Los lunes no son fáciles para nadie. Si no que se los digan a los Spurs, que vieron como tras una horrible primera parte se debajan una derrota en Indiana, lo que les supone la décima de la temporada. Además, cortan una racha de ocho victorias consecutivas. Pero no adelantemos acontecimientos. El choque del lunes traía varias novedes. Ambos equipos tienen caras nuevas, Ty Lawson debutó anoche en los Pacers, que ficharon al pequño base después de que fuese cortado por los Rockets. También los Spurs tienen refuerzos, pero ni Kevin Martin ni Andre Miller debutaron en este partido. 

Los Spurs empezaron el partido cinco minutos tarde. Con una empanada considerable en ataque, su característica circulación de balón brillaba por su ausencia. Para colmo, no metían una y estaban con cuatro puntos en cinco minutos y diez abajo en el marcador. Pero ahí no acababa el despropósito de los de Popovich. Siguieron acumulando errores, para terminar con un horrible 6/27 en tiros de campo y 1/7 en triples en el primer periodo. Lo único a favor de los texanos era que los Pacers tampoco hicieron excesiva sangría, 25-13 finalizaban los primeros 12 minutos.

Los Spurs no encontraban aro

Con la segunda unidad en pista, el equipo local se seguía sintiendo cómodo y Rodney Stuckey marcaban el son anotador de los suyos. La dinámica de los Spurs no era buena y estaban jugando un baloncesto malo, a lo que poco ayudaban sus poco entonadas muñecas. Apenas 32 puntos firmaban en su primera parte menos anotadora de la presente temporada. Todo esto lo seguía aprovechando el equipo de Frank Vogel, que jugando un baloncesto serio pero tampoco muy excelso estaba machacando a los todopoderosos Spurs. Para completar el cuarto, Monta Ellis anotaba un triple sobre la bocina y ponía el 48-32 en el marcador.

Cuarto nuevo, vida nueva. Eso debió pensar San Antonio Spurs, a quien el descanso parecía que le había sentado de perlas. En dos minutos ya se habían puesto a siete puntos. Espejismo. Un par de malos ataques, culminados en puntos al contragolpe por los Pacers, les recordaba a los cinco veces campeones de la NBA que tenían que ofrecer algo más para llevarse la victoria de Indianápolis. La tímida reacción texana, aunque todavía no había servido para remontar, sí que había influido para que los dos equipos se pusiesen las pilas. A partir de ese momento el baloncesto del encuentro mejoró.

En momentos calientes llame a Ellis

Cuando la aportación colectiva de Indiana Pacers caía, Monta Ellis cogió las riendas (y el balón) en su equipo. Bien secundado por Paul George, intentaban hacer frente a los embistes de los Spurs, que se resistían a la derrota en el último cuarto. En uno de estos achuchones, la diferencia se reducía a ocho tras un parcial de 7-0 liderado por Patty Mills. Pero lo que prendía la llama de la remontada fueron unos pasos y una falta en ataque de Ellis. Además, otra decisión arbitral que, dando el balón a los visitantes en fuera de fondo, encendió al Bankers Life Fieldhouse. Este apretaba cuando en la Ellis anotaba poco depués, tras una buena penetración. 

En los últimos minutos, se diluían los Pacers mientras crecían los Spurs, para ponerse tres abajo a falta de tres minutos con una canasta de Aldridge. Había emoción y había partido. Mills y Ellis convirtieron ambos sus tiros libles para que cuando entrasemos en el último cuarto, siguiese la diferencia de tres puntos. Y ahí apareció el mejor jugador de la noche: Monta Ellis. Retuvo el balón hasta que quedaban pocos segundo de posesión, después con un gran crossover, encaró el aro y anotó una bandeja primordial para retener el partido en casa.

Victoria importantísima para Indiana Pacers, que les sirve para seguir en la pelea por los Playoffs. Monta Ellis y Paul George, con 26 y 23 puntos respectivamente, fueron los mejores en su equipo. Los Spus por su parte tuvieron una noche aciaga con el tiro, 35% en tiros de campo y 4 de 28 en triples. Los únicos que estuvieron un poco acertados fueron: Aldridge (23 punts y 12 rebotes), Leonard (23 puntos) y Mills (18 puntos).