En octubre, muchos de los expertos en NBA colocaban a la franquicia de Minnesota entre el sexto y el octavo puesto de la Conferencia Oeste una vez concluida la temporada regular. El nuevo general manager de Minnesota, su extécnico Flip Saunders, aprovechó el mercado veraniego para solventar las carencias que había presentado los Timberwolves en anteriores temporadas. De este modo llegó Kevin Martin desde Oklahoma para solucionar los problemas del equipo en el lanzamiento exterior, donde registró la peor marca de la temporada pasada con un pobre 30.5% de acierto. Al escolta, conocido por su facilidad para anotar desde sus tiempos en Sacramento y Houston, se unió Corey Brewer, pieza clave del banquillo de los Denver Nuggets, terceros clasificados en el Oeste el año pasado. Brewer llegó para ayudar al equipo en la defensa exterior, donde Kirilenko no rindió como se esperaba y donde el equipo necesitaba músculo teniendo en cuenta las características físicas de Ricky Rubio y Martin. Saunders, además, renovó a Pekovic, uno de los referentes ofensivos del equipo, y trajo a Ronny Turiaf para aportar defensa desde el poste bajo.

El equipo estaba construido para pelear contra cualquiera, pues además de un quinteto titular equilibrado, gozaban de un banquillo a priori interesante con Barea, Sheved, Cunningham, Derrick Williams, Turiaf, Budinger e incluso los rookies Muhammad, conocido por su carácter díscolo y por su facilidad para sumar puntos, y Dieng, intimidador nato. Pero la principal baza de los Timberwolves seguía siendo su jugador franquicia, uno de los mejores jugadores de la NBA: Kevin Love.

Minnesota empezó como un tiro la temporada, consiguiendo tres victorias consecutivas y dando muestras de su tremendo potencial ofensivo ante rivales de entidad (teniendo en cuenta la clasificación de la pasada campaña) como Thunder y Knicks. Sin embargo, según avanzaban los meses de competición, los Timberwolves fueron descolgándose progresivamente de puestos de playoffs. Demostraron que eran capaces de perder ante cualquier equipo de la Liga, como se comprobó con derrotas ante Cavs, Wizards, Celtics o Lakers, mientras que no eran rival para los mejores conjuntos de la competición.

En noviembre firmaron un récord de 8 victorias y 9 derrotas, en diciembre de 6 triunfos y 7 partidos perdidos. Enero finalizó con saldo positivo para Minnesota, ya que acabaó con 8 victorias y 7 derrotas, pero continuaba lejos de las posiciones altas de la tabla, ocupadas por equipos muy por encima del 50% de victorias. Para Minnesota este 50% se convirtió en una barrera psicológica, que apenas superaban volvían a perder posteriormente. En febrero, lastrados por los problemas físicos de Love y Martin y la lesión de Pekovic, Minnesota sólo ha podido sumar un triunfo en seis encuentros. En este mes han quedado totalmente descolgados de la octava plaza, que ya ven demasiado lejos y más teniendo en cuenta que para alcanzarla tendrían que superar a Nuggets y a unos Grizzlies en alza.

Los Minnesota Timberwolves actualmente son el cuarto equipo de la NBA en anotación por encuentro (105.3 puntos), figuran terceros en la clasificación de equipos reboteadores (45.8 capturas por partido) y segundos en el rebote ofensivo (13) después de los Pistons. Minnesota es el tercer conjunto de la liga que menos pérdidas comete con solo 13.8 por cada 100 posesiones y ocupan el noveno lugar entre los mejores asistentes de la competición gracias a sus 23.1 pases de canasta por noche. Entonces, ¿por qué Minnesota ocupa una de las posiciones más bajas de la Conferencia Oeste?

Bagaje defensivo pésimo

"Los Wolves reciben 102.8 puntos por partido"

El principal hándicap que lleva a los Timberwolves a perder partidos es su defensa. El quinteto titular está repleto de talento ofensivo. Kevin Martin goza de una muñeca exquisita, al igual que Love, a quien el mismísimo Gregg Popovich ha catalogado como indefendible dados sus múltiples recursos para anotar, tanto dentro como fuera de la pintura. Ellos son los principales referentes en ataque de los Wolves, pero no hay que olvidarse de Nikola Pekovic, uno de los center de más relevancia ofensiva de toda la NBA. Su juego de pies y de recursos en el poste bajo son quizá los más amplios entre los pívots de la Liga. Tampoco hay que desdeñar la presencia de Ricky, dotado de un talento innato para asistir a sus compañeros en espacios reducidos.

Sin embargo, las cualidades ofensivas de Minnesota no se corresponden con las defensivas. Ninguno de los anteriormente nombrados está considerado como especialista defensivo, a pesar de que Rubio lidera la NBA en robos de balón con 2.5 por noche, ya que el base de El Masnou sufre ante oponentes atléticos y rápidos. Brewer queda como único defensor del perímetro del quinteto, demasiado poco ante rivales con gran proyección ofensiva.

"Debajo del aro reciben el 63% de los tiros"

Los Timberwolves son el noveno conjunto de la competición que más puntos recibe por noche (102 tantos) y el 18º peor en rating defensivo de la NBA. Esto es, por cada 100 posesiones del rival encajan 102.8 puntos. No obstante, en esta estadística han mejorado considerablemente con respecto al año pasado cuando ocupaban la cola con 127 puntos en las mismas posesiones.

Minnesota es el equipo de la NBA que permite un mayor acierto a sus oponentes en los tiros de campo. Sus rivales promedian un 47% de efectividad cuando su enfrentan a los pupilos de Adelman. Este porcentaje se acrecienta debajo del aro, a no más de un metro y medio de la canasta, donde encajan el 63.6% de los tiros de su rival, el mayor de toda la competición. Tampoco obtienen buenos resultados en los lanzamientos de sus oponentes entre 1.5 y 2.5 metros, ya que reciben el 40.6%, la octava peor marca de la liga.

Falta de intimidación en la pintura

El principal detonante de la notable efectividad de sus rivales en el poste bajo es la escasa intimidación que presentan los Timberwolves. Su pareja interior, Love - Pekovic, no es lo suficientemente alta ni física para intimidar a sus rivales cuando se aproximan a la pintura. El mejor taponador de la plantilla a estas alturas de temporada es Ronny Turiaf, que apenas entra en juego 20 minutos por noche. El francés promedia 1.6 tapones por encuentro, mientras que Pekovic firma 0.5 y Love, 0.4. De hecho, tras Turiaf, el mejor taponador de los Wolves es Dante Cunningham con 0.6 blocks por noche. Asimismo, Minnesota es la franquicia que menos tapones coloca de la NBA, con una media de 3.6.

Si el quinteto titular de Minnesota arroja demasiadas dudas en defensa, el banquillo tampoco ofrece demasiadas soluciones. Los únicos especialistas defensivos de la segunda unidad, Turiaf y Luc Mbah a Moute, apenas cuentan con participación a lo largo de los encuentros.

Escasez de acierto en el tiro

"Los Wolves son el peor equipo de la NBA en tiros de media distancia"

Minnesota es uno de los equipos que más puntos anota de toda la NBA, pero ¿su efectividad de cara al aro es acorde a su producción? Los Timberwolves cuentan con el cuarto porcentaje más bajo de acierto en tiros de campo (43.5%) y con el quinto peor en lanzamiento exterior (34.1%).

Su efectividad disminuye a medida que se alejan del aro: entre 1.5 y 2.5 metros encestan el 35.7% de sus tiros (sexta peor marca de la liga); entre 3 y 4 metros anotan el 35.3% de sus lanzamientos (el tercer peor porcentaje); y entre 4.5 y 6 metros firman los peores números de la competición con sólo un 33.6% de acierto. Este ínfimo porcentaje refleja las dificultades de los Wolves para anotar desde media distancia, ya que de los componentes del quinteto, sólo Martin y Love (41% y 42.7% de efectividad entre 4 y 6 metros respectivamente) ofrecen garantías para anotar desde posiciones intermedias. Pekovic, por ejemplo, no ha lanzado ni una sola vez en la temporada desde tan lejos.

"Cuarto peor porcentaje de efectividad de la liga, 43.5%"

La dupla interior, Love y Pekovic, refleja buenos porcentajes desde debajo de aro, con un 62% y 59% respectivamente, al igual que Brewer (63%) o Martin (59%), quienes se aprovechan del ritmo frenético que imprime Minnesota a sus partidos para anotar con facilidad al contraataque. Sin embargo, a medida que se alejan del aro sus números decrecen.

En las derrotas, la escasez de puntería es una de las claves que explican el resultado final, ya que reducen un 10% su acierto desde el triple (de un 39% a un 29%) y un 5% en general (46% en tiros de campo cuando ganan por un 41% cuando pierden).

Incapacidad de responder en partidos apretados

Minnesota sólo ha ganado un encuentro de doce que se han definido con finales apretados, es decir, en doce partidos que se han saldado con una diferencia de hasta cinco puntos, Minnesota sólo ha podido llevarse la victoria en una ocasión, frente a Golden State Warriors tras prórroga.

Los Timberwolves, con 6.9 puntos de media, son el cuarto equipo que menos puntos encesta en los últimos cinco minutos de partido. En el último minuto, cuando se deciden los encuentros apretados, Minnesota promedia 2.7 puntos lanzando casi tres tiros, siendo los segundos que más lanzan en los últimos 60 segundos tras Orlando.

Banquillo

El banquillo de los Timberwolves es uno de los menos productivos de la NBA. El rendimiento de sus integrantes está decepcionando esta campaña, pues se esperaba mucho más de ellos. Cierto es que ninguno de ellos a excepción de Turiaf, quien sí disfruta de minutos por la baja de Peks, llega a los 20 minutos por noche. Durante ese tiempo apenas miran al aro, dado que lanzan una media de tres veces cada uno por partido, produciendo pocos puntos para su equipo. Barea es quien más lanza a canasta con 8 veces por noche sin llegar al 40% de acierto. Shved, una de las sorpresas de la temporada pasada, está siendo una de las grandes decepciones de Minnesota, y escasamente disfruta de minutos por su paupérrimo rendimiento.

La confianza de Adelman en sus suplentes es muy escasa. En parte, ellos mismos lo han merecido, al no responder cuando se les requería. De hecho, ninguno de los suplentes cuenta con un +/- en pista positivo. Quizás pueda achacarse a Adelman el poco provecho que hizo de Derrick Williams, quien nunca contó para el entrenador siendo un jugador más que aprovechable (o al menos más de lo que hizo él) y acabó marchándose a Sacramento a cambio de un Luc Mbah a Moute que no aporta casi nada en ninguna faceta del juego.

Bajo rendimiento de algunos titulares

No sólo los suplentes despiertan críticas en los Minnesota Timberwolves, sino que los titulares también han sido puestos en duda luego de los últimos resultados negativos. Ricky Rubio se ha convertido en el foco de las críticas por los problemas que ha arrastrado durante toda su carrera: el acierto en el tiro. Rubio promedia un 35.5% en tiros de campo, aunque durante algunas fases de la temporada fue el único jugador de la NBA con más de 30 minutos en pista en promediar menos del 35% en sus lanzamientos. Ricky anota una media de 8.9 puntos con 8 tiros por noche, poco para un titular de un equipo aspirante a playoffs.

Sin embargo, Ricky aporta mucho al equipo que los detractores del español se empeñan en esconder. Además de ser el sexto asistente de la NBA con 8.3 asistencias de media, es el quinto jugador que más puntos produce para su equipo en 48 minutos con 30.5 tantos. Además, su dirección en el ataque es básica para los Wolves. Ricky es el quinto en la liga en número de posesiones por partido, lo cual revela su importancia en el juego de Minnesota, que lo busca en casi cada acción ofensiva.

Pero no sólo Ricky está pasando por un mal momento, sino que otros titulares han bajado su rendimiento en las últimas fechas. Kevin Martin empezó temporada como la seda para ir diluyéndose poco a poco en su aportación al equipo. Además, su rendimiento se ha tornado en muy irregular, alternando actuaciones de 30 puntos con otras sin apenas trascendencia en el partido, firmando estadísticas pésimas en el tiro.

Corey Brewer también es otra pequeña decepción. Sus números han pasado de 12 puntos en una media de 24 minutos por noche partiendo como suplente de los Denver Nuggets, a 11.4 puntos con más de 31.8 puntos como titular de los Wolves. Más minutos y menos aportación del alero titular de Minnesota.

Kevin Love

Para algunos, Love es el mejor ala-pívot de la NBA. Su calidad para anotar está más que comprobada, tanto debajo del poste como desde el tiro exterior. Tampoco habría que desmerecer su capacidad reboteadora, ya que es el segundo rebotador de la NBA con 13.3 capturas por noche, cogiendo 66 de cada 100 oportunidades de rebote.

Sin embargo, durante tres temporadas (aunque la pasada estuvo lesionado) no ha conseguido llevar a su equipo a ganar partidos, a colocarse en puestos de playoffs. Se le ha tachado de egoísta, de mirar más la estadística que de sacrificarse en pro del bien del equipo. Love es el jugador de Minnesota que más lanzamientos realiza por noche con 18, teniendo una media inferior al 50%, concretamente el 45%. En defensa sus actuaciones arrojan alguna duda, ya que con Love en labores defensivas, sus oponentes anotan una media del 58% de sus lanzamientos.

Asimismo, en el rebote, sus números son más que holgados, aunque mucho tiene que ver esto con su jerarquía en el equipo, pues es el jugador de la NBA que más posibilidades tiene de coger rebotes, con 20 por partido. Además, cuando lucha bajo el aro por el balón frente a un rival, su porcentaje de acierto disminuye a un 38%.

Los últimos rumores que le colocan en los Lakers no ayudan a que las críticas desaparezcan. Love debe demostrar que puede liderar a un equipo ganador, aportar para el equipo no para engordar sus estadísticas. Debe conseguir que sus excelentes números se traduzcan en victorias. Algo que ahora no está haciendo.

Flip Saunders y la franquicia deben plantearse una serie de cuestiones de cara a la próxima temporada, quizá la última con Kevin Love en su plantilla si la situación no cambia:

¿Puede Ricky Rubio ser titular en un equipo que aspira a playoffs? Si Ricky quiere continuar gozando de la titularidad en la NBA debe de mejorar su tiro notablemente y convertirse en un base más consistente, sin desaparecer de algunos partidos como le ocurre en ocasiones.

¿Es viable la pareja Love - Pekovic? Saunders debe prestar mucha atención a este aspecto. Ofensivamente se compenetran a la perfección pero en defensa dejan muchas dudas. La solución quizás pase por darle más minutos a jugadores interiores más dotados en defensa.

¿Debe Adelman continuar en el banquillo de Minnesota? Su trayectoria en la franquicia ha estado repleta de altibajos, pero esta temporada ha sido un auténtico fracaso al no llevar a los Wolves a playoffs con una plantilla a priori preparada para ello.

¿Qué deben hacer el resto de esta temporada? Deben seguir luchando por conseguir victorias, esperando los pinchazos de Suns, Mavericks, Grizzlies o Nuggets. Pero Minnesota ya debe de ir pensando en la próxima campaña, en detectar puntos fuertes y débiles de la plantilla de cara al próximo verano. Adelman debe examinar jugador por jugador para determinar quién debe continuar y quién no.

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