New York Knicks venció a Chicago Bulls en el Madison Square Garden de Nueva York por 106-94 en jornada correspondiente a la temporada regular 2015/16 de la NBA.

La dupla Anthony/Porzingis volvió a ser efectiva, como a principios de temporada, y ejerció de guía para un equipo que volvió a ser un equipo. Todo lo contrario que su rival, los Bulls, que siguen por encima del 50% de balance pero se complican la vida de cara a los Playoffs con dos derrotas seguidas ante unos Knicks que ya no se juegan nada.

La tónica sería ésa

Llegaba el partido caliente. Y porque hubiera piques ni nada parecido, sino porque era el segundo partido que disputaban estos dos equipos en apenas 24 horas, un back-to-back de libro. En el primer encuentro, disputado en Chicago, los Knicks se llevaron la victoria con un gran duelo en el que los jóvenes -y conocidos de la afición española- Kristaps Porzingis (29) y Nikola Mirotic (35) batieron sus mejores marcas anotadoras.

Felicio empezaba como titular. Pau Gasol se tomaba un descanso en este partido para cuidar su rodilla. Otra baja sensible para Hoiberg.

Los Knicks empezaron muy acertados, con tres triples en sus primeros cinco lanzamientos. Eran Carmelo Anthony y un inmaculado Sasha Vujacic los que dinamitaban los primeros minutos. En los Bulls sólo parecía querer anotar Taj Gibson, porque lo demás era una sucesión de tiros sin sentido y que -incluso- no tocaban ni aro.

La salida de los primeros suplentes avivó a los visitantes, sobre todo un Mirotic que se veía que seguía con muchas ganas. Con él y un Rose intermitente los Bulls consiguieron salvar nadie sabe bien cómo un primer cuarto malo en el que terminaron sólo 31-27 abajo tras una canasta final de Aaron Brooks.

A ritmo de triple

Los Knicks eran equipo. Por primera vez en la temporada. Tarde, sí, pero esta vez eran equipo. Los diez que estaban jugando habían anotado pasados menos de veinte minutos de encuentro. Los suplentes de los Knicks salían con muchas ganas, lo cual se notó para dar otro arreón.

Pero mejoró Derrick Rose. Se dejó de tiros a ningún sitio, puso un punto de pausa para armar ataques en estático y su equipo lo agradeció. Butler se le unía y juntos apuntaban al empate.

Dos triples seguidos de Porzingis a dos minutos del final decantaron la balanza a favor de los locales, que se marchaban al descanso ocho puntos de ventaja (53-45).

Fuente: New York Knicks
Fuente: New York Knicks

Dos seguros de vida

Era el momento para recuperar, pero no hicieron más que lo contrario. Los Bulls se embolicaron una vez más en cruzadas contra ellos mismos, como la técnica a Fred Hoiberg nada más salir de vestuarios. Felicio, Dunleavy o McDermott no aportaban absolutalmente nada.

Los Knicks se tomaron un respiro y seguían cogiendo ventaja de poco en poco pese a llevar un ritmo más bajo. Carmelo Anthony y Kristaps Porzingis, los máximos anotadores, lo eran por una razón, y es que llevaban el peso del ataque. Y lo llevaban bien. Todo encajaba en el esquema de Rambis.

Al final del tercer periodo, 80-65 para unos Knickerbockers que sí se estaban sintiendo como un equipo esta vez.

Fuente: New York Knicks
Fuente: New York Knicks

El Madison, en pie

En el último período, poca faena. Seguía el descrédito de los Bulls, que se encomendaban a un Derrick Rose que acabó antando 30 puntos. Sólo aprovecharon un pequeño bajón por pérdidas del rival para acercarse un poco, coincidiendo con la entrada de Justin Holiday. a partir de ahí, nada más.

Los Knicks se encargaron de disipar dudas si es que había alguna, en apenas cinco minutos se volvieron a colocar con la máxima ventaja, la traspasaron y se pusieron a disfrutar. José Manuel Calderón le tiró dos alley-oop a Derrick Williams, a cada cual más bello y complicado, que hicieron las delicias del MSG.

106-94 al final en otro partido más donde se muestran demasiadas carencias de los Bulls, lo que les aleja aún más de la pelea por los Playoffs.