Corría el verano de 2015 y Philadelphia se encontraba, ya, en medio de un proceso que despertó opiniones más que contrariadas. Venían de ganar 18 partidos después de que Joel Embiid, la tercera elección del año anterior, no pudiese jugar en toda la temporada; ya no había vuelta atrás. Por suerte para ellos, consiguieron, de nuevo, la tercera elección de Draft de 2015, con la que escogieron a Jahlil Okafor. El vigente campeón de la NCAA aterrizaba, por tanto, en un equipo en medio de una reconstrucción drástica que iba a perder muchos, pero que muchos partidos.

La situación no fue del agrado de Okafor, que se mostró visiblemente triste y desmotivado en más de una ocasión; y no era para menos. El jugador firmó una buena temporada a nivel individual, pero los Sixers ganaron diez partidos en lo que fue una de las peores temporadas de la historia.

Ahora, dos temporadas más tarde, todo ha cambiado. Por un lado, The Process ya está dando sus frutos, y por otro, el bueno de Jahlil parece no tener sitio en el equipo. A estas alturas, solo ha jugado dos encuentros esta temporada y el equipo ya ha dicho no querer renovarle. Es, sin duda, una situación muy dura para un jugador que hace poco más de dos años era seleccionado con la tercera pick del draft. Sin minutos ni oportunidades, lo más probable es que salga del equipo en un traspaso durante la temporada. No hay mucha más salida.​

No es oro todo lo que reluce (Pedro Pablo Muñoz Fernánez@pedropablo_17)

Tras un verano ilusionante con la consolidación de lo que, a priori, parece un proyecto fuerte y ganador; los Sixers han empezado la temporada de manera muy digna. Actualmente llevan una racha de cinco victorias y ya se han colocado en la sexta posición de la Conferencia Este. Sin embargo, cómo diría Tolkien, no es oro todo lo que reluce, y dentro de la franquicia está empezando a pudrirse un caso que puede llegar a corroer la buena situación del equipo. Okafor tiene que salir, y tiene que hacerlo ya. La franquicia no ha gestionado nada bien a un activo que hace dos temporadas era uno de los aspirantes a hacerse con la pintura de la NBA en los años venideros y ahora es un joven jugador que va perdiendo valor conforme avanzan las horas en la ciudad del amor fraterno.

Cuando Okafor fue elegido en la tercera posición del Draft de 2015 venía de arrasar en la Universidad de Duke, ganando el campeonato de NCAA. En su primer año como profesional jugó un total 53 partidos anotando un promedio de 17.5 puntos y siete rebotes en poco más de media hora por encuentro. Aunque solo jugó el 65% de los partidos de la liga por la lesión en su menisco, Jahlil demostró ser el jugador franquicia de aquellos decaídos Sixers. Todo esto, añadido a su potencial físico y sus movimientos ofensivos en la pintura auguraban un gran futuro por delante. El duelo que mantuvo en los dos primeros tercios de la temporada con Karl-Anthony Towns fue apasionante.

Jahlil Okafor: "No estoy seguro de si todavía estoy en el equipo. ¿Soy realmente parte de este proceso? ¿Soy realmente parte de esta cultura?"

El proceso para él se vio frenado el año pasado. La lesión que aún perduraba sumada a la masificación de pívots en el equipo con el debut de Embiid y su compañero en la temporada 2015/16 Noel (también llegó del viejo continente Saric) le restaron los minutos necesarios para su maduración. Los detractores del jugador de 21 años achacan su mal comportamiento fuera de la pista como pretexto para relegarlo en la más profunda de las oscuridades de la liga. En una entrevista, el estadounidense dijo que siempre se ha evadido de las situaciones difíciles de su vida abrazado a una pelota. "Cuando mi madre murió yo no podía estar en nuestra casa y me iba fuera a lanzar tiros, pero tras las críticas que recibí después de lo sucedido en Boston (pelea con un adulto en la puerta de una discoteca grabada y hecha viral) sabía que la gente que estaba en la cancha me juzgaba por ello y no podía concentrarme. Pedí perdón y no se me creyó. Llegué a estar dos semanas sin poder salir de casa por vergüenza", afirmó el jugador que en aquel entonces tenía, tan solo, 19 años.

Foto: NBA
Foto: NBA

Otras de las críticas que se le hacen a Okafor es su falta de compromiso con el equipo. Desde que llegó a la franquicia se le ha visto con muchos gestos de pesimismo y pocos gestos de unidad con los compañeros. Sin embargo, un entrenador asistente de Brett Brown, Lloyd Pierce, salió hace poco en su defensa diciendo que a pesar de los fallos de Jahlil en el pasado fuera del baloncesto, es una persona ‘adorable’ y aprecia a todos sus compañeros. Con la franquicia estaba tan comprometido que en verano se sometió a una dieta vegana, en la que aún sigue, para poder proteger su menisco, y ha perdido nueve kilogramos en tan solo cinco meses. Solo para estar al 100% para The Process.

El ‘8’ de los 76ers dice sentirse ahora en campo de nadie. En su franquicia no le quieren y tampoco han hecho lo necesario para que pueda desarrollar su baloncesto fuera de las fronteras del Wells Fargo Center. Sus propios compañeros no le han incluido en su nuevo proyecto, el famoso FEDS de Embiid, para definir el futuro del equipo (Fultz, Embiid, Saric, Simmons) causó mucha molestia en el entorno del jugador y este comprendió que su sitio no estaba allí.

Nunca quiso triunfar en Philadelphia (Santiago Arxé Carbona@santi_arcar)

Es muy difícil intentar explicar qué ha pasado y por qué razones Okafor y los Sixers se encuentran en una situación tan peculiar e incómoda para ambos. Sin embargo, los pequeños detalles ayudan a comprender esta historia mucho mejor. Detalles que dejan mal a la franquicia y ponen en cuestión algunas de sus decisiones pero que también dejan en evidencia a un jugador que nunca quiso poner toda la carne en el asador.

Okafor llegó a los Sixers en 2015, después de que estos lo seleccionaran con la tercera elección del draft. El pívot venía de ganar la liga universitaria con Duke y recalaba en un equipo que venía de ganar 18 partidos aquella pasada temporada. Menudo cambio. Por si eso fuese poco, Jahlil vio como la opción de terminar en los Lakers se esfumaba cuando estos escogieron a D’Angelo Russell.

Este cúmulo de circunstancias le hicieron aterrizar en la liga con el pie izquierdo, y acompañado de una actitud que decepcionó a muchos. Ya en su presentación con los Sixers tuvo un gesto de desdén con la equipación de los Sixers. Dicho gesto, si irrelevante a simple vista, no es baladí. Y es que tanto aficionados como miembros del club no vieron con buenos ojos el poco respeto que mostró el jugador por la organización.

Okafor mostró poco aprecio por la franquicia en su presentación. | Fuente: CBS

Un desliz, pueden pensar muchos. Eso es lo que esperaban en Philadelphia, que fuese cosa de una ocasión. Pero no. Cierto es que la pésima temporada, que comenzó con 18 derrotas consecutivas, no ayudaba, pero Okafor nunca mostró un especial apego por el equipo. Jugó bien, sí. Muy bien a decir verdad. Pero su lenguaje corporal dejaba mucho que desear. Sin embargo, eso no fue lo peor de su primera campaña. Más allá de los problemas deportivos de los Sixers y los suyos propios, el drama llegaría mucho más lejos.

A finales de noviembre de 2015, los Sixers se encontraban con un balance de 16 derrotas y ninguna victoria. Fue entonces cuando, supuestamente, un aficionado a la NBA comenzó a criticar a los Sixers cuando se encontró con Okafor en un club. Tras minutos siendo increpados tanto él como sus amigos, el rookie explotó y mandó al hombre al suelo. Escándalo. Pese a su buen rendimiento, los problemas extradeportivos no ayudaban a su imagen lo más mínimo.

En su segunda campaña, Okafor vio sus minutos reducidos debido a la incursión de Embiid en la rotación. Tras dos años esperando al pívot camerunés, por fin estaba sano y podía pisar los parqués de la NBA para demostrar por qué apostaron los Sixers por él. El bajón de minutos no sentó demasiado bien a Okafor. Su rendimiento se vio, obviamente, afectado; pero tal vez demasiado. Las cosas no le salían y era evidente.

"Debería aprovechar las pocas oportunidades que tiene para demostrar algo. Y parece que no tiene intención de hacerlo"

Con dos temporadas y tan solo 103 partidos a las espaldas, se hablaba de que Okafor continuaría siendo el reemplazo de Embiid durante esta temporada. Sin embargo, algo ha ocurrido en Philadelphia. Lo que parece ser, básicamente, un problema de actitud, le ha apartado de las canchas de manera drástica.

Jahlil solo ha sido capaz de disputar dos partidos. Los que Embiid no ha jugado por precaución. ¿Pero por qué? Su rendimiento no es malo y es un jugador muy válido. Pero no quiere triunfar. La situación es complicada, sí, pero debería aprovechar las pocas oportunidades que tiene para demostrar algo. Lamentablemente, parece que no tiene intención de hacerlo.

Ofensivamente es un jugador muy capaz, con una capacidad para atacar el poste y un juego de espaldas a canasta envidiables. Sin embargo, su nivel defensivo es, simplemente, pésimo. El año pasado, sin ir más lejos, fue el segundo jugador del equipo, con un mínimo de 20 partidos jugados, que menos victorias aportó con su defensa. Embiid, por contra, fue el que más ayudó en este aspecto. Las comparaciones son odiosas.

En el primer partido que disputó esta temporada, contra Toronto, saltó a la pista desde el banquillo y realizó tres faltas en sus tres primeros minutos. Puede hablarse de su calidad, que la tiene, pero si no está acompañada de concentración y entrega en la pista, no vale para nada.

Okafor nunca ha demostrado la motivación necesaria para triunfar en Philadelphia. | Fotografía: Mitchell Leff / Getty Images
Okafor nunca ha demostrado la motivación necesaria para triunfar en Philadelphia. | Fotografía: Mitchell Leff / Getty Images

Visto lo visto, parece que los Sixers han decidido no ejercer la opción sobre el cuarto año de contrato y dejar que se convierta en un agente libre a final de temporada. Se espera, sin embargo, que el jugador sea traspasado durante la campaña, para no dejarlo un año sin prácticamente jugar y poder sacar algo a cambio.

Ya se conocen, además, las aspiraciones de Okafor. Ya el año pasado estuvo a punto de ser traspasado y pareció lamentarse de no haberlo sido. Ahora, confirmadas las intenciones de los Sixers, el jugador ha declarado que no quería que ejerciesen "la opción".

El jugador se encuentra en una posición muy complicada. “Ahora estamos en esta situación, porque han esperado demasiado para traspasarme. No hay más que hacer. Aquí no estoy jugando y, al final del año, soy un agente libre no restringido,” declaraba el jugador, resignado.

Okafor ha pasado por momentos difíciles que han complicado sus primeros años en la NBA. Encontrarse en medio de un proceso de reconstrucción por momentos desastroso, saber que se juzgaban todas y cada una de sus expresiones faciales o ver como sus minutos se reducían sin una aparente explicación tiene que haber sido difícil.

Sin embargo, Okafor nunca ha parecido preocuparse por cómo afectaba eso a su carrera en Philadelphia o a la imagen que tenían los fans de él. Nunca quiso formar parte del proyecto. Nunca quiso luchar por el amor de los aficionados. Nunca quiso triunfar en Philadelphia.