Llegan las finales de la NBA y con ello las miradas se centran sobre las estrellas de ambos equipos. Representando a los Cavaliers tenemos a LeBron James. El alero de Akron es el mejor jugador del mundo actualmente y con 32 años parece estar viviendo una segunda juventud, poniendo números inimaginables para un jugador en su 14º temporada en la liga. Por parte de Golden State tenemos a Kevin Durant. Tras su polémico fichaje por los de San Francisco, Durant está decidido a ‘’callar bocas’’, y el primer paso sería ganar el anillo que tanto anhela. Sin duda estamos ante un duelo brutal entre el que posiblemente es el mejor jugador del siglo XXI (LeBron) contra el mejor anotador de nuestro tiempo (Durant). 

Duelo por el trono

Durante el último lustro la idea de que James es el mejor jugador del mundo ha sido unánime. Sin embargo, esto se podría poner en entredicho al término de estas finales. Desde que perdiera la final de 2012 ante los Heat de James, Wade, Bosh y compañía, Kevin Durant ha tenido una carrera llena de dudas. Aclamado como ‘’la nueva cara’’ de la NBA tras la marcha de LeBron, Kevin ha visto como su estatus ha sido suplantado por la aparición de nuevas estrellas como Curry, Harden o Kawhi.

Y es que desde 2012 Kevin Durant no pisaba una final de la NBA. Los principales culpables de esto fueron las lesiones y la aparición en el Oeste de los Golden State Warriors. Fue el año pasado cuando Durant puso a los Warriors del 73-9 contra las cuerdas para finalmente dejarse remontar un 3-1 en la final de conferencia. Tras su polémico fichaje por sus verdugos ahora Kevin solo tiene entre ceja y ceja ganar ese deseado primer anillo.

Para ello deberá enfrentarse al Rey. LeBron James lleva 7 finales consecutivas, algo cuanto menos histórico. Su cuenta particular de campeonatos y galardones personales le hacen que ya solo pueda perseguir una cosa, ‘’el fantasma que jugó en Chicago’’. En palabras propias de James su objetivo es ser el mejor de siempre. Para ello necesita derrotar a los Warriors de nuevo, necesita derrotar a Kevin Durant.

No se esconden ante el otro

Los números de ambos en duelos directos son impresionantes. Ambos promedian 29 puntos por partido ante el otro, pero es en el colectivo donde LeBron se lleva la ventaja. En 18 duelos entre ellos James se ha llevado 14, por 4 de Durant. A esto hay que sumarle la victoria en las finales de 2012, donde pese a los más de 30 puntos por partido de Durant los Heat destrozaron a unos jóvenes Thunder 4-1.

Durant tiene la oportunidad de demostrar que pertenece al Olimpo de la NBA si consigue destronar al Rey y finalmente devolver a LeBron al mundo de los mortales, lejos del sueño de alcanzar la sombra del 23 de la ciudad del viento.

Consecuencias de una victoria

¿Qué haría para la carrera de cada jugador una victoria en estas finales?

 Para Durant sería el paso definitivo de estrella a leyenda. En una era donde lo único que parece importar son los anillos Durant necesita al menos un campeonato que le lleve a estar a la altura de los grandes aleros de la historia. Aparte, una victoria justificaría su decisión de poner rumbo a San Francisco este pasado verano.

Para LeBron significaría un paso más hacia su meta, superar a Jordan. James sabe que para al menos acercarse a la figura de Jordan necesita dejar de sumar derrotas en finales. Si bien las de 2007 y 2015 son entendibles, siguen pesando mucho la de 2014 y especialmente 2011. Michael hizo un 6 de 6, de ganar LeBron se pondría 4 de 8, con menos títulos, pero más apariciones en finales. Aparte sería su segundo ‘’repeat’’, hito logrado por muy pocos jugadores.

El duelo épico entre Warriors y Cavs llega a su episodio número tres y una vez más las miradas se dirigen en busca de las estrellas en el momento en el que los jugadores se convierten en leyendas.

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Sobre el autor
Diego Hernández Pérez
Estudiante de Periodismo en la US