Clippers y Jazz llegaban al Staples Center para jugar el último partido de la serie. Un séptimo encuentro que decidiría quién merecía estar en segunda ronda y quién no.

Tras ganar el sexto partido en Utah e igualar la eliminatoria, los Clippers confiaban en dar completamente la vuelta a la serie y eliminar a los Jazz. Mientras que los de Salt Lake City sabían que, solo con mejorar mínimamente su actuación en el anterior encuentro, iban a tener muchas opciones de llevarse el gato al agua.

El partido tuvo idas y venidas durante los 48 minutos pero los Jazz estuvieron por delante en el marcador durante prácticamente todo el tiempo. Gracias a un cojín creado en el tercer cuarto, Utah fue capaz de hacerse con el partido por 104-91.

De tal manera, los Jazz avanzan a segunda ronda, donde se enfrentará a unos ansiosos y descansados Warriors. Por otro lado, los Clippers caen eliminados de nuevo y se enfrentarán a uno de los veranos más difíciles de su historia reciente. Al mismo tiempo, la eliminación de los angelinos pone punto y final a la carrera de Paul Pierce, uno de los jugadores más emblemáticos y decisivos de la historia.

Sin hacer ruido

Utah salió al partido como suele hacerlo, con la defensa activada y atenta desde el primer instante. Pese a que su plan estaba funcionando a la perfección, tuvieron problemas bien pronto. Y es que Gobert cometió dos faltas en poco más de tres minutos, lo cual obligó a Snyder a retirarlo del encuentro.

La ausencia de Gobert obligó a Hayward a estar algo más activo, pero volvió a empezar el partido con el pie izquierdo, igual que pasó en el anterior encuentro. Derrick Favors, por su parte, hizo un gran trabajo sustituyendo a Gobert, sobre todo en el aspecto ofensivo. Más importante fueron aún los cambios del entrenador en el segundo cuarto, ya que Gobert volvió a cometer una falta en dos minutos, lo cual le dejó en solo cinco minutos jugados en la primera parte.

Con diez puntos y nueve rebotes en la primera mitad, Derrick Favors fue, sin lugar a dudas, el mejor jugador de los Jazz y demostró ser el recambio ideal de Rudy Gobert. George Hill siguió con la inercia del sexto encuentro, poniéndose el equipo a la espalda cuando las estrellas no podían hacerlo. Con Gobert en el banquillo y Hayward topándose contra un muro tanto de defensores como psicológico, eran los jugadores de segunda línea quienes debían dar un paso adelante.

Los Clippers seguían, sin embargo, confiando en su dragón de dos cabezas que forman Chris Paul y DeAndre Jordan. Las dos estrellas eran los máximos anotadores del equipo, con 11 puntos cada uno. DeAndre Jordan, además, se fue al descanso con 12 rebotes, aprovechando la baja de Gobert para ganar la batalla en la pintura. Pese a que Austin Rivers fue un buen escudero, Paul y Jordan estaban demasiado solos.

Sin Gobert y con un mal inicio de Hayward, los Jazz tuvieron que dar un paso adelante como equipo, y así lo hicieron. Luchando por rebotes y balones perdidos, defendiendo con uñas y dientes y, sobre todo, moviendo el balón, fueron capaces de anular a unos Clippers que parecían estáticos. De esta forma, los visitantes conseguían irse al descanso con un marcador de 46-39 a su favor.

Quiero y no puedo

La segunda mitad fue aún peor para los Clippers, que no eran capaces de encontrar fisura alguna en la defensa de los Jazz. Lo peor era que sus problemas no extrañaban lo más mínimo, ya que su movimiento de balón era prácticamente nulo. Ni siquiera estaban siendo capaces de aprovechar la ausencia de Gobert, otra vez fuera del encuentro tras cometer una falta en menos de tres minutos en el tercer cuarto y en menos de dos minutos en el último periodo.

Utah fue capaz de aumentar la distancia en el marcador hasta llegar a los 21 puntos a mediados del tercer periodo. Más allá de la diferencia en el luminoso, lo que daba menos esperanzas a los Clippers eran las sensaciones en pista. No solo no eran capaces de anotar con consistencia, si no que parecían derrotados anímicamente después de cada jugada que no acababa en canasta.

Fue en el último cuarto cuando Jamal Crawford decidió echarse el equipo a la espalda y aumentar el ritmo del encuentro. Ya fuese con jugadas de uno contra uno, o con contraataques a una velocidad vertiginosa, parecía ser el único capaz de liderar a los Clippers en esos momentos.

Los Jazz se habían relajado más de la cuenta y permitieron que los locales se acercasen a menos de diez puntos, colocándose a solo ocho a falta de tres minutos y medio para el final. Sin embargo, los de Snyder hicieron un grandísimo trabajo a la hora de alargar las posesiones, jugar con el reloj y frenar a los Clippers.

Fue gracias, cómo no, a la defensa que consiguieron detener a los angelinos y evitar su remontada. La intensidad en los últimos minutos inclinó la balanza hacia el lado de los Jazz, ya que disponían de más armas y de un mejor planteamiento de juego. Fue, de esta manera, como los de Utah fueron capaces de hacerse con el partido e imponerse por 104-91, eliminando a los Clippers y avanzando a la segunda ronda de playoffs.

Claves del partido

No cabe duda de que los Jazz tuvieron un partido complicado. Las faltas de Gobert les obligaron a cambiar toda su rotación y hacer ajustes en el momento. Sin embargo, Snyder hizo encajar todas las piezas a la perfección, consiguiendo, como un gran relojero, que todos los engranajes cumpliesen su función.

Pese a tener un partido muy complicado, Gordon Hayward volvió a resucitar en la segunda mitad y acabó siendo el mejor de su equipo. Llegó a la media parte con solo siete puntos y un 28.6% de acierto, pero su gran segunda mitad le permitió acabar con 26 puntos, ocho rebotes y un 45% en tiros de campo.

La mediocre actuación de Gobert (un punto y cuatro rebotes), que nunca pudo coger el ritmo debido a las constantes idas y venidas desde el banquillo, obligó a otros jugadores a aportar más de lo esperado. Más allá de George Hill o Joe Johnson, la actuación más sorprendente fue la de Derrick Favors, que terminó el encuentro con 17 puntos, 11 rebotes y un 72.7% de acierto en tiros de campo.

Los Clippers estuvieron liderados, en esta ocasión, por un DeAndre Jordan mucho más activo que en anteriores ocasiones. Tal vez fue la poca actividad de Gobert fue lo que le hizo atacar más la canasta pero lo que está claro es que lo hizo con gran efectividad. El pívot acabó el partido con 24 puntos, 17 rebotes y un 75% de acierto.

Chris Paul, sin embargo, no estuvo a su nivel habitual y solo pudo conseguir 13 puntos y nueve asistencias, con un pésimo 31.6% en tiros de campo. Jamal Crawford fue quien, en los momentos más difíciles, tomó la responsabilidad de liderar al equipo y fue el principal partícipe del intento de remontada. Con 20 puntos, fue el segundo máximo anotador de los Clippers y demostró seguir teniendo cuerda para rato.

En rasgos generales, no cabe duda de que la falta de movimiento de balón castigó, en gran medida, a los Clippers. Mientras unos movían la pelota y repartían la anotación (siete jugadores de los Jazz llegaron a los diez puntos), los otros confiaban en el talento de sus estrellas y en jugadas individuales.

Los de Utah, además, abandonaron en gran medida los lanzamientos de larga distancia que tanto les habían caracterizado durante la serie. En los seis primeros encuentros, habían promediado 27 lanzamientos triples por partido, mientras en el séptimo solo lanzaron 13. Los Clippers estaban preparados para defender la línea de tres, pero los Jazz tenían otros planes. Y esos eran los de poner anzuelos para los defensas tras la línea de triples, para entonces encontrar otro mejor lanzamiento.

Direcciones opuestas

Con esta nueva eliminación, los Clippers acaban fracasando, otra vez más, en los playoffs. Antes de un verano movido como el que van a tener, las cosas no han hecho nada más que empeorar. Chris Paul y Blake Griffin tienen opciones de terminar su contrato este año, mientras Redick, Speights, Mbah a Moute y otros jugadores importantes se convertirán, seguramente, en agentes libres.

Esta eliminación les ha convertido, además, en el primer equipo en caer en playoffs tras ir por delante en la serie durante cinco años consecutivos. Un mero dato que confirma la mala racha y dificultades por las que ha pasado la franquicia.

Dificultades que les han apeado, de nuevo, de la lucha por el anillo. Pero es que este no ha sido, únicamente, el último partido de los Clippers en estos playoffs, sino que también ha sido el último encuentro de Paul Pierce en la NBA. Un jugador determinante donde los haya, The Truth ha despertado odio y admiración allá por donde ha pasado. Una leyenda de los Celtics y del baloncesto en general a la que rivales y compañeros no dudan en rendirse.​​

Utah Jazz avanza, de esta forma, a las Semifinales de Conferencia donde ya les esperan los Golden State Warriors. Se convierten así en único equipo sin ventaja de campo en pasar de la primera ronda. Cabe decir, sin embrago, que poco les ha importado ese hecho, ya que han sido capaces de conseguir tres de sus cuatro victorias en el Staples Center.

Los de Salt Lake City consiguen, de una vez por todas, demostrar que son capaces de volver a la cima de la NBA. Tras cuatro años sin entrar en playoffs y seis años sin pasar de primera ronda, esta temporada ha dado alas a unos Jazz que no temen a nadie. Su defensa y juego en equipo no tienen comparación dentro de la liga y es lo que les hace marcar la diferencia.

Ahora deberán enfrentarse a los favoritos al título en una serie que será aún más dura e intensa que la que acaban de disputar. La mejor defensa de la liga contra el mejor ataque. No cabe duda de que será una serie más que interesante y bonita para los espectadores.