Anthony Davis tuvo en vilo ayer no solo a los aficionados de los Pelicans sino a todos los seguidores de la NBA después de la lesión que le obligó a marcharse del partido que estaban disputando los de Nueva Orleans en Salt Lake City frente a los Utah Jazz.

No se había disputado aún el primer minuto del último cuarto cuando "La Ceja", inmerso en una pelea por un rebote con Derrick Favors, cayó al parqué del Vivint Smart Home Arena. El '23' se echó rápidamente las manos al muslo con gestos de visible dolor. Las alarmas saltaron cuando Davis no fue capaz de levantarse por su propio pie, teniendo que ser ayudado por el cuerpo médico de los Pelicans.

Después de ser atendido se confirmó que el cuatro veces All-Star no podría continuar en el partido, dejando a su equipo algo huérfano (con permiso de un DeMarcus Cousins). Davis fue llevado hasta los vestuarios en silla de ruedas, algo que hizo que la mayoría de aficionados se temiesen una lesión más seria de lo que al final ha resultado ser.

Las pruebas han concluido que las molestias fueron leves y no hay daño alguno, por lo que Anthony Davis está disponible desde ya para poder participar en los próximos compromisos de los Pelicans. Sin embargo su entrenador, Alvin Gentry, ha declarado que es muy probable que "La Ceja" no juegue en el choque que les medirá a los Portland Trail Blazers esta misma madrugada.

Así las cosas, los aficionados a la mejor liga de baloncesto del mundo podrán respirar tranquilos ya que todo ha quedado en un susto y solo tendrá que descansar durante un partido, como ya le ocurriera en el pasado mes de octubre con otra lesión. 

Los Pelicans, que finalmente cayeron derrotados en Utah (108-114), acumulan tres derrotas seguidas y la complicada visita a Oregón sin su máxima estrella no augura nada bueno, por lo que un rápido regreso de Anthony Davis se antoja más que necesario en Nueva Orleans.

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Sobre el autor
Alberto Orti
Estudiante de periodismo en la UMA.