No cabe duda de que Sam Presti ha sido el hombre del verano en la NBA. Consiguiendo hacerse con Carmelo Anthony y Paul George por mucho menos de lo que otros esperaban, ha puesto las piezas necesarias alrededor de Westbrook. Oklahoma City vuelve a dar miedo.

Sin embargo, alguno de estos movimientos vienen con cierta incertidumbre. Las intenciones de George de jugar en los Lakers eran más que conocidas en la NBA, razón por la cual los Thunder pudieron hacerse con él a cambio de tan poco. Al tener una opción de jugador a final de temporada, es muy posible que se marche si las cosas no van bien.

Algo parecido ocurre con Carmelo Anthony. El alero sí que tiene contrato durante esta temporada y la siguiente, pero no es tan sencillo. Y es que Melo dispone de una opción de terminar su contrato y convertirse en agente libre cuando termine esta campaña. Todo depende, ahora mismo, de los jugadores.

Lo que sí depende de Oklahoma es lo que pueden hacer para convencerles de que este proyecto vale la pena. Algo que ya han comenzado a hacer con, simplemente, crear este proyecto. La adquisición de Paul George ya sacudió la liga en su momento, pero no parecía suficiente. Ahora, con Carmelo en el equipo y el resto de piezas de las que disponen, los Thunder son un equipo mucho más temible. Todo es posible ahora mismo.

El nuevo 'Big Three' de los Thunder va a por todas. | Fotografía: Mark D. Smith / USA TODAY Sports

Aunque puede hablarse mucho de estos dos jugadores y de lo que significa su llegada a Oklahoma City, ni la ciudad ni el proyecto se entenderían sin Russell Westbrook. Él es quien ha mantenido a los Thunder a flote y la persona por la que deben pasar todos los esfuerzos. Y así lo entienden en Oklahoma.

Los Thunder han decidido terminar el verano con, nada más y nada menos que una renovación histórica. Tras la marcha de Durant, Westbrook ha encarnado la lealtad y el amor por la ciudad y la franquicia. Ahora, la franquicia quiere asegurarse de que esta relación continúe y de que Russell sea la imagen de la franquicia durante el mayor tiempo posible.

El pasado viernes 29 de septiembre, los Thunder llegaron a un acuerdo con Russell Westbrook para alargar su contrato cinco años más, en los que el jugador cobraría 205 millones de dólares. Ese increíble contrato, sumado al año que aún le quedaba, completan un acuerdo de seis años y 233 millones, el mayor de la historia.

Sin duda alguna, los Thunder y el propio Westbrook aprovecharon para mandar algún que otro mensaje. Y es que el contrato era, en realidad, un regalo. Un regalo para Kevin Durant, que cumplía años el mismo día en que se anunció la renovación de Russell y el mayor contrato de la historia. Nada parece una coincidencia.

Westbrook quiere forjar su legado en OKC. | Fotografía: Bryan Terry / The Oklahoman

Pero eso es lo de menos. Este tipo de mensajes no son los que realmente importan. Lo que importa es el mensaje que tanto los Thunder como Russ han enviado a George y Anthony. Hay proyecto. Hay Oklahoma para rato. Y hay opciones de ganar si ambos siguen en la franquicia. Eso es lo que realmente importa.

El primero en pronunciarse sobre el asunto ha sido Paul George. “Saber qué tipo de persona es Russ y sus valores, creencias y compromiso con la franquicia dice mucho,” decía el nuevo jugador de los Thunder. "Estoy muy feliz aquí y, cuando llegue el momento, la decisión será más fácil para mí.”

Declaraciones contundentes de George. El jugador ha mostrado sus intereses en más de una ocasión y tiene las cosas muy claras. Sus prioridades durante el periodo de traspaso eran muy evidentes. Ir a los Lakers y cumplir un sueño, o recalar en un proyecto que valiese la pena.

Ahora, en Oklahoma, George se ha unido a un proyecto más que ambicioso pero plagado de incertidumbre. Lo que está claro es el compromiso de Westbrook con el equipo y en lo que hacen. Falta por ver es si George y Anthony están contentos con dicho proyecto. Tienen un año para jugar, disfrutar e ilusionar. Tocará hablar en unos meses.