Uno de los pocos jugadores que aún se habían mantenido firmes con su franquicia en el loco mercado de la NBA, ha roto sus vínculos con la que, hasta ahora, había sido su casa en la NBA. Más que su casa, su hogar; era el capitán del equipo, había traído anillos a South Beach y grandes momentos que los aficionados de los Heat, a buen seguro no olvidarán. Un hombre respetado y querido por la ciudad.

El contrato

Pero no se va a cualquier equipo ni a cualquier precio. Wade recalará en las filas del equipo de su ciudad, de Chicago. Los Bulls consiguen así un golpe de efecto al contratar a uno de los hijos pródigos de la ‘Ciudad del Viento’, después de traspasar a Rose, otro oriundo de Chicago, a los Knicks. Y lo hará por un montante de unos 47 millones de dólares, en un total de dos temporadas. Era una de las exigencias del jugador para sus Heat, que le devolviesen lo que él les había dado. Wade, estrella indiscutible de la liga, y top en su posición hace no muchos años, se rebajó el sueldo en varias renovaciones de contrato para que Pat Riley pudiese traer a LeBron y a Bosh y formar el equipo de ensueño que traería, más tarde, anillos para Miami. Por esto, esperaba que los Heat le devolviesen el favor y le ofreciesen un contrato como el de los Lakers a Kobe hace unos años, simbólico, agradeciendo todo lo dado a la ciudad y al equipo. Pero con la reciente renovación de Whiteside, Riley tenía otros planes.

Wade esperaba que Miami le ofreciese un gran contrato

El jugador ya se ha despedido de su ya ex equipo con una carta, y el propietario de la franquicia, Micky Arison, le ha dado las gracias por los 13 años que ha estado en la franquicia y las cosas que ha conseguido.

Efecto dominó

Para que los Bulls hayan podido acometer este fichaje de renombre, se han tenido que ‘quitar’ de encima algunos contratos para crear espacio salarial. Los elegidos han sido dos veteranos, uno con años en la franquicia, y otro recién llegado. Dunleavy y Calderón dejarán el equipo, aunque a diferentes destinos. El hijo del ex entrenador Mike Dunleavy, y jugador de los Bulls las pasadas tres campañas, se marcha a los Cavaliers a acompañar a LeBron a una nueva búsqueda del anillo. Mientras, el base español recala en los jóvenes Lakers a aportar veteranía y temple a la joven plantilla angelina.