Aquí están un verano más. Como el turrón en Navidad o el florecer primaveral, el combinado lituano no falla en su cita estival con el campeonato de naciones que corresponda. Para este nuevo capítulo, el de 2015, toca hablar del Eurobasket, como siempre sucede cuando el calendario marca año impar.

Hablar de este torneo supone adentrarse indirectamente en la historia de un pequeño pueblo del norte europeo. De apenas tres millones de habitantes y con capital desde comienzos de los 90 en Vilna. Un país donde ni guerras, ni temas burocráticos han logrado reducir el idílico amor que la sociedad mantiene por un deporte, el baloncesto. Porque... ¿cómo sería un EuroBasket sin Lituania? ¿Se es verdaderamente consciente de la trascendencia de este pueblo báltico en la historia de dicha competición?

Si uno se sumerge en los anales del Campeonato Europeo de naciones de la FIBA, el comúnmente conocido como EuroBasket, rápidamente se notificará de la clara superioridad que siempre ha mantenido la Europa del Este sobre la zona del continente más occidental. Si bien es cierto que hoy en día las tornas parecen estar comenzando a cambiar con la época dorada de España o Francia, no lo era así en la segunda mitad del siglo pasado. Y es que, en lo que respecta a temas deportivos -y no sólo deportivos- la supremacía de una superpotencia del calibre de la URSS era incontestable.

La URSS encadenó 21 campeonatos subiendo al pódium entre 1947 y 1989

Los soviéticos cuentan en su haber con 14 títulos y otros tantos metales que llegan a hacer un total de 21 entorchados. Su dominio sobre el parqué fue tal que para muchos expertos y analistas deportivos, aquella selección, que reinó en Europa y en el mundo durante la década de los 80, puede ser perfectamente catalogada como el "otro Dream Team".

Para el recuerdo de los aficionados siempre quedará un partido: las semifinales de los Juegos Olímpicos de Seúl. En 1988, y tras la innumerable serie de conflictos que había acarreado la Guerra Fría, la Unión Soviética se encontraba un peldaño antes de la final con el que durante décadas había sido su enemigo público número uno: los Estados Unidos de América.

En ese partido, y siguiendo la tónica del torneo, un grupo de lituanos se echó el equipo a las espaldas y capitaneó a los soviéticos hacia una ajustada victoria por 82-76: Rimas Kurtinaitis, Arvydas Sabonis, Valdemaras Homicius y Sarunas Marciulionis. Todos ellos se erigieron como estrellas de aquellos Juegos Olímpicos y anticiparon una prolífica saga de jugadores lituanos que perdura hasta hoy.

Arvydas Sabonis acompañado de Marciulionis, Kurtinaitis y Homicius con el oro de Seúl. (Foto: Mundodeportivo)

El resto es historia. Al oro de Seúl le siguió no mucho más tarde la disolución de la URSS y la consecuente independencia de Lituania. Y, a pesar de que quedaba un territorio muy reducido en compensación con el total, los éxitos no tardarían en llegar. Desde entonces los bálticos siempre han alcanzado a las semifinales olímpicas, salvo en 2012, terminando por materializar tres metales en cinco intentos, todos ellos de bronce.

Lituania se alzó con su único EuroBasket en Estocolmo tras derrotar a España en la final

Al margen de las experiencias olímpicas, Lituania también ha mantenido el pabellón bien alto en los campeonatos mundiales y continentales. En lo que respecta al EuroBasket, desde que Grecia lo albergara en 1995 el combinado que ahora dirige Jonas Kazlauskas ha cosechado un total de cinco medallas. Dos platas, la última tras caer hace dos años ante Francia en la final, un bronce y una cima deportiva con el oro de Suecia 2003 ante el combinado español.

Plantilla

El bloque es muy similar al que cayó el pasado verano en semifinales del Mundial ante Estados Unidos. Jonas Kazlauskas deposita de nuevo su confianza en los hombres que le han llevado a lograr tan buenos resultados en los dos últimos veranos. Se trata de un grupo compacto con una idea clara de juego que, aunque vaya experimentando relevos generacionales, se mantiene con el mismo gran nivel de siempre.

La dirección del juego correrá a cargo de los bases de Zalgiris: Mantas Kalnietis y Lukas Lekavicius. El primero, todo un estandarte en esta selección, lideró ya el último EuroBasket en pases de canasta por partido y fue clave en la travesía lituana hasta la final. Entiende perfectamente lo que le exige su seleccionador y sabe combinar su visión de juego con su capacidad anotadora. Sin embargo, su estado físico es toda una incógnita. El jugador viene de un año difícil en Rusia donde apenas ha podido jugar merced de una grave lesión de rodilla. Por parte de Lekavicius cabe esperar un papel próximo al de jugador revulsivo que aparece desde la banca. Él es una de las mayores promesas del baloncesto lituano junto a Domantas Sabonis y no sorprende su apariencia en la lista final tras responder con garantías en Zalgiris.

El elegido para formar junto a Kalnietis en el cinco inicial será Renaldas Seibutis, uno de los jugadores más experimentados del combinado. Avalado por su muñeca y su entrega en ambos lados de la cancha, el escolta de 30 años es un fijo en las últimas convocatorias de Kazlauskas. Su entrega y dedicación es máxima, sabe de sobra lo que supone representar a la selección lituana. Lo suplirá Arturas Milaknis, que entra en la lista final de una convocatoria por primera vez en su vida en detrimento de Martynas Pocius.

Maciulis, alero titular, viene de ganar todos los títulos posibles con el Real Madrid

En el puesto de alero encontramos a todo un clásico en este tipo de citas como Jonas Maciulis. El jugador del Real Madrid viene con la intención de redondear un año perfecto en el que se ha alzado con la Liga Endesa, la Copa del Rey y la ansiada Euroliga que tanto perseguía. Es toda una referencia en su país y no debería ser motivo de sorpresa que por sus manos pasen muchos de los balones más calientes de esta competición. Maciulis estará acompañado por el explosivo y polivalente Mindaugas Kuzminskas, que tanto impresionó en el pasado Mundial, y por otro nuevo rostro como el de Gailius que, tras caerse en la última lista de la convocatoria del año pasado, participará por primera vez en un gran torneo con su selección.

En la pintura formarán el capitán y la ilusión del pueblo, o lo que es lo mismo, Paulius Jankunas y Jonas Valanciunas. De ellos se espera sobriedad ofensiva y garantías atrás para catapultar por enésima vez a los "Green Death", apelativo con el que se conoce al combinado de Kazlauskas, a la lucha por las medallas. La de Jankunas, al igual que sucede con el veteranínsimo Javtokas, es la énesima experiencia internacional con su país. Algo que contrasta mucho con la situación de los jóvenes Valanciunas y Sabonis, que apenas están comenzando a labrar su carrera con la selección. Para completar este compacto grupo de interiores se añade a la expedición Antanas Kavaliauskas, que vuelve a defender los colores de su nación por primera vez desde los Juegos Olímpicos de Londres.

Dorsal Jugador Edad Posición Equipo
5 Mantas Kalnietis 29 Base Zalgiris Kaunas (Lituania)
6 Deividas Gailius 26 Alero Lietuvos Rytas (Lituania)
8 Jonas Maciulis 30 Alero Real Madrid (España)
10 Renaldas Seibutis 30 Escolta Zalgiris Kaunas (Lituania)
11 Domantas Sabonis 19 Ala-pívot Universidad de Gonzaga (EEUU)
12 Antanas Kavaliauskas 30 Pívot Lietuvos Rytas (Lituania)
13 Paulius Jankunas 31 Ala-pívot Zalgiris Kaunas (Lituania)
15 Robertas Javtokas 35 Pívot Zalgiris Kaunas (Lituania)
17 Jonas Valanciunas 23 Pívot Toronto Raptors (Canadá)
19 Mindaugas Kuzminskas 25 Alero Unicaja de Málaga (España)
21 Arturas Milaknis 29 Escolta Unics Kazán (Rusia)
43 Lukas Lekavicius 21 Base Zalgiris Kaunas (Lituania)

No se podría concluir el análisis de los 12 elegidos sin mencionar la extensa lista de lesiones que impide contar al seleccionador con todos sus hombres. Reseñables son los casos de Donatas Motiejunas, Martynas Pocius o Darjus Lavrinovic, que siguen aún recuperándose de sus respectivas operaciones veraniegas. Otros hombres, como Linas Kleiza, actualmente en Zalgiris, han decidido no comprometerse con la causa ante la necesidad de descansar y poder llegar bien a la próxima campaña.

Estrella

Ha sido de los últimos en llegar, sí, pero desde su irrupción en 2011 ha cumplido y con credenciales las expectativas que su exitoso paso por las categorías inferiores había generado. Y es que, con apenas 23 años, Jonas Valanciunas ya ha disputado una cuarentena de partidos con el conjunto lituano. En todos ellos ha rendido a un nivel excelso y un gran número de entrenadores rivales ya saben lo que es sufrir algún quebradero de cabeza ante la superioridad que atesora en la pintura.

La progresión de este joven oriundo de Utena parece no tener techo. En Toronto están encantados con su crecimiento y confían plenamente en el catálogo de recursos que tan bien explota en el poste. Buena prueba de ello es la última extensión de contrato que ha firmado con los canadienses para los próximos cuatro años por una suma próxima a los 64 millones de dólares.

Valanciunas ya fue la punta del iceberg en el pasado MundoBasket. Este año viene a por más tras quedarse sin metal al caer ante el combinado galo en la final de consolación. Un partido donde, a pesar de perder, se llevó todos los elogios tras firmar 25 puntos y 9 rebotes.

Al margen de la producción ofensiva, el gigante lituano es también un inteligente defensor. Sus largos brazos, combinado con su poderío físico, le consagran como gran taponador y pieza clave de los sistemas defensivos del míster Kazlauskas debido a su capacidad intimidatoria.

Entrenador

En la banda, dirigiendo a sus 12 elegidos se posicionará una vez más el ya mencionado Jonas Kazlauskas. Sin grandes novedades, de él se espera que mantenga el buen nivel exhibido en los últimos campeonatos y tome las directrices necesarias para que los bálticos vuelvan a estar en el pódium el 20 de septiembre.

Entre sus manos cuenta con un elenco repleto de talento que, de seguir una gestión similar a la de pasados veranos, desplegará un juego vistoso y apetecible para el espectador. Así pues, las transiciones rápidas, el tiro exterior y el juego entre pívots serán las principales armas de la ya asentada "filosofía Kazlauskas".

En lo que respecta a su papel como seleccionador, en el sentido más literal del concepto, destaca su apuesta por el eterno relevo generacional. El preparador lituano ha decidido prescindir una vez más de dos habituales en la lista como Simas Jasaitis o el otro hermano Lavrinovic para así dar oportunidad a los jóvenes que vienen empujando fuerte desde abajo. Un caso muy sonado es el de Domantas Sabonis, que espera contar con minutos para comenzar a exhibir pequeñas dosis de su calidad.

Foto: FIBA

Aspiraciones

Tal y como reza el encabezado de este análisis, el objetivo número uno de los lituanos es el de competir por el máximo posible. Como siempre. Luchar hasta el final con honores y entereza, y, de caer, que sea con las botas puestas. No hay otro leitmotiv posible si se quiere estar en la lucha por las medallas.

Ubicados en el grupo D junto a Estonia, Ucrania, Bélgica, República Checa y Letonia, los elegidos por Kazlauskas no deberían pasar grandes apuros para superar al resto de combinados y lo más lógico sería augurar un primer puesto de grupo para ellos. Una hipótesis, que cobra aún más fuerza con la celebración de este grupo en Riga, Letonia, lo que confirma un desplazamiento masivo lituano hacia la capital vecina. Los "Green Death" estarán bien acompañados.

A partir de ahí vendrán las rondas eliminatorias, donde todo dependerá del rival en cuestión. Dado que una buena posición en el grupo te asegura un rival algo más "asequible"en el primer cruce, es más que probable que las dificultades para los del Báltico no lleguen hasta los cuartos de final. ¿Más adelante? Todo se andará. Pero no olviden. Si el equipo entra en dinámica y el estado de forma acompaña, Lituania es firme contendiente a todo. ¿Se lo van a perder?

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Sobre el autor
Álvaro García San José
Traduciendo mi pasión en rutina. Allá donde haya una canasta.