El partido arrancó timorato, con ambos equipos Oklahoma City Thunder y San Antonio Spurs tanteándose a sabiendas del nivel del oponente. Los Thunder apostaron por buscar ataques rápidos, lanzando a los pocos segundos de iniciarse la posición, y explotando el coast to coast siempre que fuera posible. Russell Westbrook arrancó en modo “Juan Palomo”, aunque con no demasiada suerte, mientras que Serge Ibaka buscaba el pick and pop que le permitiera lanzar desde media distancia. Sin embargo, donde más estaba destacando el powerforward español fue en la faceta defensiva, controlando con intimidación a Duncan y poniendo tres tapones en apenas 4 minutos. Por parte de los Spurs, Parker definía con calidad sus acercamientos al aro o dirigía a la perfección los ataques de su equipo, que se empeñaba en buscar un tiro exterior que no entraba, como revela el paupérrimo 1 de 9 en triples a la conclusión del cuarto. De hecho, los dos equipos presentaron unos lamentables porcentajes de tiro en el primer periodo, rondando el 35%, cuando por ejemplo en el caso de San Antonio promediaban más del 50%. Kevin Durant anotaba con cierta comodidad penetrando con decisión, pero aun así los Thunder seguían abajo ante la inoperancia de sus compañeros. Finalmente un arreón de la segunda unidad en manos de Jeremy Lamb y Steve Adams equilibraba el partido con el 21-19 favorable a los Spurs.

El segundo cuarto comenzó con rotaciones en pista. Ante esta tesitura los suplentes locales se impusieron a sus homónimos, o más bien lo hicieron Jeremy Lamb, cuyo protagonismo en el equipo va in crescendo, y Reggie Jackson, quien dejaba unas pinceladas del cuadro que les iba a pintar a los Spurs en la segunda parte. Por el bando de los texanos, solo Diaw y Patty Mills, el único acertado en toda la noche desde más allá de siete metros en los Spurs, Pero la entrada en pista de los titulares volvió a cambiar el panorama. Kawhi Leonard se erigió como estilete del equipo en ataque y en defensa, saliendo victorioso de varios duelos individuales frente a un Durant más apagado. Los Spurs se fueron al descanso con una ventaja de tres puntos (46-44), aprovechándose de la mala noche en ataque del quinteto Thunder. Ibaka, más dedicado a labores oscuras, sólo había intentado tres tiros, mientras que Westbrook contaba con un acierto de once lanzamientos en su carta de presentación. Pese a que los porcentajes en el tiro crecieron en este segundo periodo, todavía no era del todo satisfactorio al quedarse ambos en alrededor del 40%.

Ibaka y Jackson lideran la segunda parte

Tras la salida de vestuarios el principal protagonista fue Serge Ibaka. El ala-pívot consiguió los diez primeros puntos de OKC en el tercer cuarto y lideró un parcial de 5 a 16 que ponía por delante a los suyos. San Antonio vio cómo se desvanecía la figura de Tony Parker, correcto en el primer tiempo. La circulación de la pelota era ineficaz al igual que la selección de tiro, motivadas por el incremento de la intensidad defensiva de los de Scott Brooks, más el demérito de los Spurs, quienes sólo sumaron una asistencia por las diez de su rival en el tercer cuarto. Los fallos de los texanos eran regalos para unos atentos Ibaka y Durant, saliendo de nuevo al contraataque. Jeremy Lamb, que acabó el partido con 12 puntos, ofreció destellos de su fina muñeca anotando canastas importantes. El escolta se postula como una de las referencias ofensivas desde el banquillo tras su notable actuación de la pasada madrugada.

Otro que exige minutos a golpe de puntos es Reggie Jackson. El menudo y explosivo base de los Thunder, quien recordemos creció considerablemente los pasados playoffs ante la ausencia de Westbrook, ofreció un recital al público del Chesapeake Arena en el inicio del último cuarto. Reggie, un Westbrook de bolsillo, encestó tres espectaculares penetraciones que pusieron al respetable y al banquillo, con Durant a la cabeza, en pie. Con Jackson on fire, Popovich se vió obligado a pedir un tiempo muerto que despertara a sus pupilos. Motivados por la presumible regañina de su técnico, Mills desde la línea de tres y Belinelli impidieron que finalizara el partido en mitad del cuarto. Sin embargo, fue más una reacción engañosa, pues la entrada de Parker y sus continuas malas decisiones determinaron el devenir del encuentro. En los últimos minutos, con un marcador más igualado del que se presuponía con el nefasto partido de los Spurs, se sucedieron los fallos en los dos equipos, interrumpidos por uno que otro acierto esporádico de Jackson y Durant que acabarían por decantar el encuentro. Al final el alero se encargaría de disipar cualquier atisbo de remontada (terminó con 24 puntos) y la victoria se quedó en casa por 94 a 88.

OKC sigue con su línea ascendente luego del regreso de Westbrook, quien precisamente firmó un partido para olvidar tal y como refleja su 2 de 16 en tiros de campo. Es evidente que aún no está en su esplendor físico, aunque su sola presencia refuerza el espíritu competitivo de los Thunder. Ibaka completó un gran partido con 17 puntos, 11 rebotes y 5 tapones, pero el mayor beneficiado de la victoria fue el backcourt suplente, Reggie-Lamb, que demuestra que debe asumir responsabilidades ofensivas. Incluso lograron superar con su aportación al tercer banquillo más prolífico de la NBA, anotando prácticamente entre los dos los mismos puntos que todos sus componentes. Por su parte, San Antonio ve cortada su racha de 11 victorias consecutivas en un partido que merecieron perder en todo momento, dado su porcentaje de acierto (39% y 25% en triples). Los Spurs, que venían promediando 102 puntos por partido, no tuvieron su noche en ataque. Tampoco la tuvieron Tim Duncan, prácticamente desaparecido en todo el encuentro, ni Parker, horrible en el segundo tiempo.