La llegada de Sito Alonso al Palau Blaugrana ha supuesto un grandísimo cambio en el Barcelona que todo el mundo estaba acostumbrado a ver. Además de muchas caras nuevas, también ha cambiado el estilo de juego y, sobre todo, el protagonismo que tenían los jugadores que ya estaban en el club la pasada temporada.

Es lógico que Alonso quiera dar mayor protagonismo a los jugadores que han llegado con su aval y en los cuales pueda confiar más. Sin embargo, este hecho nos deja con un Barcelona totalmente irreconocible y sin figuras en las que un aficionado pueda ver a un ídolo o un referente para él.

También es cierto que los problemas de fiabilidad del Barcelona no se pueden achacar a que no haya un referente para la afición, pero es un factor que también se debe tener en cuenta y al que no se le suele prestar la debida atención. Siempre es necesario que un equipo exista ese jugador con el que el aficionado se siente más identificado, pero en este Barcelona Lassa, por el momento, no existe.

¿Cómo crear un referente?

El proceso de creación de un referente para los aficionados es similar al proceso que se debe seguir en la elaboración del vino. Se le debe dar tiempo, sin ir demasiado rápido, y evitando que se deseche un producto de máxima calidad. Sólo si se siguen los pasos adecuados se logra que un jugador se convierta en una referencia de un club.

Sito necesitará su referencia. Foto: Noelia Déniz
Sito necesitará su referencia. Foto: Noelia Déniz

El caso más claro en el Barcelona Lassa es el de Juan Carlos Navarro, un jugador que se fue ganando el cariño del público y que, con el paso del tiempo, se convirtió en un referente de la entidad barcelonista. El problema está en que Navarro parece estar cerca de la retirada y eso también se nota en la cantidad de minutos de los que dispone el escolta.

Esto provoca que cada vez se le comience a ver más como una leyenda que como al jugador estrella del equipo, por lo que el club se está quedando huérfano en ese aspecto. Y con esa próxima retirada comienza a atisbarse un problema que puede dar muchísimos quebraderos de cabeza: ¿quién va a ser el referente?

La pregunta es complicada, pero aún más difícil será lograr que un jugador llegue al corazón de la afición y se convierta en una referencia. Tendrá que suceder poco a poco, como con el vino y no se podrá fallar en el proceso de creación de ese referente.

¿Quiénes fueron referentes antes y qué hicieron?

La afición azulgrana es muy difícil de conquistar, pero algunos jugadores lograron llegar al corazón de los aficionados y se ganaron un hueco en el recuerdo de todo el mundo. Jugadores que, con mayor o menor aportación, dejaron un poso imborrable en el imaginario colectivo.

Han existido muchos casos desde la creación de la sección de baloncesto del club azulgrana, pero algunos de ellos siguen siendo recordados y su figura no se olvida. Ejemplos como los de Audie Norris, Nacho Rodríguez o Marcelinho Huertas; jugadores que fueron más allá de los puntos y que establecieron una conexión mágica con los aficionados.

El caso de Audie Norris es quizás el caso más destacable de los tres, pues el americano jugó en el Barcelona hace más de 25 años pero su recuerdo no se borra de la cabeza de los aficionados y siempre que se deja ver por el Palau es vitoreado y recibido como sólo las verdaderas leyendas lo son. Norris llegó a Barcelona tras jugar en la NBA y en Italia, encajó a la perfección en la generación de Epi, Solozabal, Sibilio o Jiménez y se convirtió en un referente para unos aficionados que siguen sin olvidar a ese gran pivot que dejó decenas de recuerdos en sus retinas.

Con Nacho Rodríguez se vivió algo similar, el malagueño fue objetivo del Barcelona durante años y desde el momento de su llegada ya se convirtió en un referente. No fue quizás la figura del Barcelona que ganó la Euroliga de 2003, pero su actitud sobre la pista y la misma fuera de ella hicieron que se crease un feeling muy especial con la afición. Ahora ha vuelto al club para trabajar en la dirección deportiva, pero siempre quedará para el recuerdo la imagen de Nacho Rodríguez levantando el título de Euroliga.

La figura de Marcelinho Huertas en el Palau es la de un jugador que conectó a la perfección con la afición y que, siempre que vuelve al Palau, es recibido con grandes ovaciones. Huertas es el ejemplo más próximo a la actualidad y por ello es más fácil recordad acciones como el triple desde el centro del campo en la final de la Liga Endesa o la exhibición que dejó en el quinto partido de las semifinales de la Liga Endesa, del año 2015, ante Valencia Basket. Aunque el momento más recordado por la afición y el que le hizo llegar a sus corazones pudo ser cuando subió a la grada a celebrar el título de liga con un sector de la afición.

En estos dos vídeos se puede ver como Audie Norris o Marcelinho Huertas fueron más allá de anotar canastas decisivas y se convirtieron en toda una referencia y un ídolo para los aficionados. No encarnaban la figura del jugador franquicia, sino que ocupaban el rol de más importancia del equipo: eran los hombres que podían encender a la afición y que serán recordados por siempre.

¿Y ahora qué?

La figura del referente es posiblemente las más difícil de crear, ya que para crear un vínculo tan especial con la afición es necesario ir más allá de anotar puntos y hacer jugadas espectaculares. El problema se encuentra en que el club azulgrana no parece tener a ese jugador que pueda convertirse en el ídolo de los aficionados.

En esta nueva plantilla encabezada por Sito Alonso hay jugadores interesantes, superestrellas ofensivas que pueden anotar más de 20 puntos por partido e incluso jugadores con una capacidad defensiva asombrosa. Pero no existe un jugador que sea capaz de levantar a toda una afición y que se pueda quedar en el recuerdo de esos aficionados que cada semana van al Palau a apoyar a los suyos.

Quizás el futuro referente ya esté en la plantilla, quizás llegue el próximo verano pero lo que parece seguro es que el club azulgrana necesita un referente cuanto antes. Es una figura clave en cualquier plantilla, el Barcelona parece no tenerla y, como en los buenos vinos, no es algo que se pueda crear de la noche a la mañana.

Se deberá tener paciencia, dejar que ese jugador vaya estableciendo esa gran relación con el paso del tiempo y que termine por convertirse en ese referente que tanto anhela la afición blaugrana. Pronto los aficionados volverán a disfrutar de esos Audie Norris, Nacho Rodríguez o Marcelinho Huertas que se queden de forma permanente en su memoria.