Valencia Basket finiquitó en Múnich una eliminatoria que en ningún momento de los 80 minutos vio peligrar. El encuentro que han jugado los valencianos en el Audi Dome les acredita como favorito para volver a levanatar la Copa, y no es para menos después de literalmente secar a un equipo que cuenta con jugadores de la talla de Benzing, Mizic o Savanovic.

El lenguaje gestual de Svetislav Pesic, sin excepción, durante los 40 minutos del partido es el mejor resumen de un encuentro en el que un equipo arrasó a su contrario. Los primeros instantes del partido ya le daban al Valencia Basket una renta que nadie imaginaba que no iba a dejar de incrementar hasta el final. De la mano de un Pablo Aguilar que ha recuperado todas las sensaciones en este partido, los visitantes ponían el 6-14 en el marcador, momento en el que Pesic aprovechaba para pedir el primer tiempo muerto del partido.

Sin tener efecto alguno, Pesic repetiría el parón dos minutos más tarde, esta vez con el resultado de 11-24, y con una eliminatoria que ya estaba más que sentenciada cuando todavía ni se habían jugado 10 minutos de partido. Los últimos instantes de cuarto iban a estabilizar una diferencia más que favorable a Valencia Basket, tanto en cuanto a lo numérico como en cuanto a sensaciones, y los de Carles Duran iban a afrontar el segundo cuarto con una renta de ochos puntos en el partido y 30 en la eliminatoria.

Estadísticas inmaculadas

Valencia Basket acabó el primer cuarto con una estadística de 8/9 en tiros de dos, y 4/7 en tiros de tres. Cuando parecía que los inicios del segundo cuarto mostraban una bajada del ritmo de partido, dos triples de los visitantes devolvían a los taronja a la senda de la excelencia: 6 puntos consecutivos de Van Rossom (del que nadie diría que viene de una lesión) y Lucic respectivamente volvían a enchufar a los visitantes, que alcanzaban su máxima con otro triple más, esta vez de Guillem Vives (26-43).

Nadie se quería quedar fuera de la fiesta taronja: un Loncar en estado de gracia, un Dubljevic dueño, de nuevo, de la pinura, y un Ribas que se sigue empeñando en despertar el interés de los mejores equipos del continente con su juego son el mejor resumen de un equipo al que le ha salido todo durante toda la eliminatoria. Una canasta de Micic, jugador más destacado por parte de los locales, se convertía en el momento más crítico para el Valencia Basket en el partido. Un tiro que reducía a 15 puntos la diferencia, y al que Carles Duran no dudó en responder con un tiempo muerto.

La segunda parte del encuentro no iba más allá de lo anecdótico, pues la renta global de la eliminatoria había subido hasta los 41 puntos. Sin embargo, Valencia Basket no iba a dejar pasar la oportunidad de seguir mejorando una imagen a la que tan pocas veces ha podido llegar en la actual temporada, y que sirven para estabilizar un equipo que ha tenido tantos altibajos durante la actual campaña. Un partido con el que Valencia Basket ha presentado su firme candidatura al título, y que le da la confianza y margen al equipo de cara a Liga Endesa.

En cuartos ya espera el Khimki de un Víctor Claver que no puede jugar Eurocup. Un partido, que junto al Lokomotiv Kuban - Unics Kazan, van a centrar las miradas en los cuartos de esta Eurocup. Una eliminatoria que llegará a Valencia en plenas fallas, pero que vendrá después de la visita del equipo al Martín Carpena de Málaga, en un partido que medirá hasta que punto las sensaciones ante el Bayern son fijas o pasajeras.