La serie volvía a Los Angeles empatada a dos para disputar el quinto encuentro. La importancia de dicho partido era mayúscula, ya que era el primero de una nueva y virtual serie a tres encuentros que coronaría a Clippers o Jazz. Y no es para menos, ya que en una serie empatada a dos, el vencedor del quinto encuentro acaba pasando la eliminatoria en más del 80% de los casos.

La baja de Blake Griffin dejaba a los Clippers cojos y permitió a los Jazz sacar provecho de los cambios defensivos. Imponiendo su bajo ritmo durante gran parte del encuentro, los de Utah fueron capaces de imponerse a los de Doc Rivers y llevarse el encuentro.

Partido sin dueño

Todo el mundo conoce a estas alturas a los Jazz. Un equipo intenso y que juega a un ritmo lento, siempre intentando llevarse los encuentros a su terreno. Es por eso que los Clippers intentaron comenzar el partido con una defensa intensa, manteniendo a los visitantes lejos de canasta. Los Jazz, por el contrario, fueron capaces de reaccionar y cambiar su manera de encarar el encuentro. En lugar de filtrar balones a Gobert en la zona, los sacaban para Hayward.

Otra de las claves de la primera mitad fue el movimiento de balón de ambos equipos. Clippers y Jazz estaban ejecutando una defensa casi perfecta, con lo que obligaban al oponente a mover el balón sin parar para conseguir buenas opciones de tiro. Utah intentaba imponer su tempo mientras Chris Paul seguía siendo el mejor director de los Clippers y aceleraba el juego cuando podía.

La primera mitad estuvo marcada por una serie de rachas protagonizadas por ambos equipos que no dejaron el marcador quieto en ningún instante. Los Clippers empezaron fuertes gracias a su gran defensa, pero cuando los Jazz cambiaron su estrategia, acabaron con esa dinámica. Y no solo los quintetos titulares, sino que los suplentes también pelearon como los que más.

Joe Johnson fue una chispa desde el banquillo que permitió a los Jazz remontar en el segundo cuarto… Hasta que volvió Chris Paul y volvió a dominar el encuentro. Las pequeñas rachas iban y venían hasta que, en los últimos dos minutos, los Jazz protagonizaron un parcial de 8-1 para calmar el encuentro e irse por delante al descanso.

La media parte llegó, entonces, con un marcador de 43-46 para los Jazz, que habían conseguido marcar lo tiempos del partido. Los Clippers se defendían gracias a los nueve puntos anotados por Chris Paul y J. J. Redick, acompañados por algún que otro actor secundario. Mientras tanto, los Jazz sacaban provecho de la superioridad de Gordon Hayward, que se marchaba al descanso con 14 puntos y un 62.5% de acierto.

Polos opuestos

El tercer cuarto siguió con la dinámica de la primera mitad, solo que llevada hasta el extremo. Pese a que Chris Paul intentó aumentar la velocidad al inicio, los Jazz siguieron jugando como ellos querían, hasta tal punto de sacar de quicio a los Clippers. Tan lento intentaron jugar, que hasta ellos perdieron su particular ritmo ofensivo. Y es que ambos equipos estuvieron sin anotar más de dos minutos y medio durante el tercer cuarto. Los Clippers llegaron a pasar poco más de siete minutos sin anotar un tiro de campo, con algún que otro punto esporádico llegando desde la línea de tiros libres.

Pese a lo que pueda parecer por el marcador de 18-15 que consiguieron ambos equipos en el tercer cuarto, la defensa tampoco era para echar cohetes. Simple y llanamente, los jugadores parecían perdidos. Fallaban tiros fáciles, lanzaban sin confianza, erraban sin parar… Todo gracias – o culpa – a los Jazz que, pese a que tampoco eran capaces de anotar, se sentían mucho más cómodos con esa situación. Los de Utah supieron apretar cuando era necesario, consiguiendo un pequeño parcial al final del cuarto que acabó con un mate de Hayward en el último segundo y mandó un mensaje muy claro a los locales.

Mientras el tercer cuarto fue dramático en cuanto a anotación y juego ofensivo se refiere, el último periodo fue una auténtica locura. Los Jazz empezaron con una buena racha de siete puntos consecutivos, marchándose de 11 en el marcador. Sin darse por vencidos, los Clippers contestaron con otros 11 puntos seguidos, para igualar el partido a 69 con poco menos de ocho minutos por jugar. Dicha racha de los angelinos vino dada gracias a dos triples de Chris Paul y a cinco tiros libres de un Redick más protagonista que nunca.

Los Jazz, sin embargo, no se echaron atrás, y volvieron a realizar un increíble parcial de 8-0. Desde aquel momento, la misión de ambos equipos estuvo clara. Con menos de medio cuarto por jugar, los de Utah intentarían mantener su ventaja, mientras los Clippers intentarían remontar a toda costa.

Los de Doc Rivers intentaron cambiar el ritmo del partido, acelerándolo a más no poder para sacar a los Jazz de su zona de confort. Pese a eso, los de Snyder se defendieron y no dejaron que su ventaja bajase nunca de los dos puntos.

Chris Paul se echó, una vez más, el equipo a la espalda, consiguiendo 15 puntos en el periodo y volviendo loca a la defensa de los Jazz. Hay que destacar, sobre todo, el espectacular cuarto que realizó J. J. Redick, anotando 14 puntos y ayudando a CP3 en el intento de remontada. Pero es que poco más hicieron los Clippers. Solo Paul, Redick y DeAndre (5 puntos) anotaron en los últimos 12 minutos.

Los intentos de los locales, lamentablemente para ellos, quedaron frustrados gracias a un esfuerzo coral de los Jazz. Hayward y Rodney Hood anotaron nueve puntos cada uno para mantener al equipo a flote. Mientras en los momentos más decisivos aparecieron George Hill con cuatro tiros libres decisivos y, cómo no, Joe Johnson con una canasta al más puro estilo ISO Joe. Gracias a ellos fueron capaces los Jazz de mantener su ventaja en el marcador y hacerse con la victoria, acabando con un marcador de 96-92.

Claves del partido

Un partido y una serie tan igualada como esta tiene decenas, por no decir centenares, de pequeños detalles que acaban por inclinar la balanza pero siempre hay algo especial que acaba definiendo los encuentros.

En el caso del encuentro de esta madrugada ha sido el ritmo impuesto por los Jazz. Pese a que los Clippers lo intentaron hasta el final con un último cuarto totalmente frenético y ofensivo, el último periodo no fue más que la excepción que confirma la regla. Los Jazz fueron capaces de imponer su ley durante gran parte del encuentro, llegando a sacar a los Clippers de quicio y evitando que anotasen como suelen hacerlo.

Y es que los Clippers lo intentaron todo. Chris Paul volvió a ser un general en el parqué y fue capaz de acabar el encuentro con 28 puntos (52.6% TC) y nueve asistencias. Su mejor aliado fue, sorprendentemente, J. J. Redick quien, con 26 puntos gracias a un 58.3% de acierto en tiros de campo y 42.9% en triples, demostró seguir siendo capaz de alterar partidos. DeAndre Jordan, por otro lado, siguió en su línea y anotó 14 puntos con un 75% de acierto, mientras también capturó 12 rebotes.

Los Jazz, por su parte, pudieron volver a disfrutar de Gordon Hayward al máximo nivel. El alero se recuperó de su intoxicación alimenticia y volvió para anotar 27 puntos (56.3% TC y 50% 3P), capturar ocho rebotes, repartir cuatro asistencias y robar dos balones. Rudy Gobert, sin embargo, tuvo un partido discreto pero eficiente y acabó con 11 puntos y 11 rebotes. Claves fueron las actuaciones de Rodney Hood (16 puntos), George Hill (12 puntos) y sobre todo, Joe Johnson (14 puntos). ISO Joe volvió a ser determinante en un partido de la serie hasta tal punto que los aficionados ya han empezado a bromear en las redes, llegando a decir que es el dueño de los Clippers.

Los fans bromean y califican a Joe Johnson de 'dueño de los LA Clippers'. | Fotografía.+: wikipedia.org
Los fans bromean y califican a Joe Johnson de 'dueño de los LA Clippers'. | Fotografía: wikipedia.org

La serie viajará, el viernes, a Salt Lake City, donde los Jazz lucharán por cerrar la eliminatoria y los Clippers por sobrevivir. Los angelinos tendrán que hacer muchos ajustes si quieren mantenerse vivos y llevar la eliminatoria de vuelta a Los Angeles para un séptimo partido. No hay duda de que los Jazz tienen la eliminatoria donde la quieren y van a ser un verdadero dolor de cabeza para Doc y los suyos.