Ambiente, lo que se dice ambiente no faltó en ningún momento. Más de 500 burgaleses animaban a los suyos desde la grada ya en los prolegómenos. Los cánticos no cesaron ni siquiera durante el calentamiento, y viendo su empuje no cabe duda de que en las victorias de su equipo como visitantes en Bilbao, Badalona y Andorra algo debieron de influir también… Y es que nadie hubiese dicho que era la mejor entrada de la temporada en el Príncipe Felipe.

Volvía Gary Neal tras casi un mes fuera de juego por una lesión muscular más que inoportuna. Pero Cuspinera no se iba a guardar nada en la recámara y sacaba a su baluarte ya de inicio acompañado por McCalebb para lucir un backcourt estelar. Varnado conquistaba el salto inicial (como tiene acostumbrada a su parroquia) y se echaba al equipo a la espalda anotando con facilidad cerca del aro en los primeros compases. Por Burgos eran Jenkins y Huskic quien con 6 y 7 puntos respectivamente ponían a los suyos 8-15 con 3:42 jugados y obligaban al coach local a detener el juego. Muchas rotaciones en los suyos (todo el quinteto titular salía de la cancha en apenas 6 minutos) tratando de detener el vendaval visitante en ataque, y es que con bonus desde mitad de cuarto todos los ataques de Burgos encontraban la red (bien con tiros libres bien con puntos fáciles en la pintura). Con 12-28 acababa el primer cuarto y los primeros silbidos hacían acto de presencia en la grada.

Suárez anotaba un triple de inicio en la reanudación y Varnado machacaba la canasta en el siguiente ataque para acercar a los locales. El norteamericano seguía haciéndose fuerte cerca del aro, aunque en defensa los problemas para frenar la circulación de los de Diego Epifanio seguían sin solucionarse. Los primeros puntos de Neal eran dos tiros libres en el segundo cuarto que suponían el 21-35 con apenas 3 minutos jugados. La defensa burgalesa seguía mostrando mucha intensidad, pero todavía con 6 minutos por jugar se colocaba en bonus. Barreiro con un triple ajustaba la diferencia a 9 puntos (26-35) en el ecuador del parcial. Aparecían entonces Javi Vega y Edu Martínez, que demostraban su finura desde el 6,75 y mantenían las diferencias. Un arreón local con triples de McCalebb y Neal acercaba a 7 a los de Jota (37-44) con 2 minutos por jugar. De ahí hasta el final muchos errores e imprecisiones por parte de ambos y un 40-46 en el electrónico al descanso que quizá era demasiado poco para los méritos de los visitantes. Regusto amargo en la afición maña.

No cabe duda de que el fichaje de Jenkins mediada la primera vuelta ha sido un acierto pleno en los castellanos. El americano siempre encontraba el camino para penetrar hacia el aro, y pese a la buena defensa de Barreiro conseguía dos canastas consecutivas para dejar claro que eso de remontar iba a ser tarea ardua… Pero los locales ya habían cogido temperatura, y con 46-50 con 5:40 por jugar obligaban a Epifanio a enfriar los ánimos. Con mucho sufrimiento, Tecnyconta recortaba diferencias y De Jong con dos tiros libres certificaba la remontada (57-55 con 1:57 del 3º cuarto por jugar). Sáiz con dos canastas y un gorro estratosférico ponía por delante de nuevo a San Pablo 57-59 en el final del tercer periodo y dejaba las espadas en alto a falta de 10 minutos por jugar.

El principio del último periodo era de nuevo para los visitantes. Sáiz seguía percutiendo y culminaba los pick & roll con facilidad. El tiro exterior, que tan buenos resultados aportara otras tardes al ataque maño, estaba lastrando sus oportunidades (Blums con 0 de 6 desde el 6.75  era la viva imagen de la desesperación). Con 64-70 a 5:42 del final, Cuspinera pedía un tiempo que parecía crucial para terminar de ajustar los engranajes de Tecnyconta. Nada más lejos de la realidad… Burgos se mostraba más sereno que los locales y buscaba con insistencia los uno contra uno de Gailius al poste, casi siempre con buen resultado. En la grada la hinchada azul se venía arriba viendo a su equipo cerca de conquistar una nueva plaza. Con 64-74 y 2:58 por jugar, Neal volvía a hacer concebir esperanzas a la parroquia rojilla: un triple decisivo acercaba a los maños a 4 (70-74) a sólo 1:34. Pero de nuevo la precipitación en ataque local iba a ser crucial. Gailius y Fisher ponían el 73-79 definitivo en el marcador y provocaban el delirio en la afición burgalesa.

Justo vencedor en un duelo de dos aspirantes a evitar el descenso, que alarga la racha de victorias consecutivas de San Pablo a tres. Y es que tras lo visto esta tarde, parece que los de Diego Epifanio han llegado a la Liga Endesa para quedarse.