Es por todos conocida la trayectoria de Michael Beasley en la NBA. El alero/ala- pívot era una estrella universitaria en su etapa en Kansas State, dónde llegó a ser nombrado Mejor jugador Freshman (Jugador de primer año universitario) de la nación, un premio al alcance de muy pocos. Hubieron ciertas dudas sobre si él o Derrick Rose debían ser el número #1 del Draft de 2008, y sin duda los Chicago Bulls acertaron con su decisión, pasándole la 'patata caliente' a los Miami Heat.

B-Easy nunca ha tenido continuidad en la NBA. Sus problemas con la marihuana son tan solo una muestra de su mala cabeza, la cual no le ha permitido explotar su potencial. Estaba destinado a ser un jugador franquicia para aquel equipo que se hiciera con sus servicios, pero ni siquiera se ha acercado a ser la 'segunda espada' en ninguno de los escenarios de la mejor liga del mundo en los que ha estado presente. Sin embargo, Daryl Morey, GM de los Rockets ha apostado por él para reforzar el banquillo de los tejanos. 

Beasley jugando con los Miami Heat la temporada pasada. Foto: nba.com
Beasley jugando con los Miami Heat la temporada pasada. Foto: nba.com

En los 433 partidos que ha disputado en la NBA, Michael Beasley ha sido titular en 200. Sus medias a lo largo de toda su trayectoria en la liga son de 13 puntos y casi cinco rebotes en 25 minutos. Sus números, aunque estén alejados de lo que se esperaba de él, sin duda merecen un puesto en la liga, pero los equipos se han mostrado recelosos de contratarle debido a su posible mala influencia en la química de la plantilla y su falta de compromiso. La única franquicia que se ha animado a traerle de vuelta a la liga estos últimos años ha sido Miami, curiosamente la misma que le drafteó. 

A falta de una carrera asentada en la NBA, Beasley tuvo que buscarse la vida en otras ligas, y terminó recalando en los Shandong Golden Stars de la liga china, dónde en una temporada se ha agenciado el MVP del All-Star con 62 puntos y ha sido el mejor jugador de la temporada con unos guarismos de 31.9 puntos, 13.2 rebotes, 3.8 asistencias y dos robos por encuentro. Su gran rendimiento en el extranjero le ha valido otra oportunidad en la competición norteamericana. Deberá esforzarse al máximo y centrarse en el baloncesto, dejando de banda la fiesta y otras distracciones para que su paso no vuelva a ser efímero.