Los Lakers están de enhorabuena. La ilusión ha vuelto a Los Angeles y el equipo es competitivo y entretiene. De hecho, presentan la mejor anotación desde el banquillo de toda la NBA: 52 puntos por partido. Nadie les supera y el segundo clasificado en esta lista es Brooklyn Nets con 43,6 puntos desde el banquillo.

El propio Luke Walton afirmaba que durante la pretemporada, viendo la plantilla, manejaban esta opción y con el paso de los partidos se ha afianzado. El bloque importante del banquillo sigue sin empezar los partidos como titular, pese a que haya habido lesiones (por ejemplo, D’Angelo Russell o Julius Randle). “Los grupos construyen dinámica por sí mismos, así lo han hecho ellos. Han sido de los mejores, tanto titulares como suplentes, durante toda la temporada. Contamos con ventaja cuando saltan a la pista, por eso intentamos no variar las rotaciones” decía el entrenador al respecto. Es algo sorprendente, pero que está funcionando por el momento, puesto que el equipo se encuentra tras 18 partidos en la octava posición de la Conferencia Oeste, lo que les daría acceso a los playoffs.

Como guards, los Lakers cuentan con Lou Williams y Jordan Clarkson, que son primer y tercer máximos anotadores del equipo con 16,6 y 15,4 puntos por partido, respectivamente. A estos se les suma la aportación de Brandon Ingram como alero, que incluso puede dirigir como si fuera un base, además de Tarik Black y Larry Nance Jr. como interiores. El propio Black comentaba su satisfacción con el rol que tenían él y el resto de integrantes del banquillo: “Nos sacrificamos los unos por los otros. Es fácil hacerlo cuando vienes de una temporada con 17 victorias, y otra con 21. Es más sencillo echar un cable si ves que todos mejoramos, y eso es lo que ha construido este grupo. Sufrir al principio y luego ver el éxito, porque sabemos de dónde venimos y sabemos que no queremos volver” apuntaba el pívot.

De seguir así, los jóvenes Lakers seguirán dando alegrías a sus aficionados y superarán antes la marcha de Kobe Bryant.