con 135 y regaló al mundo -a la historia del deporte español- un último levantamiento con 140 kilos cegando con su brillo a todos y dejando la imagen de una atleta inalcanzable, realmente espectacular.

El pabellón del Centro de Convenciones de Anaheim se vino abajo con el primer movimiento válido y un gran corazón dibujado con sus manos se convirtió en la metáfora de una competición perfecta, de una noche hermosa, grandiosa. Sin duda el colofón a una carrera deportiva brillante, la de la verdadera Superluna de 2017, la de 'Superlydia', una atleta ubicada a 384.400 km de las demás -porque las demás son terrestres-. Aquella que eligió una madrugada de diciembre para brillar como nunca y luchar como siempre.