Llegar a la última jornada sin tener los 'deberes' hechos y dependiendo de otros resultados para mantener la categoría genera una situación de elevado estrés, no solo para los jugadores y equipos que sienten sobre sus hombros el enorme peso del descenso sino también para sus rivales. Los sistemas de liga tienen estas cosas, se trata de un calendario totalmente definido desde el primer momento que, aliado en ocasiones con los caprichos del destino, suele despertar suspicacias. No es nada nuevo, pero esta temporada la situación se ha enrevesado más de la cuenta.

El próximo domingo 22 de mayo, con horario unificado (12:30h) se disputa la trigésimo cuarta y última jornada de la fase regular. Retabet.es GBC, ya descendido matemáticamente a LEB Oro recibe en el Donostia Arena al Movistar Estudiantes. Por su parte Laboral Kutxa, con el cuarto puesto asegurado pase lo que pase, se enfrentará a ICL Manresa. Las cábalas, sencillas: Manresa depende de si mismo y se salva ganando en Vitoria-Gasteiz; en cambio Estudiantes necesita ganar en San Sebastián y que Baskonia derrote a Manresa.

Manresa, campeón de Liga 1998. | Foto: ACB

Tal como se ha vivido en los últimos partidos de la Liga BBVA, queda demostrado que cada equipo establece sus propias prioridades cuando ya no tiene nada importante en juego. Hay entrenadores que deciden dar minutos a jugadores menos habituales y otros que tienen como sello propio luchar a tope cada balón. La sospecha ha nacido esta vez desde la prensa catalana. Mundo Deportivo desveló que supuestamente un bufete de abogados vasco, enredado en asuntos judiciales con el Bàsquet Manresa, podía haber ofrecido colaboración futura a Baskonia y Gipuzkoa Basket si finalmente se termina certificando el descenso de los vallesanos. Ambos clubes han desmentido esta información y hasta la propia Liga ACB se ha puesto en manos de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) del Cuerpo Nacional de Policía para lo que pueda estimar oportuno.

Estudiantes, campeón de Copa 2000. | Foto: ACB

El Laboral Kutxa viene de disputar el pasado fin de semana la Final Four de la Euroliga, cita de tres días que supone un enorme desgaste a todos los niveles, de visitar al Real Madrid el miércoles (derrota ajustada por 93-88), con jugadores importantes lesionados (Shengelia y Causeur) y otros que arrastran molestias como Bourousis. Por delante Baskonia tiene un play-off 'trampa' de cuartos de final ante el Herbalife Gran Canaria del legendario Aíto García Reneses. A pesar de estas circunstancias el conjunto de Velimir Perasovic es superior al ICL Manresa, pero todo puede ocurrir. No debería generar ninguna suspicacia si el técnico croata decidiera dar descanso a hombres clave del equipo este domingo como tampoco que Baskonia saliera en tromba, algo habitual en el Buesa Arena, un pabellón que sigue rugiendo aunque su equipo vaya veinte puntos arriba en el marcador.

De igual forma tampoco sería ninguna sorpresa que Estudiantes, un histórico nuevamente en horas bajas, jugase un gran partido en Donostia venciendo con claridad al descendido GBC. Tanto cuando salen las cosas a favor o en contra de un determinado equipo en estas u otras circunstancias similares, la lección siempre es la misma: no se pueden dejar los 'deberes' para el último día.