Los Boston Celtics fueron este año un equipo que seguramente no enamoró al público general de la NBA, pero sí que llenó de orgullo a sus propios fans que vieron a un equipo sin mayores figuras que supo levantar el pésimo momento que venían atravesando en los últimos dos años y jugando con la impronta histórica de la franquicia, dejando el corazón en la cancha y pensando más en lo grupal que en lo individual.

Breve historia reciente

Poco a poco los Boston Celtics fueron degenerándose luego de su gloriosa etapa entre 2007 y 2012 con el Big Three y Rondo en la que llegaron un par de veces a las finales y pelearon cada año los playoffs. Primero se fue Ray Allen y la temporada siguiente lo hicieron Paul Pierce, Kevin Garnett y el coach Doc Rivers, todos juntos. Sin figuras más allá de Rajon Rondo y sin ningún jugador experimentado que sea valorable para capitanear el equipo, los Celtics jugaron la temporada 2013-14 y terminaron con un nefasto Record de 25-57. Números casi inadmisibles para una de las franquicias más grandes de la historia de la NBA. Sin embargo teniendo en cuenta la plantilla, era esperable finalizar de esa manera el año, y lo peor era que no se auguraba un futuro cercano optimista. El comienzo de la temporada 2014-15 fue malo como se esperaba pero lo que no se especulaba eran las salidas repentina de Rajon Rondo antes de la mitad de la misma y de Jeff Green un mes más tarde.

Otro mal arranque y la renovación

Pese a las malas noticias que a menudo sucedían en Boston, el General Manager del equipo se movió rápidamente en los primeros dos meses del 2015 para conseguir armar una plantilla que más o menos pueda pelear en una Conferencia Este que en aquel momento no era demasiado exigente. También logró generar mejores expectativas hacia futuro incluyendo picks de siguientes Drafts en algunos de los traspasos que realizó.

En la primera mitad de la temporada se vio a un equipo claramente descompensado, con un sistema de juego que no convencía a nadie y que si eran efectivos a la hora de lanzar era lo único que determinaba que Boston pueda ganar partidos. De a poco se empezaba a notar a un Rondo que quería hacer un salto a un equipo más competitivo. Los Celtics estaban 15-26 tras los primeros 41 partidos y solo el paupérrimo nivel del Este les daba chances de una posible remontada.

Sin figuras pero con un gran juego en conjunto en el que todos estuvieron dispuestos a ser solidarios por el bien del equipo. Las incorporaciones de Isaiah Thomas y Jae Crowder, sumadas a una mezcla de jugadores jóvenes y versátiles, le permitió al entrenador, Brad Stevens, conformar un equipo con en el que se renovaron los objetivos y los jugadores recuperaron la confianza para tornarse un equipo mucho más sólido, al que ya no le ganaba cualquiera que se le cruzaba facilmente. Thomas y Crowder eran las piezas que requería Stevens para llevar a cabo el juego que buscaba plasmar hace rato. Una defensa feroz y mucha movilidad en ataque. Los jugadores se adaptaron rápidamente y ya en febrero se notaba una mejoría en el equipo que ganó cuatro de seis encuentros hasta que llegó el corte por el All Star Game.

El periodo entre el juego de las estrellas y el fin de temporada fue casi soñado para unos Celtics que estaban en la ruina, siendo el segundo mejor equipo del Este en esos meses con 20 triunfos y 11 derrotas. Esto les posibilitó acceder a los Playoffs en la séptima posición. Lamentablemente para los de Nueva Inglaterra, tuvieron que enfrentarse en la primera ronda contra los máximos candidatos al título, los Cleveland Cavaliers de LeBron James y compañía. Cayeron 4 a 0 y quedaron eliminados ante el poderío de los de Ohio, pero esto de ninguna manera frustró el buen año que terminó redondeando el equipo y es por ello que se fueron ovacionados por todo el público presente en el TD Garden luego del último cotejo el 26 de abril.

Una nueva temporada: esperanzas renovadas

A una plantilla que ya tenía un promedio de edad bajo, se le sumaron tres nuevas caras jóvenes en el verano, luego del Draft en el que los Celtics decidieron elegir a Terry Rozier, R.J. Hunter y Jordan Mickey en los puestos 16, 28 y 33 respectivamente para afrontar la nueva temporada. Si bien tener jugadores de calidad tan novatos es un buen augurio para el futuro, es necesario que en estos años tengan voces de experiencia que los aconsejen bien y sepan tomar las decisiones correctas. Es por esto que en agosto llegaron Amir Johnson y David Lee al equipo, para sumarse a aportar experiencia a los pocos que ya estaban en Boston con más de 25 años. Luego de muchas buenas, llegaría también una mala para Danny Ainge, ya que no pudo concretar su objetivo de hacer firmar con los Celtics a algún agente libre de calidad.

En la previa al comienzo de la temporada 2015/16, Las dudas en el quinteto titular tenían que ver con saber quién iba a ser el base titular, debido a que Marcus Smart era el que lo estaba haciendo pero Thomas estaba demostrando un alto nivel proviniendo desde el banquillo como sexto hombre. Por otro lado, al no tener un pivot clásico en el equipo, la incógnita recaía en cómo se las iba a arreglar el entrenador para conformar a los internos. Finalmente, Brad Stevens tomó la decisión de mantener el equipo como estaba, hasta que se lesionó Smart, lo que hizo que Thomas empezara los partidos como titular y Sullinger se mantuvo como centro inicial.

Pese a que la Conferencia Este se ha reforzado muy notablemente, Stevens y su elenco están llevando a cabo una temporada magnífica. En los dos meses que van de competición han terminado cada uno con saldo positivo y actualmente se mantienen con un record de 18-13 en la séptima posición y a un par de partidos del puesto número tres. Los Boston Celtics batallan mano a mano contra equipos con muchos más nombres y todo esto se debe al excelente trabajo que sigue realizando el entrenador, Brad Stevens, quién ha conseguido que todos sus jugadores den lo máximo que tienen y a la vez se sientan comprometidos con el equipo. Con menos de 40 años ya se encamina a ser un gran entrenador en la mejor liga de baloncesto del mundo.

weei.com
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El duende verde amenaza

En conclusión, este año 2015 ha sido muy gratificante para los fanáticos de los Celtics que jamas esperaron un renacimiento tan pronto del equipo. Si continúan en esta sintonía, los de Boston tendrán grandes posibilidades de volver a entrar en postemporada y quizás hasta pasar alguna ronda si en los meses que vienen consiguen hacer alguna transferencia relevante. De todos modos, lo interesante para los 17 veces campeones de la NBA es que tienen un futuro muy prometedor, con muchos picks en los drafts y una buena economía. Le tendrán que añadir inteligencia a la hora de tomar las decisiones para volver a ser un gran equipo en los próximos años.