Un buen director de orquesta llega a su posición, comprueba que todos sus músicos están correctamente colocados, llama su atención golpeando el atril con la batuta y comienza a dirigir. La labor de Rodrigo San Miguel en el Iberostar Tenerife guarda ciertas similitudes. Llega a campo rival, coloca a sus compañeros, bota varias veces el balón, y todo comienza a funcionar. Siempre a su ritmo y siempre bajo su mando.

La 2015/16 ha sido la temporada de su consagración en la plantilla aurinegra. Tras un buen primer año, San Miguel ha ido a más y se ha convertido en un jugador muy importante para el equipo. En ataque, además de su buena dirección, hace gala de una inteligencia que le permite leer cuándo penetrar o asistir y de un tiro de tres que le convierte en una constante amenaza. En defensa, si bien ha sufrido ante jugadores de un perfil más físico, es muy rápido de manos y suele poner en muchos problemas a sus rivales. No en vano, ha sido el cuarto hombre más utilizado por Vidorreta tras Beirán, Richotti y Sekulic.

Ha promediado 6,4 puntos y 3,4 asistencias por partido

La llegada de Davin White parecía poner en peligro su rol de titular, pero, lejos de restarse minutos, ambos bases han demostrado saber funcionar muy bien juntos. Sus estilos son casi antagónicos: San  Miguel representa la pausa, la lectura y la sutileza; White, la chispa, la imprevisibilidad. No obstante, estas diferencia han hecho al equipo mucho más rico tanto a la hora de rotar como de jugar juntos. La convivencia mutua, lejos de quitar minutos a cada uno por separado, los ha hecho mejores a ambos. Y, por supuesto, al Iberostar Tenerife.

Entre sus actuaciones destacan los 20 créditos de valoración que alcanzó en la visita del Real Madrid al Santiago Martín en el que, seguramente, haya sido el mejor momento de la temporada canarista. No obstante, seguramente sean más meritorios aún los 14 puntos y ocho asistencias que repartió en la visita a San Sebastián, en la que, debido a las bajas, tuvo que jugar ni más ni menos que 34 minutos. Pese a que no en todos los partidos ha podido brillar así, su presencia en pista siempre ha sumado y su labor, aunque muchas veces no es reflejada por los números, es muy importante en el funcionamiento colectivo. Bajo su batuta, el equipo podrá seguir ilusionando a la isla una temporada más.