Hace años Guille Giménez, uno de los mejores y más extrovertidos periodistas de NBA de nuestro país, hablaba de una sensación que sentía Stephen Curry cuando su muñeca se iba calentando poco a poco. Él lo definió como ‘el picorcito’, y se refiere a esos ataques de anotación  convulsivos que le dan al base de Akron y que le hacen ser invencible contra cualquier equipo. Muy pocas veces podemos afirmar que, cuando un jugador tiene el día, su equipo gana sí o sí. Pero con él estamos seguros al 99%.

Stephen anoche volvía a dejarnos algunas canastas estratosféricas que nos trasladaban a la temporada 2015/2016, aquella en la que alcanzó los 402 triples y que los metía de todas las formas y colores. Anoche, sin ir más lejos, nos dejaba un triple en transición escorado desde unos 7 metros con el que levantaba a todo el público.

Porque esa es la vida de Steph, un continuo venir de ‘picorcitos’ desde su vuelta al parquet. Tenemos dos mini datos para dejar que cada uno saque sus propias conclusiones.

Foto: nba.com
Foto: nba.com

Promedios de Curry desde su vuelta de a lesión:

• 35.2 puntos

• 5.6 rebotes

• 5.6 asistencias

• 57,4% en tiros de campo

• 53.2% en triples

• 5-0 para los Warriors con ello.

Todo eso con solo 32 minutos en pista. Pero no se vayan, aún hay más, estos son sus datos en esos partidos, pongan especial atención a los triples:

• 38-3-4 in 25 minutes, 10/13 3PT

• 32-8-5 in 34 minutes, 6/13 3PT

• 29-5-9 in 37 minutes, 4/10 3PT

• 45-3-6 in 30 minutes, 8/16 3PT

• 32-9-4 in 35 minutes, 5/10 3PT

Desde su vuelta, como vemos, no es que sienta el ‘picorcito’, es que siente ya un eccema. Por culpa de esta realidad, a Curry algunos lo empiezan a situar en las quinielas para el MVP esta  temporada. Difícil, pero no imposible. Y digo difícil porque ya son muchos los que la ocupan: Harden, Antetokounmpo, LeBron, Durant…

Pero está empeñado en aparecer en esa faceta. ¿Difícil? Lo he dicho, y mucho, pero con este tipo de actuaciones no nos quedará otra que empezar a replanteárnoslo.