La Copa del Rey no es una competición cualquiera, tiene algo diferente al resto y eso es lo que la hace especial. Igual es la emoción de que la jueguen los ocho mejores equipos del momento o el simple hecho de que cada eliminatoria sea a un único partido, lo que es seguro es que es una fiesta para el baloncesto. Un festejo para los amantes de la canasta que son capaces de pedir dos días de vacaciones en el trabajo para ir a ver y a animar a su equipo, sea donde sea la competición ese año. 

Estos días son de un orgullo tremendo para el mundo baloncestístico ya que hermana a todas las aficiones con un objetivo común: el espectáculo. Vengan de Barcelona, Madrid, Vitoria, Málaga o Fuenlabrada todos se juntan como si de una convención se tratara, conviven a la perfección y se dejan el alma y los ahorros para alentar a su equipo. Obviamente, los aficionados esperan que los jugadores de sus respectivos equipos les devuelvan el esfuerzo y sean capaces de volver a casa con el trofeo debajo del brazo.

Son los detalles los encargados de poner el sello de "especial" en la Copa del Rey. Quién no recuerda aquel mítico clásico en forma de final en la que Sergio Llull quitó las esperanzas del conjunto culé con una canasta que a más de uno le costó algún que otro susto cardíaco. En apenas ocho segundos, el balear hizo que la alegría de los azulgranas pasara a tristeza e impotencia. Curioso que, en un deporte en el que tanto se valora la grandeza física, los partidos acaben decidiéndose en pequeñas cosas.

Una de cal y otra de arena

Los azulgranas no están pasando por su mejor momento de la temporada y seguro que, si les hubieran dejado elegir fecha para esta competición, no hubieran escogido este fin de semana del año. Los de Xavi Pascual llegan con la reciente lesión de uno de sus pívots de referencia. El nigeriano Shane Lawal, deberá pasar por el quirófano y estará unos cuantos meses en el dique seco. A todo esto, se le suma el mal momento de forma de Ante Tomic y la mala actuación que está teniendo el equipo, de momento, en la Euroliga.

Por otro lado, hay que destacar también el esperado retorno del base puertorriqueño Carlos Arroyo. Tras unos meses de baja, vuelve para llevar la batuta del juego culé y dirigir al equipo hacia el trofeo. No todo son malas noticias en Can Barça; la baja de Lawal ha hecho que la dirección deportiva se ponga manos a la obra y se haga con los servicios de un viejo conocido, Joey Dorsey, hasta final de temporada.

Más allá de los 6,75

Los hombres de negro son conscientes de la dificultad que tiene pasar de los cuartos de final cuando tu contrincante es el Fc Barcelona. Pero ellos no pierden la fe en ningún momento y, alentados por su afición, intentarán doblegar a los barceloneses y plantarse en las semifinales para sorpresa de muchos de los aficionados, incluídos los suyos.

El Dominion Bilbao Basket se ha clasificado para esta competición como octavo con un parcial de 10 victorias y 10 derrotas, pero ellos, aunque dan al Barça como favorito, saben de sus posibilidades. El mejor equipo de la liga en tiros de tres, saben que si tienen un día acertado, puede sonar la campana y sorprender a media España. De la mano de Mumbrú, Suárez y compañía llegan a A Coruña con el objetivo de hacer un buen papel en la Copa de Su Majestad el Rey.

El hombre récord

Juan Carlos Navarro sigue derribando marcas allá por donde pasa. Es el jugador que más partidos ha jugado en este torneo y el que más trofeos tiene. A pesar de este espectacular palmarés y por increíble que parezca, lo único que le queda en esta competición es ganar el MVP y quien sabe si los bilbaínos, a los que ya endosó 11 puntos y cinco asistencias esta temporada, serán el primer paso para conseguirlo.

Vascos y catalanes, solo faltan los andaluces para hacer que esto sea una película de Emilio Martínez-Lázaro. Preparados ambos equipos para el partido inaugural de esta Copa del Rey solo falta disfrutar del espectáculo y de esta auténtica fiesta para el baloncesto español.

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