No era noche para él. El duelo entre los dos primeros elegidos en el draft de este año (1era vez que se daba esta situación desde el año 1966), era el principal atractivo para este partido que enfrentaba a Los Angeles Lakers contra los Minnesota Timberwolves, así como el famoso récord de Kobe Bryant, que iniciaba su vigésima temporada vistiendo de oro y púrpura. Pero todo ello, sin preveerlo, sin esperar que sucediera, quedó relegado a un segundo plano después de la inconmensurable actuación del base catalán que, por otra parte, se ha convertido en el mejor partido de su hasta ahora corta carrera en la NBA.

No hay mejor manera de empezar una temporada que cuajando un partido memorable para ello. Ricky Rubio se vistió de héroe de los Timberwolves para demostrar una fluidez y una confianza en sí mismo, en su tiro, y en su juego muy alejada de lo que se llevaba viendo hasta ahora en la mayoría de partidos disputados del base de los de Minneapolis. Nada más y nada menos que 28 puntos y 14 asistencias firmó anoche, y, por si fuera poco, esos pases de canasta proporcionaron un total de 30 puntos a su equipo, es decir, que 58 de los 112 puntos (más de la mitad) salieron de las manos de Ricky Rubio. Todo esto permitió que Timberwolves remontara esa desventaja que parecía haberlos sentenciado, puesto que en el ecuador del encunetro llegaron a ir por detrás en el electrónico por 16 puntos, y que finalmente se llevaran el choque por 111-112.

En unas declaraciones a la ESPN, el base español decía: "Trabajé el tiro toda la pasada campaña y lo he seguido trabajando todo el verano. Si quiero seguir en la liga, tengo que meterlos y hoy han entrado", además de haber superado los miedos, que por otra parte son normales, después de haber sufrido esa lesión en el tobillo, puesto que se le vió penetrando a canasta con mucha decisión, a pesar de tener a un gigante de 2.18 defendiendo el aro rival. Anoche no podía salirle nada mal a Rubio. "Creo que hoy hemos tenido un poquito de ayuda. Ha sido una semana muy dura", añadió a la prensa tras el partido, claro guiño a Filip Saunders, recientemente fallecido.

Definitivamente, una manera increíble de empezar un año decisivo para su futuro, teniendo que soportar una enorme presión. Pero él ha trabajado mucho durante el verano, y está dispuesto a hacer lo que sea para convertirse en una pieza clave en el futuro de su franquicia. Ellos, sin lugar a duda, estarán encantados.