Zach Randolph no es una estrella. Nunca lo fue. Sin embargo, lo que está claro es que el de Indiana es un trabajador nato y eso le ha permitido situarse (estadísticamente hablando) a la altura de los más grandes.

La pasada madrugada el ala pívot de los Kings destacó con 21 puntos y ocho rebotes en la victoria de su equipo ante los Brooklyn Nets. Esos ocho rechaces le sirvieron para alcanzar los 10.000 rebotes a lo largo de toda su carrera en la NBA y poder convertirse así en el vigésimo jugador en conseguir dichos rebotes y sumarle además 18.000 puntos. 

En la prestigiosa lista de jugadores que han logrado ese hito figuran desde campeones de la liga hasta MVP's y máximos anotadores históricos: Kareem Abdul Jabbar, Karl Malone, Dirk Nowitzki, Pau Gasol, el récordman Wilt Chamberlain, etc. Casi nada.

Tras una dilatada carrera en la NBA (Portland Trail Blazers, New York Knicks, Los Angeles Clippers y Memphis Grizzlies), el número 19 del draft de 2001 decidió embarcarse a sus 36 años en un proyecto de reconstrucción como el de los Sacramento Kings.

La franquicia californiana buscaba en él un mentor para sus prometedores rookies. Nada más lejos de la realidad. Randolph ha tenido que echarse el equipo a la espalda y jugar muchos minutos, aportando así unos notables 15,9 puntos y 7 rebotes de media por partido que le han ayudado a formar parte de ese selecto club ya mencionado anteriormente.

Probablemente el otrora All-Star de la NBA y Jugador "Más Mejorado" en 2004 (que verá además como se le retira su dorsal en Memphis) esté ante una de sus últimas temporadas en activo. "Z-Bo", como le llaman cariñosamente, podrá presumir siempre de ser un trabajador de los tableros que supo labrarse un nombre en la mejor liga de baloncesto del mundo.