Sergio Scariolo y un heterogéneo grupo de jugadores por los que pocos dábamos mucho han demostrado que en estas tierras -en las que somos  proclives a infravalorarnos- hay mucho talento oculto en los equipos ACB que los inquilinos de los banquillos patrios debieran saber cultivar.

Porque hoy no había presión. Los pocos que teníamos claro seguir en televisión el partido de la selección antes que la Euroliga, hemos disfrutado de la frescura, gallardía, osadía y ambición de los menos habituales. De los que aunque logren la clasificación para el próximo mundial, desaparecerán de la lista que dispute la fase final y ojalá que también las medallas. Así de duro, pero como alguien advirtió hace mucho, “la justicia no es de este mundo”. No valen de nada las lamentaciones por las ausencias, sólo queda remar con la tropa que nos representa.     

Polémicas aparte, este sistema va a ser un auténtico termómetro para calibrar el nivel de las selecciones que habitualmente lideran el baloncesto FIBA cuando están ausentes aquellos jugadores que disputan las grandes ligas (NBA y Euroliga). Y es que en la primera jornada ya se pudieron ver sorpresas como la derrota de Rusia en Bosnia o la de Croacia en Holanda.

Comienza el reto

Salían por España de inicio Quino Colom, Jaime Fernández, Xabi Rabaseda, Nacho Llovet y Fran Vázquez.  Con dos bases, Scariolo pretendía controlar la circulación y evitar pérdidas y precipitaciones. Los montenegrinos buscaban en los primeros ataques a Barovic en la pintura para aprovechar diferencia de envergadura con nuestros interiores, aunque realmente era en el tiro exterior donde mejor se manejaban con dos triples en apenas un minuto. Mandaba Montenegro en el electrónico, mientras por los nuestros Vázquez con 6 puntos en los primeros ataques se afianzaba como nuestro bastión más entonado. Porque los tiros desde fuera no entraban hasta que bien entrado el parcial Jaime Fernández y Xabi Rabaseda anotaban dos triples casi consecutivos para poner el 12-13 y la primera ventaja para los nuestros. Toma y daca en el primer cuarto con 15-15 al final del mismo y sensación de alivio ante la resolución con la que salvábamos el que era el debut como internacionales de la mayor parte de los nuestros.

En la reanudación Vicedo salía para demostrar sus dotes defensivas y secar la producción interior de los balcánicos. Con presión a toda cancha, Scariolo ponía desde su inicio a los ataques rivales en una posición incómoda, generando malos pases y pérdidas de balón. Oriol Paulí era uno de los más intensos atrás, consiguiendo salir a la contra y anotar con facilidad. Demostraba así que los minutos de calidad que le da Luis Casimiro le están permitiendo crecer de forma sorprendente, haciendo cada vez más cosas y cada vez mejor. Con 21-29 a 3:50 del descanso España comenzaba a desarbolar a Montenegro con su intensidad en ambas canastas. Sólo Javonte Green parecía tener la clarividencia de saber cuándo tirar y cuándo pasar, dando algunos trazos de la calidad que atesora. Con 29-38 se llegaba al ecuador, y el técnico local Mitrovic comenzaba a desesperarse buscando soluciones.

Intensidad, divino tesoro

El tercer cuarto comenzaba como había terminado el segundo, la intensidad defensiva de España y la frescura en ataque con las penetraciones de Quino Colom ponían el 29-45 tras un triple de Jaime Fernández. Montenegro trataba de incrementar el nivel defensivo, pero sólo conseguía detener la circulación a base de faltas, entrando en bonus a 3:50 del final del periodo. Por el contrario, España se apoyaba atrás en las ayudas y en el buen balance defensivo tras error en tiro o pérdida imposibilitando la salida al contraataque de los locales.

Un triple de Sergi Vidal a 1:40 ponía el 38-55 en el marcador, y la desesperación en el rostro de Mitrovic, que no veía salida a la espiral en la que su equipo andaba inmerso.

Comenzaba el parcial definitivo con 41-58, y tras unos minutos de igualdad, la esperada reacción local iba a comenzar a fraguarse. Scariolo pedía tiempo a 8:31 del final con 46-58 ante los problemas que sufrían los suyos en ataque. Sin embargo, los locales seguían reduciendo las diferencias. Algunos problemas en el rebote defensivo y poco acierto en el tiro minaban punto a punto la diferencia. Colom sustituía a un Oliver poco entonado. Ivanovic con 4 tiros libres consecutivos y Sehovic con dos triples colocaban a los suyos 60-67 a 3:42. Era el momento de los veteranos: Vázquez primero forzando faltas y anotando con sobriedad bajo el tablero, y Colom después con penetraciones y un triple a escasos segundos del final iban a dar la puntilla a Montenegro y colocaban el definitivo 66-79.

Primera victoria en el debut a domicilio. Dosis importante de confianza para el equipo y para los aficionados más escépticos, y el sábado el actual campeón de Europa nos visita en Burgos para determinar si se puede seguir soñando. Se admiten apuestas.