En el momento en el que caía Shane Lawal, los aficionados azulgranas se echaban las manos a la cabeza. Tanto por la importancia que había adquirido el jugador como por el hipotético tiempo de baja (finalmente los tres meses han confirmado los peores presagios iniciales), la rotura del menisco izquierdo del pívot nigeriano destrozaba los planes y la rotación interior del club azulgrana.

Xavi Pascual, quien no ha contado hasta el momento con Moussa Diagné, dio la voz de alerta y desde el club se inició de inmediato la búsqueda del mejor sustituto posible. Tras peinar el mercado y sondear varios jugadores, como por ejemplo el ex-ACB Shawn James, el elegido para reforzar la pintura azulgrana ha sido Joey Dorsey.

Tras su salida de la NBA, el pívot estadounidense (33 años, 2.06 metros) puso rumbo a Turquía para militar en el Galatasaray, donde sus continuos enfrentamientos con el entrenador, Ergin Ataman, provocaron que no se viera la mejor versión del jugador natural de Baltimore.

A pesar de que el equipo catalán no era el único conjunto interesado en hacerse con los servicios del pívot de 33 años (Olympiacos ha tentado su fichaje), los 180.000 euros pagados por el FC Barcelona al club turco, así como su compromiso a pagar el salario mensual hasta final de temporada y el propio deseo del jugador de regresar a Barcelona, han provocado que Dorsey vuelva a estar a las órdenes de Xavi Pascual.

Joey Dorsey regresa de este modo al FC Barcelona Lassa, donde militó durante la campaña 2013-2014, en la cual ayudó al equipo azulgrana a ganar la Liga Endesa promediando 5.1 puntos y 5.2 rebotes, números muy similares a los que venía firmando esta temporada con Galatasaray (7.5 puntos y 7.3 rebotes en 17 minutos de media por partido).