MoraBanc Andorra y Barcelona Lassa se cruzaban en un encuentro importante para que ambos conjuntos diesen la vuelta a la mala dinámica que estaban atravesando. Los andorranos ya no tenían posibilidad de sellar un billete para la Copa del Rey, mientras que los azulgrana lograrían mantener la segunda plaza venciendo en el principado.

Moerman, Navarro y Pau Ribas faltaban a la cita por lesión y Sito Alonso hacía varias rotaciones respecto al quinteto habitual de los blaugrana. Los andorranos disponían de todos sus jugadores para la cita para recibir al segundo mejor visitante de la Liga Endesa.

Andorra barre a un Barcelona desaparecido

El arranque del encuentro fue vibrante, con un parcial inicial de 11-2 y con un Sané que había anotado nueve de esos once puntos para los andorranos. Ese inicio llegó a dejarnos a MoraBanc con una ventaja de once puntos sobre el rival, con Sito Alonso entrando en pista para pedir tiempo muerto y estando muy cerca de comerse a alguno de sus jugadores.

Foto: Noelia Déniz
Foto: Noelia Déniz

Andorra siguió imponiendo su ritmo y dominaba a los catalanes con facilidad. El 5/6 en tiros de tres estaba siendo la principal razón de que Andorra tuviese una ventaja tan amplia en ese primer cuarto, aunque también destacaba el pobre acierto de los azulgrana que, con un 4/12 en tiros de campo, estaba protagonizando un inicio de partido bastante pobre.

A 1:38 para el final de primer cuarto el equipo local se imponía por 32 a 12 en un primer cuarto para olvidar de Barcelona y que debía servir de referencia para que los andorranos tratasen de aumentar esa renta durante el resto del partido. El primer cuarto terminaba con una victoria parcial de los andorranos por 33 a 14, un resultado sorprendente pero justo viendo el encuentro que estaban disputando los dos equipos.

Seis minutos dan para una reacción prodigiosa

La reacción azulgrana llegó en forma de parcial de 0-7 para los de Sito Alonso. Los tiros comenzaron a entrar y el equipo blaugrana se acercaba en el marcador obligando a Joan Penyarroya a pedir un tiempo muerto para tratar de detener la reacción de los visitantes.

Parecía imposible, habían estado 20 abajo y la imagen dada era mala, pero los azulgrana se colocaban a solamente cinco puntos tras los primeros seis minutos del segundo cuarto. Thomas Heurtel estaba siendo el faro que iluminaba el camino azulgrana y, tras un parcial de 2-16, los catalanes volvían a estar en el partido.

La recta final del segundo cuarto se convirtió en un intercambio de canastas, pero se veía a un Andorra más precipitado y con la ansiedad de ver a un rival que minutos antes parecía muerto pero que ahora estaba de vuelta al partido y con una marcha más.

Rodions Kurucs estuvo en pista durante la remontada culé, el letón entró en pista y aprovechó la oportunidad para dejar varios detalles de su buen juego sobre la pista. Sin embargo, y fruto de algunos momentos de inexperiencia, Kurucs se cargó con tres faltas personales que posiblemente iban a lastrar su participación en el resto del partido.

Foto: Noelia Déniz
Foto: Noelia Déniz

El encuentro llegaría al descanso con una ligera ventaja de los andorranos de seis puntos, los locales vencían 45-39 y, un partido que parecía decidido tras el primer cuarto, había entrado en una espiral de emociones y buen juego que se debería resolver en la segunda parte.

Andorra vuelve a arrollar en el tercer cuarto

Comenzaba el segundo tiempo y los recuerdos del inicio del partido aparecían en Andorra. Un parcial de 6-0 en menos de un minuto volvía a abrir una brecha de doce puntos en el marcador, los fantasmas de la irregularidad del Barcelona volvían a aparecer sobre la pista y la mejor noticia era que Andorra había cometido cuatro faltas en minuto y medio.

Andorra logró estabilizarse en una ventaja de trece puntos y dominaba el partido. Volvieron a abrir una diferencia de 18 puntos y esas malas sensaciones que había dejado el club azulgrana en la primera mitad se volvían a repetir de nuevo. Esta vez no había tanto tiempo para la recuperación y los culés debían obrar un verdadero milagro para ganar el partido.

Foto: Noelia Déniz
Foto: Noelia Déniz

La recta final del tercer cuarto fue otro intercambio de canastas, pero los andorranos tenían una ventaja de 20 puntos que hacía que el equipo entrenado por Joan Penyarroya jugase con mayor tranquilidad y no cometiese los errores del segundo cuarto.

Ese tercer cuarto terminó con victoria andorrana por 79-57, el equipo del principado dejaba encarrilado el partido y los azulgrana se veían contra las cuerdas y sin la segunda posición de la Liga Endesa. El resultado estaba siendo justo para lo que ambos equipos estaban demostrando en pista, aunque el gran acierto de Andorra estaba siendo clave.

Conservar la ventaja tras un gran trabajo

El último cuarto fue totalmente distinto a lo visto en el resto del partido. Los andorranos, con una ventaja superior a los 20 puntos, se dedicaron a gestionar esa diferencia positiva y Barcelona intentaba lograr el milagro de remontar el encuentro.

Los visitantes se mantuvieron en su empeño de intentar remontar el encuentro, pero únicamente pudieron maquillar un marcador que era demasiado amplio. El partido fue muriendo poco a poco, los esfuerzos azulgrana no fueron exitosos y, pese a algunas actuaciones destacables, la imagen de los jugadores azulgrana fue bastante pobre.

Esta victoria no sirve para que Andorra entre en playoff, pero es un importante golpe de los andorranos para demostrar que el sueño de los playoff está más vivo que nunca. Sané y Jamie Fernández lideraron a los andorranos hacia una victoria importante que revierte la mala situación que estaba atravesando el conjunto de Joan Penyarroya.

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