El Fernando Buesa Arena disfrutó de su primera gran noche de la temporada con el holgado triunfo de Baskonia ante el Real Madrid (105-75) en partido correspondiente a la séptima jornada de la Euroliga. El conjunto azulgrana cuajó ante su público un partido casi perfecto, con las señas de identidad de su entrenador Pedro Martínez y que marca claramente el camino a seguir por el equipo en adelante para volver a ser competitivo en una temporada de gran exigencia.

Colosal primer tiempo baskonista

Esplendoroso comienzo de partido por parte de Baskonia, a lomos de un acierto inusitado en el lanzamiento y de una defensa asfixiante. Timma, en dos ocasiones y Granger castigaban desde el arco, pero ni siquiera el tiempo muerto de Pablo Laso (15-5, min. 3) pudo frenar el ímpetu azulgrana. Con Poirier haciéndose fuerte bajo canasta y una defensa sublime tanto a nivel de intensidad como posicional, forzando pérdidas de balón y faltas en ataque del Real Madrid. Tal era la superioridad local que en el minuto cinco el marcador reflejaba un contundente 21-5 y la valoración un demoledor 31 a -1. Por si fuera poco, los blancos entraban pronto en bonus y el parcial volaba hasta un 19-0 (27-5, min. 7) todo ello mientras Shengelia descansaba plácidamente en el banquillo. El primer cuarto se cerraba con un esclarecedor 36-17 en el luminoso.

El intento de reacción de un Real Madrid herido corrió a cargo de Rudy Fernández y Luka Doncic, pero fue un mero espejismo porque a los blancos se les olvidaba defender. Quizá la plaga de lesiones, el tremendo desgaste del Clásico apenas 48 horas antes, sumado al mazazo anímico de ver cómo un FC Barcelona sumido en un mar de dudas asaltaba el Palacio de los Deportes, el caso es que el equipo de Pablo Laso era un solar en defensa, llegando tarde a casi todas las acciones, incapaces de dificultar las líneas de pase, puntear un solo tiro o siquiera de cerrar el rebote bajo el propio aro. Un verdadero desastre.

El Madrid, un solar en defensa

Al descanso, 17-8 en rebotes para BaskoniaMientras, Baskonia seguía a lo suyo. El mensaje de su entrenador en rueda de prensa el pasado domingo iba a tener un efecto inmediato en el juego de su equipo. Pedro Martínez pedía a los suyos mantener el esfuerzo y la intensidad durante el mayor tiempo posible y la respuesta de sus jugadores se plasmó en la cancha con una efervescencia descomunal. Tanto que el Real Madrid no era capaz de encontrar una canasta fácil ni una situación en la que pudiera correr la pista en ventaja. Nada. Tan solo una pequeña buena noticia para los blancos: al menos la diferencia apenas aumentaba al descanso (64-44) a pesar de que Baskonia les doblaba en la lucha por el rebote (17-8).

Estaba claro que la intensidad y el rebote eran principalmente los dos factores que debía mejorar el Real Madrid si quería tener al menos una mínima opción de ganar el partido y las primeras acciones del tercer período así lo reflejaron. Randolph y Taylor aumentaron las revoluciones de su equipo, tanto que al segundo hasta le costó una falta antideportiva. Pero atrás los blancos seguían sin aparecer. Una sencilla puerta atrás para el mate de Malmanis tras un saque de fondo era la imagen que ilustraba la oscura noche madridista (70-50, min. 24). Baskonia seguía jugando con valentía, asumiendo riesgos en ambos lados de la cancha, con tiros delante tan rápidos como sus manos atrás. Otra postal: con 72-53 (min. 25), Pedro Martínez protestaba airadamente una falta señalada a su equipo mientras el Madrid ya estaba en bonus hacía tiempo. Con este escenario, no resultaba extraño el 88-63 con el que se llegaba a los últimos diez minutos.

Recital baskonista de principio a fin

El último período no fue un trámite sino una penuria para un Real Madrid anárquico, desdibujado, superado e incapaz. Hasta Jordan McRae, recién salido de la enfermería, mostraba una energía superior a cualquier rival (95-67, min. 34). Todo dicho. Un recital. Hasta Malmanis aprovechó la desidia blanca atrás para anotar seis puntos con otra puerta atrás que provocó la desesperación de Pablo Laso. y Luca Vildoza se sumaba a la fiesta con un triple que impulsaba a Baskonia por encima de los cien puntos y de los 30 de diferencia (102-71, min. 38). Así se llegó al final del choque con el marcador final de 105-75. Paliza.

El camino está marcado, pero no será fácilUn triunfo contundente, necesario y de prestigio que permite a Baskonia mejorar su aún negativo balance en Euroliga (2-5), enviando de paso a sus rivales el mensaje de que será difícil sacar algo positivo del coloso de Zurbano donde, a pesar de las dificultades en este comienzo de temporada, ya han doblado la rodilla dos gigantes como Panathinaikos y Real Madrid. Pero no hay tiempo para celebrar porque esta competición no da tregua y el conjunto azulgrana deberá emprender de inmediato un duro viaje hasta Lituania para medirse al Zalgiris Kaunas el jueves (19 horas).