Los de la capital de Arizona siguen con la mala tendencia de los últimos años y parecen hundirse cada vez más en un fango del que no son capaces de salir. Tras terminar como el peor equipo de la Conferencia Oeste, los Suns miraban al futuro con ilusión, pero esta temporada ha acabado de echar por tierra sus esperanzas.

Pese a la incorporación de Josh Jackson en un Draft motivador, el terremoto Bledsoe que sacudió a la franquicia a principios de esta campaña ha destrozado cualquier brote de positividad que hubiese nacido durante el verano.

Así cuesta ilusionarse

Lo cierto es que los Suns están metidos de lleno en lo que es la peor racha de su historia. Como no podía ser de otra manera, el final de la campaña pasada no fue más que una premonición de lo que sería esta.

Pese a disponer de uno de los backcourts con más potencial de la liga, en el que la fuerza de Bledsoe, y el talento y juventud de Booker estaban llamados a marcar una época, Phoenix no tenía rumbo.

El binomio Bledsoe - Watson ha llevado a los Suns a la desesperación | Fotografía: AP Photo / Phelan M. Ebenhack
El binomio Bledsoe - Watson ha llevado a los Suns a la desesperación | Fotografía: Phelan M. Ebenhack / AP Photo

Contando desde el pasado uno de enero, los Suns terminaron la campaña con un balance de 14 victorias y 34 derrotas, el segundo peor de la liga. Solo superados en mediocridad por los Brooklyn Nets, Phoenix iba de lado a lado sin rumbo alguno y con la mirada puesta en un Draft que presentaba una de las mejores clases de novatos de los últimos años.

Sin embargo, no hay que pasar por alto la pasividad de una franquicia que acumula ya dos temporadas seguidas sin llegar a las 25 victorias. Con una mala plantilla y una aún per dirección deportiva, los Suns van a tener muy difícil salir del agujero.

La esperanza del Draft

Con el final de la temporada llegó también el fin de su sufrimiento, acompañado de las ilusiones renovadas que acompañan al Draft cada verano. Como peor equipo del Oeste y segundo peor de la liga, los Suns terminaron la liga tocados, pero aferrándose al clavo ardiendo que podían suponer las mágicas pelotas de ping-pong.

Su mala posición en la temporada regular les dejaba con muchas opciones de llevarse una buena elección. Su suerte, sin embargo, se quedó a medio camino. Consiguieron la cuarta elección del Draft, pero no fueron capaces de disputar por el ansiado podio de jugadores más deseados.

Con la cuarta elección, los Suns se decantaron por Josh Jackson. El alero de Kansas, mítica universidad y una de las mayores fábricas de talento del mundo, demostró durante la temporada ser un anotador muy capaz pero igual de irregular. La apuesta fue arriesgada, sí, pero en Phoenix estaban hartos de dar palos de ciego.

Inicio complicado

Los Suns comenzaron la temporada con ilusiones renovadas. Una situación que tardaría poco en dar la vuelta y poner a Phoenix, de nuevo, en el ojo del huracán.

Pese a los esfuerzos de Booker y de un Josh Jackson que demostró desde el primer minuto sus ganas, el mal papel de la mayoría de sus compañeros condenó a los Suns en los primeros tres partidos de la temporada. Tres partidos en los que el propio Bledose fue incapaz de imponer su juego y que dieron el pistoletazo de salida para el que ha sido uno de los dramas de la temporada.

La estrella de los Suns reaccionó, sin previo aviso, a las tres derrotas de equipo de una manera más que peculiar. Con un tweet en el que proclamó “no quiero estar aquí,” desató la ira de la directiva de la franquicia, que tomó medidas de inmediato.

Earl Watson sufrió la ira de la directiva | Fotografía: Christian Petersen / Getty Images
Earl Watson sufrió la ira de la directiva | Fotografía: Christian Petersen / Getty Images

El comentario poco afortunado de Bledsoe terminó en la destitución de Earl Watson y en el divorcio entre plantilla y jugador. Desde aquel momento, Bledose fue apartado el equipo y no jugó ningún partido más con la elástica de los Suns.

La franquicia se puso manos a la obra de inmediato e intentó buscarle salida al jugador desde el primer momento. Sin embargo, las prisas de Phoenix y el conocimiento de las mismas que tenía el resto de la liga no facilitaron las cosas para los de Arizona.

Con una gran dificultad para encontrarle una buena salida a Bledsoe, los Suns  tuvieron que resignarse y conformarse con la oferta de los Bucks. Así, firmaron un trato con los de Milwaukee para enviar a Bledsoe con los ciervos a cambio de Greg Monroe y dos elecciones de Draft de 2018.

El traspaso fue muy criticado desde el primer momento. Los Suns recibían un pívot en una franquicia con interiores de sobra y, además, no conseguían liberar ningún tipo de espacio salarial. Es cierto que los de Arizona se encontraban entre la espada y la pared, pero cuesta creer que no fuesen capaces de conseguir ningún otro trueque que les favoreciese más.

Nueva etapa

Tras la marcha de Bledsoe, comenzaba una nueva época en los Suns. Ahora, Booker se hacía totalmente con los mandos del equipo, mientras Mike James surgía como reemplazo idóneo para su estrella. James, en uno de los famosos nuevos contratos duales, se estaba ganando el respeto de la franquicia y de sus compañeros a base de buenas actuaciones y una entrega sin igual.

Los Suns reaccionaron de golpe y entraron en una buena dinámica que, poco a poco, fue desvaneciéndose. Hoy por hoy, el efecto de Mike James se ha desvanecido por completo. Y es que, semanas después de hacerle ficha oficial en el equipo, acabaron por dejarle marchar rescindiendo su contrato.

Cualquier equipo estaría encantado de tener a Booker en sus filas | Fotografía: Issac Baldizon / NBAE via Getty Images
Cualquier equipo estaría encantado de tener a Booker en sus filas | Fotografía: Issac Baldizon / NBAE via Getty Images

Los males endémicos vuelven a surgir en una franquicia que ha dejado escapar a tres de los mejores exteriores de la NBA hoy en día. Porque hay que recordar, que Bledsoe, Dragic e Isaiah Thomas coincidieron en su etapa en Arizona. Las prisas y la mala gestión de la franquicia les han dejado en esta complicada situación.

Ahora, deben continuar hacia delante con una plantilla prometedora en algunos puestos, pero extremadamente descompensada en otros. Hoy por hoy, se encuentran en tierra de nadie y sin mucho por lo que luchar.

Booker puede ser una superestrella, T. J. Warren apunta maneras y Alex Len es un buen pívot joven. Por otro lado, Tyson Chandler y Jared Dudley están en sus últimas temporadas como profesionales, mientras la burbuja de Josh Jackson se ha desinflado y no está siendo capaz de mostrar todo su potencial.

Ahora, solo queda ver cómo intenta revertir la situación una directiva que está en una posición muy complicada. Con los Suns en la undécima posición del Oeste (14-23) y estancados entre los playoffs y el fondo de la tabla, las opciones no son amplias.

Sin embargo, la franquicia tiene jugadores interesantes y una buena base sobre la que construir. Si realizan los movimientos adecuados, los Suns aún están a tiempo de salvarse y reaccionar en el futuro próximo.