Sin apenas dar tiempo a los aficionados para recuperarse de la resaca baloncestística que ofreció el Eurobasket hace escasos días en el que se impuso la Eslovenia de los Dragic, Doncic, Randolph, Prepelic o Vidmar, volvía el mejor baloncesto de la mano de la Supercopa en la que se enfrentaban en la primera de las semifinales Valencia Basket y Unicaja de Málaga.
Un gran plato para abrir boca en el primer torneo oficial de la temporada. Cara a cara nada más y nada menos que Valencia Basket, vigente campeón de la Liga Endesa y que la temporada pasada disputó todas las finales de las competiciones que disputó, y Unicaja de Málaga, campeón de la Eurocup. Aún resuenan tambores de revancha entre ambos equipos tras aquella final de Eurocup en la que el cuadro malaguista se alzó con su primer título continental.
Dos plantillas enormes que se volvían a ver las caras tras un verano en el que se han reforzado muy bien. Se presentaban muchos atractivos como los duelos en la dirección de ambos equipos entre Erick Green por Valencia Basket y Ray McCallum por los malagueños, flamantes fichajes que han firmado grandes actuaciones durante la pretemporada, o la batalla por dominar la zona entre Giorgi Shermadini, reciente fichaje cajista, y el talentoso Bojan Dubljevic por los taronjas.
No duraría mucho la resistencia del cuadro de Joan Plaza en el primer cuarto, que en los primeros compases intercambiaba canastas sobre todo desde el perímetro. Valencia Basket se iría pronto arriba en el marcador liderados por un enorme Erick Green (10 puntos), San Emeterio (7) y Tibor Pleiss (5). Los valencianistas movían muy bien el balón, saliendo en tromba gracias a un gran acierto en el tiro. Por su parte Unicaja tenía problemas en defensa para frenar el pick and roll en la cabecera de la zona y Green se mostraba imparable.
No cambiaron las tornas durante el segundo cuarto, y a los ya evidentes problemas de una defensa malaguista excesivamente frágil se añadían problemas en ataque para encontrar situaciones de tiro cómodas. Escaseaban las ideas en ataque para Unicaja que funcionaba con arreones como los dos triples anotados por el finlandés Sasu Salin, que le mantenían con vida en el partido. Llegó una pequeña reacción por el cuadro malaguista, que se logró poner a 8 puntos, pero Txus Vidorreta introdujo nuevamente en cancha a Erick Green que volvía a hacer daño a una defensa de Unicaja que se veía obligada a doblegar esfuerzos para defender el talento del americano, circunstancia que permitía encontrar jugadores libres de marca. El resultado al descanso era de 50-36 para los valencianistas.
Unicaja encontraba la fórmula
Parecieron calar hondo las palabras de Joan Plaza sobre sus pupilos en el descanso, que consciente de que el partido se le estaba yendo debido a la fragilidad defensiva de los suyos, puso en pista un quinteto que ahogó los ataques valencianistas. McCollum, hasta ahora desaparecido y con evidentes síntomas de precipitación en sus acciones, se quería meter en el partido y demostrar su innegable calidad. Unido a la canasta del americano, Nemanja Nedovic anotaba dos triples, Augustine colocaba un gran tapón que permitía correr a los malagueños y anotar al contragolpe gracias a Dani Díez. En un abrir y cerrar de ojos, Unicaja obtenía un parcial de 9-0 tras el descanso. Todo ello motivado por un movimiento de balón mucho más rápido y una gran defensa que permitía ponerse tan sólo a 2 puntos del cuadro comandado por Txus Vidorreta. Por si fueran pocos problemas para el cuadro taronja, Jeff Brooks se estaba gustando con canastones de enorme calidad y se iba a los 8 puntos en el tercer cuarto. Nedovic también se puso el mono de trabajo y ayudó a su equipo a situarse a sólo 3 puntos de Valencia Basket al final del tercer cuarto (66-63).
Valencia Basket contra las cuerdas
El equipo de la costa del sol lograba una espectacular remontada y se metía de lleno en el partido. Se dibujaba un nuevo escenario sobre la pista del Gran Canaria Arena. El inicio del último y decisivo cuarto no podría ser más errático. Ambos equipos se mostraban muy espesos en ataque y se sucedían las posesiones en las que se imponía la defensa. Tuvo que ser Antoine Diot quien rompiera abriera la lata por parte valencianista con un triple. Dubljevic anotaba de dos y Valencia Basket lograba un parcial de 5-0 (71-63).
Unicaja era un manojo de nervios sobre la pista y sus ataques se frustraban una y otra vez. Transcurrieron cinco minutos del último cuarto hasta que los malagueños se estrenaron en el marcador. Nedovic anotaba dos canastas y junto a otra canasta de McCallum llevaban a su equipo a los instantes finales con opciones de llevarse el partido. Joan Sastre cometía pasos y colocaba a Unicaja con posesión de ponerse delante. Brooks anotaba otro canastón e igualaba la contienda (75-75). Joan Plaza ordenaba una presión en toda la cancha y Augustine cometía una falta muy polémica sobre Sastre, que anotaba uno de los dos tiros libres. Nedovic perdió el balón tras agotar la posesión en un mal ataque.
Como tantas veces, emergía el talento de un jugador al que no le quema el balón en los instantes decisivos. San Emeterio se inventaba un canastón y colocaba a los suyos 3 arriba. El partido se decidiría tras una recuperación de Unicaja, en la que James Augustine se precipitó al buscar la opción del contragolpe con un mal pase, que permitió a Valencia recuperar la posesión y echar un jarro de agua fría con un triple de Doornekamp. Nedovic contestaría con otro triple que dejaría a tres a los malagueños a falta de 3,7 segundos para el fin del partido. Antoine Diot se iría a los tiros libres y sentenciaría el partido para los valencianistas 83-78.
Valencia Basket sigue de dulce y accede a la final de la Supercopa, donde se enfrentará al Herbalife Gran Canaria, que se ha clasificado para la misma al derrotar al Real Madrid.